Scooter

Prueba del Rieju City Line 125

El último gran scooter 100 por cien nacional llega al mercado aunque no puede esconder la herencia italiana en su diseño (Malaguti) y motor (Piaggio).

Jesús Lázaro / Fotos: Lluís Llurba

2 minutos

Prueba del Rieju City Line 125

Rieju entra de lleno en el segmento de los scooter con carné y lo hace a lo grande, con un modelo GT que se desdobla en dos cilindradas, un 125 y un 300 cc. Hasta ahora, la marca con sede en Figueres se había centrado en el segmento de los ciclomotores y las motos de baja cilindrada y ha estado muy enfocada en el público joven, dejando de lado un suculento mercado al que ahora espera atacar con éxito.
Con casi 80 años de experiencia a sus espaldas, Rieju no tiene nada que demostrar en el mundo de las dos ruedas y por si fuera poco, para su primer scooter «grande» cuenta con los moldes y la línea de producción de la desaparecida marca Malaguti, con la que colaboró activamente en la década de los 80 y 90. A lo mejor sus líneas te recuerdan a uno de los scooter más prestigiosos en el mercado italiano, el Malaguti Madison. Especialmente en su frontal de líneas angulosas, con los faros y los intermitentes perfectamente integrados en el carenado y que le dan ese toque de diseño exclusivo a la italiana. Una buena base para comenzar, veamos ahora cómo se comporta cuando lo arrancamos.

Carretera y ciudad

Pocas veces Rieju se ha tenido que enfrentar a esta dualidad, ya que sus modelos han sido eminentemente urbanos. Sin embargo, como buen GT que es, el City Line te permite salir al extrarradio con las únicas limitaciones que te aportan los 15 CV de su motor LEADER de Piaggio. Que, dicho sea de paso, es probablemente el más potente de su categoría. Con una velocidad punta (real) de 102 km/h podrás circular sin problemas por circunvalaciones e incluso, como yo, hacer el recorrido diario de 20 km por autovía con total seguridad. Algo poco habitual para un scooter de su categoría y que en su caso es una virtud, son las llantas de 14 pulgadas, que le da mayor aplomo en carretera y estabilidad cuando gira. Su nivel de protección, tanto con la pantalla como con el escudo es óptimo; y gracias a su conseguida ergonomía el confort en marcha está a la altura de un scooter de gama alta.
Sus dimensiones no son un lastre en el tráfico urbano, donde probablemente lo utilizarías la mayor parte del tiempo. La horquilla trasmite toda la información que te llega del asfalto, aunque quizá peque un poco de blanda e irregular. Mejor sin duda son sus grandes frenos Wave de 260 mm delante y 240 mm detrás, así como los Michelin City Grip mixtos que equipa de serie. Como ves, Rieju no ha querido escatimar ni en diseño ni en equipamiento, aunque ha tratado de ajustar su precio al máximo sin superar la barrera de los 4.000 euros.