MotoGP

El círculo de Marc Márquez

Marc Márquez cerró en Jerez un círculo de cuatro años con principio y final en Jerez.

Swinxy

14 minutos

El círculo de Marc Márquez

El 23 de septiembre de 2016 veía la luz ‘El círculo’, el primer disco en solitario del rapero zaragozano Kase.O -nombre artístico de Javier Ibarra Ramos-; que se había hecho esperar demasiado: había pasado una década desde la publicación de ‘Vivir para contarlo’, el último disco de Violadores del Verso, el grupo más influyente del hip hop en español y en el que Kase.O se había convertido en el indiscutible número uno del rap en castellano.

Sin embargo, la presión por tener que sacar el mejor disco de la historia del rap en español atenazó al MC zaragozano, que atravesó por momentos realmente duros hasta que por fin logró componer las letras. Cuando por fin vio la luz, estas fueron las primeras frases que los fans pudieron escuchar:

“Kase.O ha vuelto al ejercicio:

La primera frase es para los que están desde el inicio,

la segunda es para todos los que estabais esperando,

ahora quiero veros celebrando”

VUELVE EL REY

El pasado 7 de abril de 2024, Marc Márquez logró subir al podio después de haber hecho la pole, algo que no había logrado desde hacía 1.652 días, desde Japón 2019. Su primer gran éxito ‘en solitario’ tras su salida del Repsol Honda, el equipo en el que se había convertido en el número uno del motociclismo mundial.

Por eso, nada más terminar la carrera, se fue junto a celebrarlo junto a sus aficionados, tanto los que estaban desde el inicio como todos los que estaban esperando volver a verle sonreír.

“¿Quién estuvo ahí en tus peores momentos?

¿Quién llenó el vació en los minutos lentos?

¿Quién te acompañó en tus mejores viajes?”

Afloraron entonces los recuerdos de tiempos pasados, donde tanto el genio como sus seguidores tenían unos cuantos años menos y pasaban por otra época vital. Recuerdos que se fundieron con el presente al recobrar esa comunión con la grada, como el artista que se reencuentra con su público al volver al escenario tras varios años parado.

Todo por la gente que me sigue

Desde hace un siglo, y aún viven

Unidos por las ondas telepáticas, mi público es mi confesor

Mi cómplice, pregunta quién es el mejor

Pese a haber llenado miles de páginas con sus logros, y a confiar ciegamente en que el final de su carrera todavía “no es divisable”, Marc Márquez tiene claro que todo lo conseguido en el pasado no garantiza ningún éxito presente ni futuro y que, por lo tanto, lo mejor que puede hacer es huir de cualquier tipo de triunfalismo y afrontar esta nueva etapa como un folio en blanco que llenar de nuevas aventuras:

Contad mi vida, narrad mi historia, borrad la euforia,

pues vengo de suicidar a mi memoria

Siendo consciente de todo eso, el de Cervera también tiene claro que su felicidad pasa por volver a esa “vida de equilibrios en el vértice” y que el respetable de MotoGP tiene que estar alerta para lo que puede venir a partir de ahora.

Esto no para, porque nadie lo para

y, si nadie lo para, nadie dice nada:

prepárate para la que se prepara

A nadie se le escapa que, poco a poco, el nombre del octacampeón del mundo “se eleva entre humo y cenizas, reluce en el horizonte”. Sabe que hay muchos que le odian… pero le temen, porque está regresando de una larga travesía en el desierto para reencontrarse con su mejor versión o, como lo expresó Kase.O de forma magistral:

Del ritmo brotan plantas exóticas

Y dos aves nórdicas deciden que anidan

En este vergel, edén que emerge del Yemen

Y claro, al volver por sus fueros no faltan aquellos que vuelven a subirse apresuradamente a su carro tras haber renegado de él a lo largo de estos años… y a los que el 93 vuelve a acoger en su redil como hijos pródigos:

Me negaste tres veces como Pedro a Jesús,

ahora vuelves al maestro y, aunque no me mereces,

me arrodillo y te lavo los pies,

te ofrezco pan con aceite,

todo para tu dolorosonoro deleite

 

Marc Márquez arrodillado ante sus aficionados en Jerez

DOLOR Y DUDAS

“¿Y si el placer fuera sólo ausencia de dolor?

¿Y si el dolor se borrara como las manchas?

