Scooter

TGB X-Motion 250

Prueba del nuevo scooter taiwanes de la marca TGB. TGB era la última gran marca taiwanesa que quedaba por llegar a España: desde antes del verano cuentan con una buena red (la misma de Daelim, Hyosung o Ducati) y este X-Motion 250 es su buque insignia: un scooter amplio, cómodo, capaz, rápido... y por debajo de los 3.000 euros.

Josep Mª Armengol / Fotos: Paloma Soria

3 minutos

TGB X-Motion 250

Hace muchos años que veíamos los scooter TGB (por «Taiwan Golden Bee») en salones internacionales y siempre nos pareció extraño que nadie se animara a importarlos a nuestro país, pues tenían el alto estándar de calidad habitual en productos de Taiwan (a no confundir con Corea ni con las «chinas» más baratas), no en vano es un gran fabricante y por ejemplo el proveedor número uno de variadores en aquel mercado (que domina KYMCO). Desde hace unos meses esto ya es historia porque una empresa del calibre de Onex (el distribuidor de Ducati, Daelim y Hyosung) ha cogido las riendas de esta marca, con la tranquilidad que ello supone a la hora de pensar en temas de post-venta y garantías.

Dentro de la gama TGB, el X-Motion que traemos a nuestras páginas esta semana es el modelo más grande de la marca, también lo hay disponible «sin carné» (modelo 125 que cuesta 2.199 euros) y en esta versión 250, el «buque insignia» a falta de que las anunciadas versiones de 400 o 500cc aparezcan en los próximos salones de otoño y, quizás, en el mercado el año que viene. Como ves en las fotos el X-Motion es un scooter «grande», y como también puedes ver tanto por su imagen y tamaño, como por el propio nombre, tiene cierto «aire» al superventas de la categoría, el Yamaha X-Max.

De hecho nada más subirte a sus mandos tienes sensaciones parecidas: de amplitud, da igual qué talla tengas pero nunca estarás «encogido» a sus mandos, y eso que el asiento no está tan alto. La mejor noticia, aparte de ese precio por debajo de 3.000 euros, llega al abrir el asiento: el hueco disponible es amplísimo, y puede albergar dos cascos integrales y queda espacio para alguna cosa más. La forma es alargada así que según qué maletín tengas puede no entrar ahí, pero en ese caso podrás llevarlo delante ya que, aunque no hay una plataforma plana, el «túnel» sí es plano y permite llevar cosas ahí (si lo sabré yo que ya he llevado un par de veces la típica maleta tamaño «equipaje de mano»).

El motor 250, de origen propio y con inyección, anda muy bien: no llega a las prestaciones de los 250 más punteros (Piaggio o Yamaha), pero permite cruceros de 120 km/h reales (130 marcador) con una punta que roza los 130 km/h, y las aceleraciones están casi a la altura de las de sus rivales de cilindrada, y lo que le falta es más debido al peso que al motor: sus 186 kg verificados con el depósito lleno son como poco 10 kg más que otros 250.

El peso y la amplitud dan la sensación, a sus mandos, de estar en un scooter mayor que 250, pero TGB ha conseguido una geometría ágil y en mitad de los atascos el X-Motion se defiende muy bien (mejor que el Yamaha, ése es su punto flaco). Ayudan a esa agilidad unas suspensiones firmes, que apenas absorben energía cuando cambiamos de lado el scooter, aunque a cambio pueden ser algo incómodas (en particular la trasera). Los frenos están a la altura del tamaño del scooter, no hay ningún sistema «combinado», pero ofrecen buen tacto y tiene en la maneta derecha el práctico añadido de un «bloqueo» (estilo Honda, pero mejor resuelto), ideal para aparcarlo en pendiente o para sujetarlo entrando en un aparcamiento con rampa pronunciada. Y hablando de soluciones ingeniosas, tenemos un completo y legible cuadro de instrumentos, una amplia guantera y el pasajero descubrirá agradecido que hay reposapiés plegables para él.

En el lado de las cosas menos acertadas que encontramos a bordo del X-Motion están algunos detalles mal resueltos: el acceso al repostaje está «a medias», porque es bueno que esté en el escudo y que se accione con la llave de contacto (muy la estilo KYMCO) pero ¡no tan bajo! porque ahí nos obliga a agacharnos o bajarnos. Y ya que la llave abre el depósito, podría abrir también el asiento (hay que sacarla y buscar otra cerradura). Eso, y que la protección del carenado queda algo comprometida por esa pantalla algo estrecha y baja (un poco más y sería perfecta), son los mayores defectos que somos capaces de encontrarle, lo cual te da una buena idea de cuánto nos ha gustado este modelo, toda una «revelación» porque no hay ahora mismo un 250 que dé tanto por tan poco.