El español Marc Márquez se ha proclamado campeón del mundo de MotoGP 2025, logrando el quinto título de Ducati en la categoría reina, el cuarto consecutivo, el cuarto en total para el Ducati Lenovo Team, pero el tercero con esa nomenclatura.
Es su séptimo título en categoría reina, igualando a Valentino Rossi y poniéndose a solo uno del récord histórico de Giacomo Agostini. Es el primero que logra con Ducati tras haber conseguido los siete anteriores con Honda. Entre todas las categorías es su noveno título mundial, igualando a Carlo Ubbiali, Mike Hailwood y Valentino Rossi, solo por detrás de los 12+1 de Ángel Nieto y los 15 de Giacomo Agostini.
Tercero en 2024 con una Ducati claramente desfasada respecto a la versión más nueva, con su salto al equipo oficial Ducati su favoritismo era indiscutible, por más que él intentase desviarlo. Cualquier duda quedó disipada con el doblete en Chang, al que siguió otro en Termas de Río Hondo.
La caída en COTA -donde se impuso Pecco Bagnaia- tras ganar el Sprint hizo reaparecer viejos fantasmas, que trató de espantar con un doblete en Lusail y que regresaron con el duodécimo puesto en la victoria de su hermano Álex Márquez en Jerez (tras caída) tras un nuevo triunfo en el Sprint, donde contaba sus salidas por victorias.
Una racha que continúo en Le Mans, donde el domingo sacó un buen segundo puesto en lluvia por detrás de Johann Zarco; y que se truncó én Silverstone, cuando sucumbió el sábado ante Álex Márquez -convertido inesperadamente en su gran rival por el título- para ser tercero en una extraña carrera ganada por Marco Bezzecchi.
Eran tres domingos seguidos sin victoria y llegó Motorland como bálsamo para sumar un nuevo -y esta vez esperado- doblete, que serviría de punto de partida para una racha absolutamente histórica: primero asaltó Mugello para llevarse los 37 puntos de allí y después hizo lo propio con Assen, otro trazado que nunca había sido de sus predilectos.
Reconquistando su querido Sachsenring continúo su fantástica racha de dobletes, y la amplío a cinco en el retornado Brno. Después de eso, se quitó la espina de tantas derrotas en Red Bull Ring con otro pleno, y consiguió el séptimo consecutivo en el nuevo Balaton.
Una secuencia histórica que tuvo un dulce final en Barcelona-Catalunya, donde tras vencer el Sprint no pudo con Álex Márquez y tuvo que dar por buena la segunda posición antes de llegar a Misano, cuando fue él quien se cayó en el Sprint (ganado por Bezzecchi) para después resarcirse en la carrera.
Eso le permitía llegar a Motegi no ya solo con opción de título, sino dependiendo de sí mismo: y así, tras ser segundo en el Sprint por detrás de un renacido Pecco Bagnaia, allanó el camino para un domingo en el que, seis años después, se ha vuelto a proclamar campeón mundial de MotoGP.