Resulta imposible dar una calificación media que haga justicia a la temporada 2021 de Marc Márquez. Se puede decir que comenzó un tanto regular, para después ir de mal en peor, pasar de ahí a un periodo sobresaliente hasta acabar antes de tiempo por la maldita diplopía (visión doble) que ya sufrió hace una década.
Después de perderse las dos primeras citas en Qatar, su esperada reaparición tras la gravísima lesión que se produjo en la inauguración del curso 2020 se produjo en Portimao, donde acabó en una séptima posición que solo podía invitar al optimismo. No en vano, se trataba del mejor resultado de Honda, que vagaba sin rumbo desde la pérdida de su patrón y se encontraba sumida en una profunda crisis de resultados y liderazgo.
El noveno puesto en Jerez rebajó cualquier atisbo de euforia y dio paso a tres ceros consecutivos. El catalán quería correr cuando su cuerpo todavía estaba reaprendiendo a andar y lo pagaba en forma de caídas… hasta que llegó Sachsenring, donde se reencontró con lo más alto del podio.
Fue una victoria doble. Por un lado, para él, ya que supuso a la vez un bálsamo tras tanto sufrimiento y una motivación para volver a recuperar su nivel. Por el otro para el resto, que vieron cómo estando todavía lejos de su mejor versión era capaz de batirles en cuanto llegaban a un trazado propicio. Aunque quedaba mucho por hacer, era un buen punto de partida para la segunda mitad de año.
Los baños de realidad de Assen, Red Bull Ring y Silverstone dieron paso a Aragón, donde solo un excelso Pecco Bagnaia evitó su victoria, consolidando su mejoría en Misano con un cuarto puesto en un trazado poco propicio. Tras los vaivenes de su retorno había empezado a caminar firme con la vista fijada en un punto: lo más alto del podio.
El trazado de COTA era la mejor piedra de toque y el 93 cumplió a la perfección. Nada tuvo que ver su agónico triunfo en Alemania con la monumental exhibición que dio en el trazado texano. Por fin se podía decir: Marc Márquez estaba de vuelta definitivamente y lo refrendó ganando en el segundo paso por Misano.
Dos victorias seguidas y 83 puntos de 100 posibles le devolvían su estatus de favorito de cara a 2022 y, a falta de dos carreras, le permitían optar al top 3 final de 2021. Y entonces llegó el comunicado de Honda que anunciaba su baja en Portimao por una conmoción cerebral tras una caída entrenando, un texto que dejaba muchas dudas sobre lo que estaba sucediendo.
Se despejaron de la peor forma: la diplopía había vuelto, y con ella la incertidumbre alrededor de su futuro. Después de haber vivido una temporada con multitud de emociones y altibajos, después de haber recorrido su particular Divina Comedia yendo del infierno al purgatorio hasta alcanzar el paraíso… se encontraba en la casilla de salida, convirtiendo su 2021 en un círculo macabro que termina como empezó.