Tenemos 14 nombres confirmados de los 18 pilotos que conformarán la parrilla de la primera temporada de la historia de la Copa del Mundo FIM de MotoE. Un año que será de toma de contacto a nivel de competición de una nueva realidad como son las motos eléctricas y que hace ya tiempo que encuentran cobijo en escenarios como el Tourist Trophy de la Isla de Man.
Si se mira la lista de pilotos confirmados, además del amplísimo abanico de edad que va desde los 46 años de Sete Gibernau -cuya presencia es la gran sorpresa hasta el momento- hasta los 20 de Héctor Garzó, destaca que varios equipos hayan recurrido a pilotos procedentes del Campeonato del Mundo de Resistencia.
De momento ya están confirmados cuatro pilotos habituales del FIM EWC, tres de ellos campeones del mismo: en el Pramac Racing estará el australiano Josh Hook, campeón en 2018 con el F.C.C. TSR Honda; en el Tech 3 E Racing estará el francés Kenny Foray, campeón en 2014 con el GMT94 Yamaha; mientras que en el LCR estarán el italiano Niccolò Canepa, campeón en 2017 con el GMT94 Yamaha; y el francés Randy De Puniet, habitual del campeonato los últimos años. Un campeonato en el que también ha hecho sus pinitos el italiano Matteo Ferrari, piloto del Gresini Racing para MotoE 2019.
A priori puede resultar una paradoja: pilotos acostumbrados a pruebas de entre ocho y 24 horas llegan a MotoE, cuyas carreras en esta primera temporada están estipuladas a una duración que probablemente no llegue ni a los 20 minutos, fruto de la todavía escasa autonomía de la batería de la Energica Ego Corsa.
Es bien cierto que, al ser sólo cinco carreras de MotoE, es fácil de compaginar con el calendario del Campeonato del Mundo de Resistencia, mientras que sería prácticamente imposible pensar en compaginar MotoE con la presencia a tiempo completo en una de las categorías del WorldSBK (y está directamente prohibido compaginarlo con MotoGP, Moto2 o Moto3).
Sin embargo, la razón de que tantos equipos hayan puesto sus ojos en los pilotos de resistencia para sus aventuras en MotoE puede estar en las habilidades que requiere esa modalidad respecto a las de velocidad, y que puede ser capital en el nuevo panorama eléctrico: el cuidado de la moto.
A diferencia de la velocidad pura, donde el piloto puede centrarse en exprimir al máximo la mecánica de su montura para ir lo más rápido posible –salvo quizás en lo que se refiere al cuidado de los neumáticos-, los pilotos de resistencia han de correr aunando la mayor velocidad posible y la conservación de su máquina para aguantar la prueba completa, así como el máximo ahorro de gasolina.
Unos conocimientos que pueden ser vitales en una categoría nueva y desconocida en términos de fiabilidad y aguante. Los pilotos procedentes de MotoGP, Moto2 u otras categorías de velocidad están acostumbrados a ir al máximo en cada momento, algo que puede ser un arma de doble filo en esta categoría eléctrica, mientras que los de resistencia saben ir casi igual de rápido pero mimando cada uno de los componentes y ahorrando batería.
Al fin y al cabo, las carreras de MotoE 2019 serán algo así como sprints de resistencia.