Como ves se trata de un modelo
voluminoso, amplio y muy confortable tanto para piloto
como pasajero, con un frontal generoso y una pantalla bien
elevada que nos proporcionan la protección aerodinámica
necesaria. Todo esto implica un peso elevado que como suele
ocurrir nos beneficia en carretera abierta pero nos termina
pasando factura en el medio urbano. Lo corroboramos
en las mediciones entre los conos, donde no se ha mostrado
especialmente ágil, pero del mismo modo que sí ha sabido
demostrar su buena estabilidad a ritmo rápido.
Su motor
de refrigeración líquida le ha hecho alcanzar una velocidad
máxima de 102,1 km/h reales, algo justa para tratarse de todo
un correcaminos, y al que tanto lastre y un variador conservador
le ha hecho perder puntos en las aceleraciones.
Luego está su lado práctico que como buen taiwanés sabe
marcar la diferencia.
Un cuadro de instrumentos realmente
completo, estriberas para el pasajero plegables y «automáticas
» con sólo accionar un botón, un cómo acceso al depósito
de combustible, luces antiniebla y espacio bajo el asiento
donde no llegan a caber dos casco integrales pero sí uno
y bastantes cosas más.
LO MEJOR
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<td><p>-Estriberas automáticas<br>
-Confort<br>
-Protección</p>
</td>
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LO PEOR
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-Puente central
-Aceleraciones
-Manejabilidad |
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