Es un scooter radical, con un chasis
doble viga de aluminio que impresiona con sólo verlo
y un equipo de frenos con pinza radial en el tren delantero
que ofrece una gran potencia a pesar de no haber obtenido
las mejores cifras en frenadas.
Sus mejores resultados
los ha obtenido en las pruebas de aceleración, tanto
de 0 a 30 como de 0 a 50 km/h, y no ha querido ser
menos al sortear conos en los eslalon consiguiendo cifras
que sólo ha mejorado, y por la mínima, el pequeño
SYM Mio 100.
El GP1 tiene un tacto y unas geometrías de
dirección de competición, con precisión y firmeza, y sólo
unas suspensiones demasiado duras y un asiento poco
confortable le restan virtudes en el uso diario. Ahora
el GP1 cuenta con un doble amortiguador trasero dejando
atrás el más exclusivo pero menos práctico «mono» de
su versión anterior. Con esto se ha conseguido ganar capacidad
de carga, ya justa de por sí al no poder utilizar el
espacio entre las piernas, y ahora bajo el asiento nos cabrá
un casco integral sin dificultad alguna.
La instrumentación
la preside un grande y deportivo cuentarrevoluciones,
toda una declaración de intenciones, al que hay que
sumar una pantalla digital.
LO MEJOR
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<td><p>-Aceleración<br>
-Agilidad<br>
-Potencia frenada</p>
</td>
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LO PEOR
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-Suspenciones duras
-Confort
-Puente central |
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