Simonceli (Gilera) vencedor en Le Mans. Faubel, segundo

La carrera de 250 también ha sido una prueba por eliminación. Los pilotos más fuertes no han sido necesariamente los más rápidos, sino los que han logrado mantenerse sobre sus motos y llegar a la meta sin perder un buen número de puestos tras una caída.

Hemos podido ver a varios pilotos, como el recién llegado Ángel Rodríguez o Alex Debón, copar plazas de podio a lo largo de la carrera, pero han sido víctima de los nervios, la ambición o la falta de agarre y han dado con su huesos por el suelo.

De esta forma, el más fuerte -y también más rápido- ha sido Marco Simoncelli, que calcaba la victoria de Julián Simón en 125 y se iba en solitario a por la victoria del GP de Francia.

Por detrás de él ha llegado Héctor Faubel, que ha rodado en puestos de podio en diferentes momentos de la carrera.
Hasta mediada la carrera, Faubel se disputaba la segunda plaza con Tomas Luthi, pero un inspirado Alex Debón, que venía muy fuerte desde detrás, le apartaba de la lucha y era él, el que se iba a por el segundo piloto.
Más adelanta, cuando ya se habían completado los dos tercios de carrera, Debón se iba al suelo llevándose consigo a un enfadado Luthi y dejando en manos de Faubel el segundo puesto.

A Faubel le seguía muy de cerca Locatelli (Gilera) que se veía capaz de acompañar a su compañero de equipo, Marco Simoncelli, desde el segundo peldaño del podio, pero Héctor no se lo ha puesto fácil y el italiano se ha tenido que conformar con ser tercero en esta carrera.

Álvaro Bautista lograba la cuarta posición después de una dura carrera en la que no solo ha tenido que lidiar con la difíciles condiciones de la pista sino que ha tenido un duro mano a mano con Héctor Barberá.
Poco a poco ha logrado imponerse y llegaba en solitario a la meta. Con esta posición y un Aoyama algo retrasado, Bautista suma los puntos necesarios para ser el líder del Mundial.