El Mundial de MotoGP 2023 ha entrado en su fase final, con casi la mitad de los grandes premios concentrados en apenas dos meses. Una anomalía del calendario cuya principal consecuencia es el estrés que afecta tanto al paddock como a todas aquellas personas cuyos trabajos orbitan en torno a la caravana mundialista: no habrá un respiro hasta finales de noviembre.
Y todo ello en el periplo asiático, claro. Meses fuera de casa para unos y madrugadas de café para otros. Y, como puerta de entrada, el único estreno tras la cancelación de Kazajistán: el Gran Premio de India o, como lo llaman allí, el Gran Premio de Bharat, el nuevo nombre oficial del país más poblado de todo el mundo. Un gigante dormido y desconocido.
Desconocido era también el Buddh, que ofrecía dudas en materia de seguridad. Entre ese y otros escenarios apocalípticos -como el #VisaGate de la previa-, arrancó el GP y todo fue sobre ruedas. Los pilotos quedaron maravillados con el trazado y la afición encantada por ver cómo todos partían de cero y los pilotos lograban marcar más diferencias que las máquinas.
En un país que es cuna del yoga y de la meditación, reclamo de turistas que quieren hacer un viaje al interior de sí mismos para encontrar el rumbo de sus vidas, fue como si el Mundial de MotoGP encontrase en Bharat un retiro espiritual para equilibrar sus energías y cargar las pilas antes de volver a la estresante rutina que tienen por delante.
Puede que uno de los que más necesitara ese retiro fuese Jaume Masià, cuya trayectoria en Moto3 ha sido siempre más convulsa de lo que resulta aconsejable para un adolescente. Más maduro, domó el trazado de Buddh antes que nadie y mantuvo esa superioridad para ganar en solitario, con Kaito Toba reencontrándose a sí mismo y Ayumu Sasaki sumando otro podio.
Ansioso por saber el color de su KTM RC16 para 2024, Pedro Acosta encontró la calma en el asfalto baratí y se dedicó a fluir para poner cinco puntos más sobre un Tony Arbolino, que ha hecho las paces con su yo interior para superar el bache de las últimas citas. Completó el podio Joe Roberts tras un precioso final contra Sergio García.
Y llegó MotoGP, donde mientras Jorge Martín y Pecco Bagnaia libraban su particular batalla, otros pilotos hallaban cierta paz: el primero fue Marc Márquez con su podio en el Sprint tras los dos contendientes al título, y el domingo fue Fabio Quartararo el que siguió sus pasos al ser tercero en meta, con Joan Mir encontrando un respiro en su turbulenta temporada.
Por delante, mientras Bagnaia caía y Martín le metía otro bocado por el título con la segunda posición, Marco Bezzecchi se sacaba la espina de un sábado donde tenía que haber ganado y tuvo que conformarse con una remontada frenética; escapándose el domingo hacia su particular retiro espiritual: se quedó solo desde el principio y absolutamente nada le perturbó hasta la bandera a cuadros.