La campaña que el Ministerio de Interior ha comenzado para promover el uso del casco comenzó hace un mes y consiste principalmente en paralizar todos los vehículos de aquellas personas que conduzcan sin casco, y que no podrán ponerse en marcha hasta que el conductor se ponga el casco, teniendo incluso que ir a por uno en el caso de que no lo lleve encima.
Y además de la retirada de la moto, se hace efectiva una multa económica de 150 euros y la pérdida de hasta tres puntos en el carné de conducir.
Esta campaña de la DGT está sobre todo dirigida a las comunidades autónomas de Andalucía, Extremadura y Murcia, en las que el uso del casco en zonas urbanas es menor la media nacional. Según los estudios de que dispone la Dirección General de Tráfico (DGT), en algunos municipios objeto de la campaña el uso del caso desciende hasta el 84% en conductores y al 64% en acompañantes, unas cifras "muy bajas" si se compara con el empleo de esta medida de seguridad en las carreteras, que alcanza el 99%.
Esta iniciativa del Ministerio de Interior durará en principio hasta el próximo 31 de julio, aunque no descartan que pueda prolongarse.
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