El segundo puesto de Marc Márquez en Jerez fue muy revelador. Fue, de alguna forma, la constatación de todo lo que había sufrido a lo largo de estos cuatro largos años. De ese calvario que comenzó precisamente en Jerez en aquel maldito 2020 y aquella maldita caída que dio inicio a un periodo marcado por una palabra: dolor.

El dolor físico de la caída y la posterior lesión fundiéndose con el dolor psicológico de pensar en aquella precipitada reaparición. Los días estándar sin poder ni tan siquiera entrenar, viendo las carreras por la televisión.

Me tuerzo, me inclino, me caigo, me hundo,

se derrumba mi mundo sin rumbo.

No es fijo ese dónde al que yo me dirijo

y a cada segundo confundo.

Llegan lágrimas aquí de lo profundo,

tengo dudas que duelen si pregunto,

tengo miedos que atormentan lentamente

a los sueños de mi corazón vagabundo

El pesar de ver cómo todo su mundo se derrumbaba, la indecisión sobre qué camino tomar, la incertidumbre de no saber cuándo podría volver a sentirse él mismo sobre la moto, el miedo de no poder volver a hacerlo o el sentir cómo todos sus sueños se habían quedado clavados en la grava del trazado andaluz aquel 19 de julio.

Una espiral de sentimientos negativos que se van acrecentando con el tiempo, todos ellos nacidos de la gran duda de todas: si algún día podría recuperar su antigua vida o si iba a ser presa de otra variante de aquel odioso oxímoron que se apoderó de la sociedad en la era del Covid-19: la ‘nueva normalidad’. Si iba a tener que hacer tabula rasa y empezar otra vida totalmente distinta de la que había conocido hasta entonces:

Tengo que volver a aprender a pensar,

tengo que volver a aprender a olvidar,

tengo que volver a aprender a vivir,

tengo que vivir y volver a aprender a amar

Y es que no hay nada peor que esa incertidumbre y la espera que lleva aparejada. Sobre todo, cuando has pasado gran parte de tu vida bajo los focos y consagrado a la búsqueda de la última milésima; y, de repente, te encuentras en la penumbra y solamente puedes dedicarte a ver pasar los días, las semanas y los meses… esperando una mejoría que no sabes si llegará:

Tengo mi alma en la sombra esperando una luz,

quiero bajar de la cruz,

siento que pierdo la juventud,

rezo en la noche por mi salud

Marc Márquez durante su lesión

ESTILO Y MAGIA

Todas esas dudas quedaron finalmente disipadas en el bonito duelo mantenido contra Pecco Bagnaia. Por eso, ‘perderlo’ fue lo de menos. El frío del segundo puesto desaparece al sentir “los pálpitos del veranito ya en el hocico”; al saber que el calor de la victoria está cada vez más cerca, que aquellos tiempos en los que ocultó la verdad sobre su estado físico ya son parte de la historia y que sus rivales vuelven a tenerle como espejo en el que fijarse:

Quieren copiar mi técnica

Mi estilo, mi métrica

Me siento el creador de una escuela poética

Antes lo suponían y ahora lo saben: Marc Márquez ha vuelto. Lo supieron ya el sábado, cuando después de una de esas poles para las que “no hay etiquetas” dejó una de esas salvadas para las que parece tener una “receta mágica”, una habilidad innata que no se puede imitar:

Fíjate bien en el estilo,

pero a la hora de copiar estate un rato tranquilo

El sábado llegó el primer aviso, aunque acabase por los suelos tras pisar un parche de agua cuando lideraba el sprint. Fue la confirmación de lo visto en Austin, cuando por primera vez en mucho tiempo volvió a verse junto al resto de capos de MotoGP:

“Sueno bien entre los jefes, hago lo que quiero,

me siento en este ritmo como un jeque petrolero.

Vine haciendo surf en un rayo de luz, ups,

lo siento, ni con zoom puedes ver al gurú, surcando el cielo”

Esa caída había sido circunstancial, cuasi anecdótica. Al fin y al cabo, no había dejado de caerse en todos estos años. La diferencia es que ahora lo había hecho después de lograr la pole y tras haber pasado líder en el anterior paso por meta.

La gente así lo entendió y, de cara a la carrera dominical, decenas de miles de personas se congregaron en las gradas del Circuito de Jerez – Ángel Nieto con una sensación que habían tenido aparcada el último lustro anterior: la de saber que podían ver ganar a Marc Márquez.

