MotoGP

Maverick Viñales y Yamaha: el presente como calle de en medio

La prolongación del vínculo que les une parece el paso más lógico para ambas partes.

Swinxy

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Maverick Viñales seguirá con Yamaha hasta MotoGP 2022 (Fotos: Gold & Goose).

Yamaha todavía no ha realizado la presentación de su equipo oficial para MotoGP 2020 y ya ha anunciado la extensión de contrato firmada con Maverick Viñales para las dos temporadas siguientes: 2021 y 2022. Si hace dos años dicha renovación se anunció precisamente en la presentación, esta vez se ha producido todavía antes.

Esto coloca la primera pieza en el puzle de 2021, todavía vacío más allá de la presencia confirmada de Tito Rabat en el Avintia. Pero no se trata de una pieza cualquiera, Maverick Viñales es una de las tres esquinas vitales para armar el rompecabezas. Las otras dos son Marc Márquez y Fabio Quartararo.

Y dentro de esas esquinas, su futuro era seguramente el más incierto, y lo era por ambas vías. La relación entre Viñales y Yamaha ha pasado por innumerables estados en estos tres años, siendo una montaña rusa en la que por momentos parecían comerse el mundo agarrados de la mano pero que entrelazaban con otros de dudas en el camino a seguir y desasosiego ante la falta de resultados.

Finalmente ambas partes han decidido que, llegados a este punto de la partida, tiene mucho más sentido seguir cogidos de la mano que soltarse y emprender caminos separados. Es una decisión valiente, ya que ambas partes contaban con alternativas suculentas que bien podrían haberles llevado a tomar la decisión opuesta, pero finalmente han decidido renovar la confianza en el instinto que les juntó en 2017, tirando en ambos casos por la calle de en medio de las que se abrían en sus respectivos horizontes.

YAMAHA, CALLE DE EN MEDIO PARA VIÑALES

No es ningún secreto que Maverick Viñales contaba con varias ofertas encima de la mesa. Además de la que ha terminado aceptando, con matasellos de Iwata, en su mesa reposaban contratos con remites de Bolonia y Hamamatsu.

Uno de esos contratos contenía un futuro vestido de rojo Ducati, con la moto que lleva tres años siendo mucho más anti Marc Márquez que cualesquiera de los pilotos que han recibido ese sobrenombre durante los últimos cursos. La idea de subirse a la Desmosedici y trabajar a las órdenes de Gigi Dall’Igna tuvo que resultar seductora.

Maverick Viñales ganó con Suzuki en Silverstone 2016.

El otro le permitiría haber vuelto a aclarar el azul que oscureció cuando cambió Suzuki por Yamaha y emprender el camino de retorno a la GSX-RR que tan feliz le hizo en 2016, cuando devolvió a la marca nipona a lo más alto de la categoría reina. Se fue para dar un salto de calidad pero desde entonces Suzuki ha seguido creciendo y Yamaha ha tenido algunas de sus peores rachas de la era MotoGP.

Así pues, entre la opción de lanzarse al futuro con Ducati y retornar al pasado con Suzuki, ha optado por la calle de en medio: confiar en el presente que supone Yamaha. Parece lo más lógico: asume que las tiranteces son cosa del pasado y está convencido de todo lo vivido en estos tres años sea la experiencia que actúe como base para llegar por fin al objetivo con el que llegó en su día y que de momento no han conseguido: el título de MotoGP.

VIÑALES, CALLE DE EN MEDIO PARA YAMAHA

Bendito problema al que se enfrentaba Yamaha de cara a planificar su futuro en MotoGP desde 2021: mientras otras marcas tienen que buscar estrellas de puertas hacia fuera (ver Ducati), la firma de los diapasones las tenía en casa y solamente tenía que hacer encaje de bolillos. Tres estrellas (Valentino Rossi, Maverick Viñales y Fabio Quartararo) para dos YZR-M1 oficiales.

Con casi 41 años a sus espaldas, es evidente que Valentino Rossi representa el pasado. Sin dejar de lado el increíble mérito del italiano para mantenerse arriba a su edad, lo cierto es que lleva dos años y medio sin ganar y hasta 16 carreras sin subir al cajón. Es cierto que Yamaha debe muchísimo a Rossi, pero mirando al pasado no se ganan títulos.

Maverick Viñales y Fabio Quartararo, presente y futuro en Yamaha.

A sus 20 años, Fabio Quartararo es el futuro de MotoGP después de un increíble año de rookie con siete podios y seis poles con la Yamaha satélite del Petronas; algo que le ha hecho ser la pieza más cotizada del mercado de cara a 2021 y que la marca de Iwata sabe que no debería dejar escapar.

Sin embargo, con 25 años, Maverick Viñales es el presente más real de la marca. Parece lo más lógico: las tres últimas victorias de Yamaha llevan su nombre y tiene la mezcla de juventud y experiencia que necesita Yamaha, que en la diatriba de tres motos para dos pilotos optó por empezar por la calle de en medio del presente: renovar al de Rosas. Ya solo falta por saber si a su lado estará el pasado o -como todo hace indicar a la espera del anuncio oficial- si el presente vendrá acompañado de mucho futuro.