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Éxito de la 23º Classic Racing Revival Denia

Nunca defrauda. En la celebración de la vigésimo tercera edición de la Classic Racing Revival Denia los asistentes pudieron disfrutar de un fin de semana lleno de actividades.

Texto y Fotos: Andrés Ruiz

2 minutos

Éxito de la 23º Classic Racing Revival Denia

Una vez más, y van veintitrés, el Classic Racing Revival de Denia, celebrado el 24 y 25 de septiembre, logró mantener su característica más destacable: ser una cita que nunca defrauda. Y no es un logro fácil.

Fiel a su programa habitual, el sábado, quienes querían comprar, vender o rebuscar, tuvieron el mercadillo; quienes gustan de pasear entre motos de carreras anteriores a 1980, examinándolas de cerca y a placer, tuvieron la exposición; los cazadores de autógrafos pudieron elegir entre hacer cola en la sesión oficial de firma… o abordar directamente a sus ídolos, que como siempre, están por allí y suelen mostrarse muy accesibles; y quienes quisieron compartir con ellos una velada muy, muy motera, pudieron acudir a la cena de entrega de menciones y recuerdos.

Y por si eso no fuera suficiente atractivo, el domingo, quienes añoran ver, oír –¡y oler!– esas motos pilotadas en su hábitat natural (un circuito urbano) por destacadas figuras nacionales e internacionales, pudieron presenciar mangas de exhibición durante toda la mañana, y transitar por las calles de boxes. Ah, y todo ello –excepto únicamente la cena del sábado– ¡gratis! ¿Se puede pedir más?

Eugenio Lazzarini, "participante de honor", pilotó la preciosa Villa 500/4 2T.

Respecto a lo destacable de este año, empezando por las personas, los dos pilotos y el periodista de honor fueron, respectivamente, los tricampeones mundiales Eugenio Lazzarini y Pier Paolo Bianchi, y Alan Cathcart, que tuvo el acierto de resaltar algo que, como indicó, nosotros quizá minusvaloramos por resultarnos normal: la cantidad, calidad y variedad de motos españolas presentes. Y por supuesto, además de ellos acudió un elenco de campeones y muy notables nacionales, tan numeroso que por espacio sería imposible relacionarlo aquí sin omisiones.

Eugenio Lazzarini, "participante de honor", pilotó la preciosa Villa 500/4 2T.

Por último, no porque faltasen otras motos destacables, sino porque en algún momento hay que concluir, mención específica para el equipo Mymsa, que volvió a presentarse cada vez más organizado, numeroso (baste decir que hubo una manga exclusiva para ellos) y reforzado, pues junto al ya clásico tándem Ramón Galí con la especialísima “Experimental”, y a la habitual estrella mundialista, Börje Jansson, debutó su último fichaje: Salvador Cañellas.

Y en cuanto a motos, por ejemplo, ver juntas una Derbi y una Ducson 50 impecables retrotransporta medio siglo; encontrar la Ossa 250 monocasco refrigerada por agua ex-Santiago Herrero, emociona; contemplar réplicas tan minuciosas como la Fopi de Juan Espí (aquella moto híbrida que en plena "guerra” Bultaco-Montesa hicieron Foca y Pingüino, con parte ciclo y bajos motor de Brío, y cilindro-culata-pistón de Tralla) despierta admiración en los aficionados a las rarezas, y hablando de rarezas, qué decir de la preciosa Villa 500 tetracilíndrica 2T con válvulas rotativas, resultado de ensamblar dos bicilíndricos 250 como el de la inolvidable Montesa/Villa.

En resumen, lo apuntado al principio: otra vez, prueba superada porque el CRR de Denia, siempre distinto en los detalles, pero igual en su esencia, nunca defrauda.