Ya
sabemos más cosas sobre el plan de choque que la
DGT ha decidido lanzar el año que viene para frenar
el aumento de la siniestralidad entre las motos. Entre las medidas más
controvertidas destaca por encima de todas la creación de un nuevo
carné de moto, el A2, que -al
igual que el actual- limitará a los conductores durante dos años a
conducir motocicletas de una determinada potencia, aunque incluye la
cláusula de que los menores de 24 años sin experiencia previa no podrán
acceder a motos de gran cilindrada antes de poseer dos años de carné.
La norma ya está recibiendo las primeras críticas, dado que los
accidentes que se están registrando en mayor cantidad son los de
motoristas con 10 años más de edad que la estipulada en la misma y que
“se supone” cuentan con algo de experiencia o al menos con amplia
antigüedad del carné. Sin embargo, da la sensación de que el ente
administrativo no parece comprender cuáles son nuestras necesidades
inmediatas, tales como adecuar las vías y acabar con los guardarraíles
en puntos críticos.
De hecho, se ha aprobado una partida de 43 millones destinados a
proteger guardarraíles en 1.500 km de autovías, algo que no está mal,
aunque echamos de menos una mayor atención a las vías secundarias donde
actualmente más se necesita y hay más accidentes.
Además, también se quiere perseguir de manera especial a los motoristas
reincidentes encareciéndoles las primas de los seguros, una medida que
sería justa si también se aplicase a los coches.
Otras propuestas del proyecto son el estudio de la adaptación de
elementos de seguridad en las motocicletas como el ABS obligatorio, el
uso de nuevos materiales para las señales verticales -como la fibra de
vidrio o el PVC- o la revisión de las intersecciones y la señalización.