El sábado, en la jornada de verificaciones, el sol brillaba y ni las peores previsiones vaticinaban una situación tan adversa. Desde la madrugada del domingo el agua cayó intensamente en la localidad gaditana, encharcando la pista y las instalaciones aledañas, quedando El Barrero transformado en inmenso espacio de fango.
Inicialmente se retraso el horario del evento una hora, pero la lluvia no cesó e incluso fue a más. En este escenario dantesco el jurado de la carrera decidido reunirse con todas las partes implicadas (pilotos, organizador, promotor, responsable de seguridad…) para acordar la suspensión de la prueba.
El motivo fundamental de la cancelación fue por causas de seguridad ante las dificultades que plantearían posibles evacuaciones de emergencia en caso de accidentes de los pilotos.