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Entrevista a Valentín Requena, la voz del mundial en los 80

Valentín Requena nos cuenta su experiencia personal como comentarista del mundial en los años 80 y nos habla de su relación con su compañero y amigo, Ángel Nieto

Sergio Romero

5 minutos

Entrevista a Valentín Requena, la voz del mundial en los 80
Después de 40 años de periodismo Valentín es uno de los personajes que ha sido parte de la historia del motociclismo en nuestro país y la voz de las carreras durante dos décadas.
Hablar con Valentín es como poner la tele en los noventa y recordar todas esas carreras que ya están grabadas en nuestra memoria. Es un gran comunicador y conoce perfectamente el mundo de la moto, así que lo difícil es resumir todas sus buenas historias.
 
¿Cómo fue tu carrera profesional?
 
Empecé mi labor periodística en Luike en los  años 70, en Motociclismo y La Moto hasta que no lo pude compaginar con las narraciones en TVE en 1984. Estuve unos años muy a gusto, trabajando codo con codo con “el Cheli”, Javier Herrero. En esa época escribía los textos y también hacía fotos, las de color se revelaban por la noche en la agencia EFE y las que eran en blanco y negro lo hacíamos nosotros mismos. La revista se cerraba mucho más tarde y era todo mucho más complicado por los medios que teníamos. Era otra forma de trabajar. Cuando había carreras fuera los carretes de fotos se mandaban a través de un pasajero o un piloto de avión, ahora vete a un pasajero en el aeropuerto y dile que te lleve un paquetito, imagínate dónde te manda…
Soy de los que ha vivido desde la prehistoria hasta la época actual. Imagínate en las salas de prensa con las máquinas de escribir Olivetti de 200 personas haciendo un ruido increíble. Luego llegaron las eléctricas, que no hacían ruido, y luego ya fax que mandaba el texto a la redacción, aquello fue un gran salto. 
 
¿Cómo fueron tus inicios en moto?
 

Montaba en moto desde chaval y seguía mucho el motocross, de hecho mis primeros trabajos en la prensa fueron con carreras de motocross. Incluso diseñé un circuito de motocross en Majadahonda y estaba muy ligado a él. Era la época de Muñoz, de Toni Elías padre, etc. Mi primera moto, después de coger las de mis amigos, fue una Bultaco Sherpa 250, la Manel Soler réplica. Me gustaba mucho el campo. Luego tuve una Sanglas Yamaha y usaba también las de pruebas cuando trabajaba en la revista. Con Dennis Noyes hice un montón de pruebas. Me acuerdo una vez que Dennis, probando una Ducati Desmo, tuvo una caída tremenda y dobló una señal de prohibido adelantar con el hombro y te puedes imaginar cómo quedó la moto. Tuve que llamar a un amigo que tenía un taller para que viniera a recoger la moto, que estaba destrozada, y a él me lo llevé a casa y estaba hecho polvo. De esas muchas. 

Valentín montaba en moto desde que era un chaval y acabó haciendo de su pasión su trabajo como periodista

Valentín montaba en moto desde que era un chaval y acabó haciendo de su pasión su trabajo como periodista

¿Cómo era tu relación con Ángel Nieto?
 
Mi relación con él fue extraordinaria desde el primer día. Tuve mucha suerte porque pude compaginar mi afición con mi trabajo. Había seguido a Ángel desde Motociclismo como periodista y ya narré en 1984 cuando ganó su último título. Lo más importante es que dos años más tarde tuve a mi lado durante muchas horas, muchos Grandes Premios y muchos años a una persona como él. Y por eso puedo valorar cómo es su personalidad y el personaje. La opinión que tengo después de haber pasado mucho tiempo codo a codo en la cabina, es que ha sido un tío muy libre, con mucho ingenio, que aunque no tenía estudios, tenía un máster en la vida y una gran intuición desde pequeño. Hicimos una gran amistad. Alguien que de niño se iba de Madrid a Barcelona en una Ducson a rebufo de los camiones es increíble, y que además llega allí y se planta delante de la Bultaco y le dice al tío Paco que quiere correr en moto, es muy grande. Son cosas propias de alguien con un ingenio y un talento increíbles. Tenía horizontes que los demás no veíamos, iba por otro camino, tenía su propia disciplina. Además venía de un estamento muy humilde pero eso no fue ningún impedimento porque trabajó mucho.
 

