MotoGP

La maratón de Enea Bastianini

El italiano está de vuelta y la pregunta es si tiene tiempo de meterse en la lucha por el título.

Swinxy

4 minutos

Enea Bastianini con su corona de laurel tras ganar en Silverstone

El Gran Premio de Gran Bretaña 2024 de MotoGP ha sido especial por varias razones, entre ellas dos que van más allá de lo que sucede en pista. Por un lado, por las decoraciones especiales exhibidas por todos los equipos en honor al 75º aniversario del Campeonato del Mundo. Por el otro, le ha tocado coincidir temporalmente con los Juegos Olímpicos de París 2024.

En lo puramente deportivo, fue el fin de semana que Enea Bastianini llevaba soñando desde que se enfundó el mono rojo del equipo oficial Ducati en Portugal 2023, el primer gran premio de la historia con sprint sabatino antes de la carrera dominical y, por tanto, con 37 puntos en juego.

No parecía un formato propicio para la Bestia, cuyo hábitat ideal está en los diez minutos finales de las carreras que duran cuarenta. El italiano parece un piloto de otro tiempo, de cuando la pole era totalmente secundaria porque las motos se arrancaban al empujón; y de cuando el cuerpo a cuerpo era una virtud casi fútil porque el ritmo lo era todo y casi todas las carreras se decidían por grandes distancias.

Quizás por eso, el toque ‘vintage’ que recubrió Silverstone desde la jornada del jueves le iba como anillo al dedo. Mejor todavía le sentó la corona de laureles que adornaba su cuello en lo más alto del podio final.

Entre medias, y mientras mucha gente se perdía la carrera -o la veía a medias- por estar con uno o los dos ojos en París, Enea Bastianini completaba su propia maratón, la prueba estrella y más vintage de la cita olímpica.

Enea Bastianini se escapa de Jorge Martín rumbo al triunfo, MotoGP Silverstone 2024

Mientras Pecco Bagnaia y Jorge Martín llevan ya más de un año enfrascados en innumerables duelos más propios de los 100 metros lisos, con alternativas entre ambos y duelos decididos por centésimas, Bastianini ha tenido que trabajar en silencio en su propia carrera, con la salida y la meta separadas por tantos kilómetros que resultaban imposibles de vislumbrar entre sí.

De hecho, para encontrar su punto de partida no hay que acudir a una parrilla de salida de un circuito; sino en la grava del mismo. Concretamente la de Portimao, donde se le podía ver sentado tras ser involuntariamente derribado por Luca Marini en el primer Sprint de la historia mundialista, fracturándose el omoplato. Aunque evitó el quirófano, se perdió el resto del GP y los cuatro siguientes.

Volvió en cuanto pudo parar empezar su adaptación a la GP23, pero en Catalunya sufrió un nuevo traspié en el que provocó una montonera de Desmosedici... pero donde salió como el peor parado. Su diagnóstico fue una fractura del maléolo tibial de su tobillo izquierdo y una fractura del metacarpo del dedo índice de su mano izquierda.

Fue como si un deportista se rompiera dos veces en la segunda fase del ciclo olímpico. Esa segunda lesión terminaba de tirar al traste su primer año como piloto oficial Ducati. Un año para olvidar del que prácticamente solo se puede rascar el fin de semana en Sepang, cuando logró la victoria tras ser cuarto en el Sprint.

Enea Bastianini celebra su victoria en Sepang

Cuando eres un deportista de élite y atraviesas un desierto de lesiones, los oasis apenas pueden aplacar unas cuantas horas una sed casi insaciable.

Sin embargo, como los maratonianos, Bastianini sabía que su recuperación era una carrera de fondo y centró sus energías en la temporada 2024, sabiendo ya casi desde el inicio que conservar su sitio en el equipo para el curso siguiente era poco menos que una quimera.

En las maratones del más alto nivel, salvo cuando hay algún elegido que se escapa desde el inicio, la táctica que más dividendos resulta es la mantenerse cerca de los primeros durante la primera mitad, al tiempo que guardar la máxima energía posible para poder atacar al final.

Una táctica que Bastianini procura poner en marcha cada vez que puede, guardando las gomas con mimo durante dos tercios de carrera para exhibir un final de carrera esplendoroso que le hace acabar habitualmente con mejor ritmo que todos sus rivales. Su problema es que, con demasiada frecuencia, la conservación de energía no iba aparejada con mantenerse cerca de los mejores. Por eso, cuando llegaba su momento, estaba demasiado lejos de la victoria.

Enea Bastianini ha ganado el Sprint de Silverstone a Jorge Martín y Aleix Espargaró

Aun así, esa maratoniana forma de entender las carreras le ha ido reportando dividendos este curso, donde ya avisó en Mugello cuando atrapó a los dos favoritos y superó a Martín en la última curva, quedándose a menos de un segundo de Bagnaia.

Fue un preludio de lo que vendría en Silverstone, donde ya el sábado venció en el Sprint, formato en el que ni siquiera había pisado el podio. Eso ya le señalaba como favorito para la carrera, y no tuvo piedad: fiel a su estilo, maduró la carrera con calma, se mantuvo cerca de los dos primeros y exhibió un ritmo frenético en los últimos kilómetros que le permitieron llevarse la victoria con contundencia.

La pregunta ahora es si está a tiempo de meterse en la pelea por el título. En las diez carreras de la primera mitad de temporada ha logrado cinco podios y ha finalizado en el top 5 hasta nueve veces, unos números que, sin ser espectaculares, han resultado ser lo bastante buenos como para mantenerse al acecho de Martín y Bagnaia.

Y, al fin y al cabo, una temporada de MotoGP es algo así como una maratón...

 

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