Narváez se felicitó por la manera en que Barcelona aborda esta problemática que ya es un modelo para muchas ciudades europeas. La movilidad a pie, en bici y en transporte público está creciendo frente al uso privado, y en este sentido la moto está demostrando, con un crecimiento anual del 5 por ciento, ser una aportación imprescindible.
También aplaudió que la siniestralidad general haya bajado un 10,4 por cien en el período de 2007, y citó que entre las motocicletas ésta ha bajado también un 5,6 por ciento. Aún así, «Sí a la moto» expuso la importancia de citar también, junto al número víctimas, «la causalidad de los accidentes en los que se halla una moto implicada: en 7 de cada 10 ocasiones, la moto es la víctima en vez de culpable y es necesario que el Ayuntamiento matice convenientemente estas cifras al aportarlas a la opinión pública evitando poner a las motos en el disparadero de la prensa generalista».
Afortunadamente, el número de puntos de riesgo en la ciudad –con más de 10 accidentes al año– se ha reducido por primera vez a menos de 100… mostrando la vía para hacer más seguro el uso la moto, que tanto aporta a la movilidad metropolitana.