Corre la voz y toda la gente se acerca,

al súper estilo suave como el algodón,

prepara tus oídos para la fiesta

 

Marc Márquez saludando a su grada en Jerez

UN NUEVO AMOR

Para llegar a este punto, hay que retroceder a lo sucedido algún tiempo atrás. En concreto al 28 de noviembre del pasado 2023, cuando se produjo el primer encuentro entre el 93 y la Desmosedici.

Eso que me atrae de ti no sé lo que es.

No sé lo que tienes, pero quiero que me des.

Es inevitable, tu figura me llama,

luce sana, tu dulce mirada me reclama

La atracción mutua fue ineludible y saltaron chispas desde el primer momento en el que el piloto de Cervera salió a pista montado sobre la máquina italiana:

Sexo en la primera mirada

era el postre que se adivinaba,

yo te di lo mejor de mí,

tú te esforzabas en que se te notara que yo te molaba

Todas las dudas típicas previas quedaron selladas con el primer beso, como atestiguó la ya emblemática sonrisa que se dibujó en la cara del ocho veces campeón del mundo cuando se quitó el casco después de su primera salida:

“No sabes bien lo bien que sabes,

tú haces fantasías realidad.

Vamos a unir nuestras dos mitades:

Mitad y mitad, mitad y mitad”

Una sonrisa que parecía haberse perdido en los tiempos anteriores y que reapareció al contacto con esa Ducati cuyo “cuerpo es el sueño de algún dios de algún mundo lejano aún”. De repente, después de años forzándose a seguir con algo que ya no funcionaba -y aunque todavía les quedase mucho por aprender el uno de la otra-, todo parecía fluir entre moto y piloto:

“No hidráulico. Sí mágico.

Sí rítmico, íntimo, idílico.

No rígido ni insípido. Sí físico.

Sí animal y acrobático”

Para entender esa emoción inicial hay que recordar que Márquez venía de una relación con la Honda RC213V que durante muchos años rozó la perfección, hasta que se fue produciendo un paulatino alejamiento que inexorablemente concluyó en una ruptura.

Una relación que llegó a ser tan bonita que, inevitablemente, implantó en la mente del piloto la idea de que jamás podría tener otra igual. Y, sin embargo, la atracción por esa máquina de color azul cielo y corazón rojo fuego se fue haciendo cada vez más patente.

Mala para la salud, tanta turbulencia,

yo que ya me había acostumbrado a la soledad,

y ahora llegas tú con tu dulce impertinencia,

tu loca extravagancia y tu fragancia a fresca novedad

Como le ha sucedido a casi todo el mundo en alguna ocasión, cuando no quieres volver a saber nada del amor y construyes una coraza alrededor del corazón, llega alguien que la rompe a base de “mazas y catapultas” como una flor que surge del cemento, se abre paso y libera al corazón de su coraza de piedra.

Cuando te dije que tenía el corazón cerrado,

yo no sabía que tenías tú un arsenal guardado

Así, después del primer encuentro en Valencia vendrían otros. Viajes a tierras lejanas como Malasia, Qatar o Estados Unidos en los que la atracción inicial se fue tornando en un progresivo enamoramiento.

Dicen que la belleza es lo que uno ama.

Si esto es así:

o tú eres muy guapa,

o yo te quiero mucho

Normalmente es casi imposible delimitar el momento exacto en el que ese enamoramiento se convierte ya en amor puro, pero en el caso de Márquez con la Ducati, podría situarse el fin de semana de Jerez cuando su relación alcanzó el siguiente nivel.

Tu alegría gratuita, tu sonrisa por defecto,

ni que el mundo fuera perfecto

En serio: eres para mí un misterio,

Te quiere todo el barrio, te quiero todo el rato

Hasta entonces, dicha relación era vista por mucha gente -seguramente el propio Marc incluido- como el clavo que saca el anterior. Un affaire temporal con fecha de caducidad antes de que el catalán pusiese rumbo a KTM.

Eso parece haber cambiado. Con el futuro siendo todavía una incógnita, ha convertido a la Desmosedici en “la causa por la que luchar” y ya no esconde que quiere pasear de la mano con ella hasta el título mundial este mismo año… y quizás los siguientes también. Esté en ese momento en el que su mente dibuja futuros idílicos en los que el resto del mundo no es más que un enorme decorado para su historia de amor.

