Benelli se está reinventando, remando contra viento y marea en un mercado cada vez más complicado y difícil de entender. Desde 2005, es propiedad del grupo chino, Qianjiang Group, quien ha intentando sacar a flote la marca con una nueva gama de motos económicas muy atractivas. Hace tan sólo unos meses pudimos probar su modelo de entrada, la Benelli BN 251, una moto para principiantes que por menos de 3.000 euros ofrece todo lo necesario (incluido ABS). La cosa prometía, especialmente cuando presentaron en Milán un prototipo de Scrambler muy interesante; la Leoncino.
Pero vamos a lo que nos concierne hoy. Y es que Benelli está teniendo más problemas de lo previsto para salir adelante. El juez de la corte de Pésaro declaró Benelli en quiebra después de no haber efectuado el pago de 120.000 euros a los austriacos de WP por una remesa de suspensiones. Como parte de ese pago, el juzgado ordenó el embargo de una hornada de motos preparadas para entregar a los distribuidores.
La noticia no ha sentado nada bien en Pésaro, donde sus trabajadores siguen pendientes del conflicto. La marca ya ha declarado su intención de pagar la deuda, puesto que dispone de efectivo suficiente y, de hecho, ha vendido más de 800 motos en lo que llevamos de año.
Una vez solventada la situación, el sambenito de la “quiebra” debería desaparecer pronto y Qianjiang Group podrá seguir adelante con sus planes sin mayor problema. Y nosotros, los moteros, tendremos la oportunidad de probar la Benelli Leonino tan pronto como salga al mercado.