Por Jorge Torrecillas
Todo apuntaba a una lucha encarnizada entre los tres pilotos que lideraban la clasificación provisional: Lavilla, Kiyonari y Haslam. El español quería revalidar el título pero tanto su compañero de equipo – Airwaves Ducati - como el japonés iban a vender cara su piel. Y así ha sido. Además esta última prueba contaba con el aliciente de puntuar doble ya que al no poder disputarse la 5ª prueba del cto. la Dirección así lo dicidió.
La mala suerte se ha cebado con Lavilla, que no ha podido terminar ninguna de las dos carreras, perdiendo de ese modo, desde el principio, toda posibilidad de luchar por la «corona británica». Una intensa lluvia ha dificultado la acción de los pilotos y nuestro único representante se ha visto obligado a abandonar en la cuarta vuelta de la priemra carrera. Quedaba de este modo un duelo a cara de perro entre Haslam y Kiyo.
En la primera carrera la pelea por la victoria ha durado hasta la misma línea de meta donde el de HM Plant Honda ha podio imponerse a la Ducati de Haslam por tan sólo dos décimas. La lluvia ha obligado a detener la carrera para que se reanudara poco después con las motos preparadas para mojado.
En la segunda manga el de Airwaves le ha devuelto el golpe al japonés pero ya era demasiado tarde. Kiyonari no ha querido arriesgar y, aunque ha sido segundo, ha dejado que Haslam se alejase ya que sabía que con terminar tras el se alzaría campeón. Solo ha tenido que esperar paciente y no cometer errores. Por su parte, Haslam, que solo le valía ganar ha cumplido con su cometido pero su rival jugaba con ventaja. El de Ducati ha sido subcampeón, con su compañero Lavilla a la zaga en la clasificación final. “Hemos tenido mala suerte, pero Kiyo ha corrido francamente bien y se lo merece. El título se consigue después de toda una temporada y no en una carrera. Estoy contento de todos modos por haber acabado en el podio", comentaba Haslam tras la prueba.
El podio lo completaban Michael Rutter en la primera carrera y Jonathan Rea en la segunda. Lavilla soñaba con un título que la mala fortuna le ha arrebatado de las manos y le ha entregado a Kiyonari.