“Mi Cleopatra, llévame a Nueva York,

quiero pasear a tu lado, anónimo,

como si fuéramos los últimos romanticistas,

que bailan abrazados entre los turistas”

 

Marc Márquez con su Ducati Desmosedici GP23

ARTE E INFINITO

Ese nuevo amor le ha preparado para afrontar el duro papel que le ha tocado interpretar, ya que todo el mundo está esperando verle ganar una y otra vez como hacía allá por 2019.

No obstante, y pese a que sus 31 años digan que se ha hecho mayor, debe ser que él no se ha enterado, al menos a tenor de lo visto el sábado en Jerez con su increíble pole con el asfalto delicado seguida de una salvada que indica claramente que la treintena no ha menoscabado ni un ápice su instinto sobre la moto.

“¡Qué bendición! Gozo ya de tu rendición,

tu cerrazón ya no ofrece resistencia.

Dulce razón: ríndete a la evidencia.

Superación. ¿Qué sabes tú de mi ciencia?”

Lo especial de esa pole fue el proceso de superación que ha tenido que llevar a cabo para llegar hasta ahí, y sirvió para que el público volviese a rendirse a la evidencia de su retorno.

“¡Estás oyendo al resucitado!

Toca mi herida: está cerrada.

Besa mi cara, vuelvo a la vida

porque así escrito estaba

Fue la pelousse situada entre las curvas Nieto y Peluqui -considerado por parte de la afición como el centro neurálgico del mundo del motociclismo- el escenario elegido por Marc Márquez para celebrar la fiesta de su resurrección, de la cicatrización de la herida más grande de todas las que ha sufrido en estos años de operaciones y rehabilitaciones: la de su alma.

Él mismo lo había anticipado durante los meses anteriores, en todas y cada una de las explicaciones dadas a raíz de su marcha de Honda rumbo al Gresini: volver a ganar era secundario. Lo que quería era, sencillamente, volver a disfrutar sobre la moto y, en consecuencia, volver a hacer disfrutar a todas las personas que habían sufrido con él durante estos cuatro años:

Yo quiero dar placer,

Hacerte feliz,

si eres mi oyente que te vaya bien.

Libera tu mente, ven, siéntete

como un puma,

puesto de yagé por accidente

Sucede que ese disfrute sobre la moto que él establecía como objetivo, tratándose de Marc Márquez, nunca podrá ser un fin en sí mismo. Es, a la vez, final y principio: el final de un durísimo periplo y el punto de partida para volver a elevar el motociclismo a un plano que trasciende lo terrenal.

Repartiendo arte, porque esa es mi cualidad,

te llevo de lo cotidiano a otra realidad

Repartir arte es lo que estuvo haciendo el ilerdense durante la pasada década, con proezas como las de Estoril 2010, Valencia 2012, Phillip Island 2015 o Assen 2018, por citar algunas de esas actuaciones que hacen que haya un pasaporte con su nombre rumbo al infinito del motociclismo.

Traigo el tacto de lo abstracto, nada exacto.

Un extracto de lo perfecto, nada recto.

Un instante rutilante, muy brillante,

de la música de un gigante arquitecto

El reinado de Márquez pertenece al universo de los intangibles, de todo aquello que la ciencia puede llegar a explicar en forma de telemetría, pero que una inteligencia artificial sería incapaz de replicar con exactitud.

Forma que forma las formas de lo físico,

norma que anula las normas de lo rígido.

Residencia de la esencia… de la esencia,

evidencia de existencias simultáneas,

es un cúmulo de extrañas coincidencias,

de infinitas incidencias espontaneas”

Cuando entra en simbiosis con su máquina, su pilotaje trasciende las normas preconcebidas, redefiniendo por completo “la percepción de la perfección” hasta el punto de convertir su obra en un todo que va más allá de la suma de sus partes. No es el qué hace, sino el cómo lo hace.

“Estoy buscando en lo poético

que hay en lo supra estético

que hay en lo macro cromático

que hay en lo no animal

La eterna lucha de Marc Márquez reside en la búsqueda de lo inexplicable para robarle una milésima al tiempo. La poesía, la estética y el cromatismo que se esconden en cada curva, recostado sobre el ápice de la misma transportándose y transportando al público “de lo efímero hasta la eternidad”.

Marc Márquez trazando una curva

EL CIERRE DEL CÍRCULO

Con la ilusión recobrada, el toque artístico recuperado y contemplando tanto el júbilo de sus partidarios como el silencio de sus detractores, al pasar bajo la bandera a cuadros resulta inevitable vaciarse por completo y efectuar un viaje mental al pasado.

