Hansford fue uno de esos talentos innatos que hacía todo con una naturalidad difícil de encontrar. Su imagen impresionante, alto, rubio y atractivo, con buena planta y un carácter noble y apacible, le hicieron fácilmente distinguible dentro del "paddock"; pero Hansford nunca llegó a ser una superestrella. Él encajaba más bien en el rol del "antidivo", aunque su personalidad se transformaba una vez que salía a pista.
Desde muy joven se inició en las carreras de motos, y en general siempre se sintió atraído por el mundo del motor. Empezó a correr en 1971, con 19 años, y enseguida se hizo un hueco en las competiciones de gran cilindrada en Australia. Fue contemporáneo de algunos reconocidos nombres de la época, como Warren Willing, destacado piloto de los '70 que ganó fama posteriormente como técnico en el Team Roberts y en KTM. Hansford, Willing y Toombs formaron una amigable cuadrilla que compartían sus aventuras en las carreras y rivalizaban en cada pista por la victoria.
En 1973 Hansford ganó su primer título australiano, al conseguir la victoria en la categoría "Unlimited" -que venía a ser algo así como "Fuerza Libre" en España, una categoría en la que se podía correr con cualquier tipo de moto, sin límites-. Hansford corría con una Kawasaki H2R, una tricilíndrica "dos tiempos" de aire, de 750 cc, con la que la marca japonesa tuvo notable éxito en Estados Unidos y Australia. Ese resultado le animó a probar con la aventura americana, y junto a Willing y Toombs viajó a Daytona para correr las 200 Millas, con una Yamaha TZ 700. Esa temporada no fue nada fácil, pero siguió logrando buenos resultados, e incluso decidió abrir su propio negocio, una tienda de motos. Las cosas le llegaron rodadas, y poco después de poner en marcha su tienda, ésta pasó a un segundo plano porque recibió una oferta de Kawasaki para ser piloto oficial de la marca.
Kawasaki marcaría su vida deportiva. En 1976, a lomos de la nueva KR 750, se hizo con su tercera corona australiana, en dura pugna con Murray Sayle, que no tardaría en iniciar la aventura mundialista en las categorías intermedias como piloto privado. Mientras, Hansford seguía los planes trazados por Kawasaki para él, corriendo en Australia, y también en Nueva Zelanda, donde disputó las Marlboro Series, el campeonato invernal que se desarrollaba en las antípodas. Hansford corrió el campeonato 1975/1976 y 1977/1978, siempre con la KR 750; pero en gracias a su victoria a lomos de una de las nuevas KR 250 en Nueva Zelanda, frente a motos superiores, Kawasaki vio en él al compañero ideal para Kork Ballington, que iba a ser el líder de su equipo en el Mundial de 250 y 350 en 1978.
Fue la gran oportunidad de Hansford, porque las nuevas KR 250 y 350 eran unas motos muy competitivas, la única montura desarrollada directamente por una fábrica japonesa en aquellos años, donde las parrillas se componían, en su inmensa mayoría, de un enjambre de Yamaha TZ privadas. Hansford tenía un inconveniente: su talla. Con más de 180 cm de altura, le sobraban brazos y piernas por todos lados, pero aún así se las apañó para destacar. Durante las temporadas 1978 y 1979 formó un tándem extraordinario junto a Ballington. El sudafricano logró ganar los títulos de 250 y 350 en ambos años, y Hansford fue subcampeón en 250 y tercero en 350 en las dos campañas. En 1978 llegó a ganar siete Grandes Premios, y llegó hasta final de año disputándole el título de 250 a Ballington, pero no pudo con él; y en 1979, no sin pocos problemas, sumó tres triunfos más y repitió clasificación.
Al mismo tiempo que corría en los Grandes Premios, Hansford disputó algunas pruebas del Mundial de 750 entre 1977 y 1979, siempre con la KR 750, llegando a ganar un par de pruebas, en Mosport (Canadá) y Nogaro (Francia), pero sin continuidad en el campeonato. El Mundial de 750 fue secundario, y una vez que se iniciaba la temporada de Grandes Premios, Hansford dejaba a un lado la KR 750.