Ambas novedades cuentan con un propulsor de 250 cc refrigerado por agua, con doble árbol en cabeza, cuatro válvulas, árbol de equilibrado para eliminar vibraciones y una alimentación que se vale de carburadores que la apartan de los mercados en los que es obligatoria la normativa anticontaminación Euro 3, por lo que no veremos a estas motos circular por nuestras carreteras. Comparten el bastidor fabricado en acero y el basculante de sección oval de aluminio.
La KLX es una moto de concepto trail semejante al de su hermana la KLX 250 S pero que ha sido adaptada para un uso más «campero». La D-Tracker X se apunta a la moda Supermotard e incorpora ruedas de 17 pulgadas con neumáticos de asfalto montados sobre llantas de radios con el cerco de color negro, exhibiendo una decoración más urbana.