Mi relación con Ángel fue extraordinaria desde el primer día

 
¿Cómo fue la anécdota de la inocentada con Ángel en televisión?
 
La idea nace porque el programa que hacíamos de deportes salía el domingo y el 28 de diciembre pensamos en hacer una inocentada en la reunión previa al programa. Dije que la hacía yo y me hice un cuestionario de preguntas “estúpidas” sobre correr en sidecar para Ángel. En la idea inicial teníamos una BMW con sidecar del ejército alemán en el Jarama para irnos en ella después de la entrevista, pero como la grabación se interrumpió un montón de veces y era una risa de miedo, decidimos hacer un montaje en el que no se nos viera reírnos, lo cual era dificilísimo, y luego otro completo con el cómo se hizo. Además, hubo otra versión con tacos, que salió por la noche después de que todo el mundo llamase para pedir que lo volvieran a emitir. A final del año fue el programa más divertido junto con lo de las empanadillas de Móstoles de Martes y 13.
 
¿Cuál ha sido el mejor momento y el peor que has retransmitido?
 
Buenos ha habido muchos, como el último título de Nieto, los de Aspar, o el de Crivillé en 1999. También los de Sito y el de Champi, que estuvo muy emocionante hasta el final y si no es por Aspar no hubiera sido campeón. Los peores momentos han sido los accidentes, como cuando se mató Palazzese en Hockenheim o Kato en Suzuka. Esos momentos fueron terribles.
 
¿Con qué piloto te has llevado mejor en el paddock?
 

La mejor relación la he tenido con Jorge Martínez Aspar y Crivillé, dos pilotos que nunca me engañaron. Antes no había telemetría y le echaban la “culpa al empedrado”: no, es que la moto no corre... Sin embargo me acurdo de Crivi en el año que fue campeón de 125, que parecía que le habían tirado y él mismo en una entrevista en directo reconoció que se había caído. No te engañaban nunca y reconocía cuando era cosa de ellos y no de la moto. Te podría decir unos poquitos que no eran así… 

¿Qué hubieses cambiado en tu época de las retransmisiones?
 
No dependía de mí, porque los medios eran los que eran y se fueron mejorando poco a poco. En la época Dorna tuvimos una cámara abajo más tarde con Alberto Puig y luego Manolo Pecino para hacer entrevistas y ampliar el nivel de información. Al principio ni se nos veía y al final ya teníamos un set. Pero al principio iba yo solo y hacía de productor, realizador, narrador y hasta la limpieza…
 
¿Te has quedado con ganas de narrar algún momento en particular?
 
Me quedé con ganas de seguir, pero no de narrar ninguno en particular.
 
¿De dónde venía lo de “la agricultura”?
 
Era porque había hierba en las escapatorias y cuando un piloto se salía acababa ahí. Lo dije un día, por asociar la hierba y la agricultura, a la gente le gustó y lo seguí diciendo.
 
¿Montas en moto?
 
Voy en moto, tengo una Aprilia Arrecife 500 para moverme todos los días y de vez en cuando me doy una vuelta en alguna moto grande.
 
¿Otra pasión?
 
El golf. Ya hacía retransmisiones de golf cuando estaba en la tele. Empecé a narrar golf antes que a jugar y me aficioné, es algo que te engancha mucho.
 
¿Cómo ves lo que queda de temporada?
 

Lo veo muy disputado. Para mi Márquez es el candidato número uno, es el más listo, aunque habrá que ver la evolución de Maverick. Tras las últimas dos victorias de Marc y desde que hace un año descubrió que las carreras duran 45 minutos es el principal favorito. Antes quería hacerlo todo en los primeros 10 minutos. Pero todavía queda mucho…