Las motos de estilo retro están de moda, y al carro de las más exclusivas y deseadas se apunta, a su manera particular y dentro de su segmento, la novedosa Hanway Raw. Una accesible «ciento veinticinco» de corte eminentemente ciudadano y práctico, que con su imagen desenfadada, estilo vintage que rememora los felices años 70, llamará la atención de más de un motero, y especialmente a más de un transeúnte que aspira a serlo.
Pero hay más, porque además de sus colores vivos (en las diferentes versiones cromáticas), sus llantas de radios, manillar elevado y ancho asiento plano, elementos estos que te transportan varias décadas en el pasado, y que se inspiran claramente en el gusto europeo, tiene importantes argumentos para convencer, tanto desde el punto de vista dinámico como económico. Y es que por 1.299 euros no vas a encontrar otra moto de su cilindrada en el mercado nacional. También, y en buena lógica, hay en ella ciertas limitaciones.
Aparente
La Hanway Raw 125 es una moto de tamaño medio, que supera los dos metros de largo. Su ergonomía es algo extraña en un primer momento, por la disposición de sus estribos y manillar, elevados en ambos casos. Pero lo cierto es que rápidamente te adaptas a ella, y en ningún caso resulta molesta o antinatural. La dirección gira mucho, la sensación de ligereza del conjunto es latente, los espejos retrovisores ofrecen una buena visión de lo que ocurre a tus espaldas, el asiento es estrecho y bajito... Todo la favorece para callejear. ¿Aspectos a mejorar? O, al menos, cuestionables: la excesiva dureza de su asiento, que termina por apreciarse tras un rato a sus mandos; y la utilización de unos estribos para el conductor sin muelle de retorno que los devuelva a su posición original. Es decir, que pueden quedarse plegados en un momento dado sin tú ser consciente de ello, con el consiguiente «sustillo» que te puedes llevar.
Sus acabados son muy discretos, de acuerdo a su ajustadísimo precio, y sus componentes de parte ciclo son sencillos, si bien cumplen con su cometido. Como ejemplo del primer aspecto, la instrumentación está compuesta por un par de relojes encima del faro, uno con velocímetro con totalizador y parcial, y el otro para el nivel de gasolina. Nada más. Bueno, sí, un indicador de marchas digital, que si bien es práctico, no concuerda mucho con la estética retrospectiva del modelo.
Por otro lado, la rigidez del chasis monocuna de acero nos resulta muy acertada, así como el tarado y comportamiento de su horquilla convencional. El disco de freno delantero mordido por una pinza de dos pistones tiene la potencia «justita», y aunque no va mal de tacto, sí lo hace de capacidad de frenada. Detrás, el amortiguador es algo seco, poco progresivo. Cuando ocupa su puesto un segundo ocupante, ciertamente disminuye su recorrido. El freno de tambor trasero es más que suficiente como para asistir con acierto al delantero en momentos de apuro, o cuando circulas a máxima velocidad. Su tacto es bueno, y también es muy válido para «timonear» entre el tráfico.
Mecánica destacable
La Hanway Raw 125 equipa un propulsor monocilíndrico refrigerado por aire y alimentado por un pequeño carburador que destaca por su suavidad de funcionamiento y respuesta. Sin duda su comportamiento, y a pesar de su escasa potencia (10 CV verifi cados en nuestro banco a 8.440 rpm), es superior al resto del conjunto en el cómputo general. Lógicamente, es importante mantenerlo siempre en un rango de revoluciones elevado para conseguir una rápida respuesta a la hora de roscar el puño del gas. Y jugar con el cambio tanto como sea preciso para tal fin. Así las cosas, la Raw 125, con su mecánica Yamaha-Jianshe (similar a la de la YBR 125, salvo porque esta cuenta con alimentación por inyección electrónica), es capaz de superar los 100 km/h, sufi ciente en tus desplazamientos urbanos e interurbanos. Eso sí, una pendiente, o un segundo ocupante ocasional, disminuyen sus prestaciones considerablemente.
Hanway es una marca china joven, que en España es importada por Motorien, responsable de Hyosung, Daelim y LML. Es por ello que cuenta con una importante red de distribuidores, lo que sin duda confiere al posible cliente un interesante nivel de confianza. Sobre todo pensando en ciertas motos chinas que ocasionalmente han llegado a nuestro mercado. La Raw 125 se comercializa en cuatro variantes cromáticas: naranja-negra, azul, blanca-naranja, y negra-naranja. Así que si te has fijado en la Raw, seguro que alguno de ellos acertará a ser el que te entre por los ojos para ser tuya.
Conclusión
Es la moto más barata del mercado con su precio promocional de 1.299 €, y no por ello carece de cierto atractivo. La Raw es discreta en sus acabados y prestaciones, para ser una 125 cc, pero a cambio es vistosa con su estética retro estilo años 70, y de aspecto y apariencia robusta. Cuestiones estas ciertamente interesantes si piensas en ella como lo que es: una moto para el día a día en la ciudad, que pida «poco de comer», sea fiable y duradera, y te lleve de un lado a otro con solvencia y cierta rapidez.