Teletransportarse a esos momentos de “angustia cósmica” en los que el sol parecía estar en el punto más lejano posible de su órbita.

Las innumerables visitas a clínicas y quirófanos, las eternas sesiones de gimnasio y bicicleta sin ver la luz al final. Todos aquellos días en los que parecía “vivir en un túnel, dormir en un túnel, así hasta ser una piedra más del túnel”.

Las batallas internas contra el pensamiento intrusivo de mandarlo todo a la mierda y, por encima de todo, el sentimiento de culpabilidad por saber que ya no volverán aquellos días malgastados por culpa de sentimientos negativos como la tristeza, el enfado o la ira.

El reloj no anda hacia atrás,

ni siquiera se nos permite la pausa,

tic-tac-tic-tac inaudible que atormenta:

el tiempo es una broma macabra

Una vez superados esos periodos, es sano recordarlos y, sobre todo, recordar a aquellas personas que nunca perdieron la fe en él, “ni la esperanza de que solo fueran tiempos raros”.

Es por eso que, cuando se cierra un círculo así, es “hora de dar las gracias”.

En la despedida de su círculo, Kase.O dedicaba la primera frase de agradecimiento a su pareja: “Gracias a Muna, por su paciencia y su comprensión, siempre a mi lado en un proceso muy duro. Ella me vio meses y meses mirando al infinito, escuchando ritmos sin escribir una sola palabra. Por comprender esto y mucho más, gracias”. Un agradecimiento que, acto seguido, hace extensible a toda su familia, la de sangre y la elegida.

En más de una ocasión, Marc Márquez ha dejado claro que, si ha podido soportar el calvario sufrido durante estos años a nivel deportivo, ha sido -en gran medida- por el buen momento personal que ha atravesado. Con su pareja, su hermano, su familia y sus amigos.

En un camino polvoriento aprendí a ver,

quise saber a quién amar, a quién creer

Y es que no hay nada como atravesar senderos lúgubres e inhóspito para descubrir qué personas de tu vida aprietan tu mano más fuerte y qué personas la sueltan y te abandonan a tu merced.

Aún tengo dudas de si mi intuición falló,

o sólo fue el miedo el que me frenó.

Nunca lo sabré, pero lo que sí sé, porque lo comprobé,

es que un hombre con fe no tiene límite

Cuando se ha atravesado un periodo de tanta oscuridad, es indefectible preguntarse una y mil veces si se pudieron hacer las cosas de otra forma. Hasta que llega un punto en el que esas preguntas pasan a un segundo plano y terminan por desaparecer, haciendo hueco a lo único tangible: esa oscuridad desapareció y volvió la luz.

No son problemas, son oportunidades

de mejorar y superar adversidades.

Tú tienes gran poder, sólo quiérete,

puedes lograr cualquier cosa esforzándote.

Todo es mental, todo es como lo percibes,

tú puedes cambiar la percepción de lo que vives.

La belleza está en los ojos del que mira,

todo es del color de la luz que recibe

Esa luz, que en un primer momento es cegadora y te obliga a cerrar los ojos para ir abriéndolos poco a poco hasta acomodarlos a tanta claridad, permite ver el mundo de una forma distinta. Igual que nadie cruza el mismo río dos veces, nadie sale igual de un túnel en el que ha pasado años.

En Jerez 2020, Marc Márquez solamente pensaba en ganar, igual que Kase.O cuando formaba parte de Violadores del Verso y el rap era todo hardcore y competición.

En Jerez 2024, Marc Márquez seguía queriendo ganar, pero la prioridad estaba en divertirse, igual que Kase.O cuando por fin entró al estudio a grabar ‘El Círculo’.

Así, divirtiéndose y rodeándose de un gran equipo que se convirtió en familia, Kase.O grabó el que para mucha gente es el mejor disco de rap en español.

Es imposible saber qué sucederá en el futuro próximo de Marc Márquez, pero de momento ya ha conseguido lo más importante: volver a divertirse sobre la moto y arroparse de un equipo como el Gresini Racing que es como una gran familia.

Y, subido a la grada de Jerez junto a los aficionados, sintiendo su cariño y su amor, hizo suya la frase que remata el disco. La que cierra el círculo, su círculo:

Cuanto más amor das, mejor estás

La celebración del Gresini con Marc Márquez en Jerez

Nota: Todas las palabras en cursiva están extraídas de las canciones del disco 'El Círculo', de Kase.o. Si están entrecomilladas son citas literales. Si no, están parafraseadas.

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