Pruebas

Suzuki Katana 2019, prueba, ficha técnica y primeras impresiones

Suzuki ha recuperado una de sus denominaciones más míticas para dar nombre a una nueva supernaked, cuyo diseño también recuerda al de la Katana GSX1100S de 1981. Sin embargo, la nueva Katana no se trata de un modelo vintage, sino de una moto moderna, dotada de un potente propulsor de 999 cc y de una parte ciclo muy deportiva con componentes de calidad.

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Suzuki Katana 2019, prueba, ficha técnica y primeras impresiones

La katana era la espada de los samuráis, fieles guerreros entrenados para defender al emperador de Japón. El honor y la fidelidad a su señor eran sus valores y la katana era el arma con la que luchaban y le defendían. El vínculo con su katana era tan fuerte, que un samurái estaba unido a ella de manera espiritual y no la podía tocar nadie más que él. Si otro samurái lo hacía, incluso de manera accidental, esto suponía un duelo inmediato. Y si el que se atrevía no era un guerrero, se puede decir que su muerte estaba prácticamente asegurada. Un samurái estaba convencido de que su katana tenía alma y si la desenvainaba era porque la tenía que utilizar. Creía que si “su alma se despertaba" era porque reclamaba una víctima. También era habitual que estuviesen aseguradas con amarres complicados para que desenvainarlas no fuese una tarea fácil. Por todo esto, las katanas son espadas muy veneradas en Japón en la actualidad y la mayoría son auténticas obras de arte en las que se invierten muchas horas para su fabricación mediante un proceso milenario.

La Suzki Katana GSX1100S de 1981 es considerada como una moto adelantada a su tiempo.

Por tanto, cuando Suzuki escogió el término Katana para denominar a uno de los modelos más míticos de su historia, está claro que no fue una casualidad. La Katana GSX1100S causó furor cuando fue presentada a finales de 1980 y su éxito fue tan grande que, sin muchos cambios, se mantuvo en algunos mercados hasta 2006. Sus 25 años de vida confirman que estéticamente fue una moto adelantada a su tiempo. Para diseñar su original carrocería se invirtieron muchas horas en el túnel de viento y gracias a ella se anunciaba muy estable a alta velocidad. Con 111 CV declarados, en 1981 se erigió como la moto de gran producción más veloz jamás fabricada, capaz de alcanzar los 220 km/h, una velocidad muy elevada para la época.

La Katana GSX1100S llegó al mercado en 1981 y se mantuvo en producción durante cerca de 25 años

Nueva oportunidad

Tras varios años dando vueltas a la idea, la firma de la “S" ha decidido recuperar la denominación Katana para dar vida a una nueva supernaked. Suzuki ha aprovechado la buena plataforma de las GSX-S1000 y la ha vestido muy acertadamente con una nueva carrocería diseñada en Italia que combina con maestría aspectos clásicos, con detalles modernos. También la decoración elegida o el tapizado bicolor del asiento pretenden rememorar a la primera Katana. Sin embargo, como se puede apreciar y como la marca japonesa recalca, no se trata de un modelo vintage, sino de una moto moderna, dotada de un propulsor potente y de una parte ciclo muy deportiva con componentes de calidad.

La nueva Katana no es una moto vintage. Es un modelo moderno con un propulsor potente y una parte ciclo muy deportiva.

Con respecto a las GSX-S1000, además de nuevos elementos en la carrocería, la nueva Katana incorpora un manillar más alto, y un depósito más corto y de menor capacidad. Como es lógico, el asiento también posee nuevas formas, y con estas novedades se ha conseguido que en comparación con sus hermanas se conduzca con nuestro cuerpo más adelantado y erguido, una posición que recuerda incluso a la de algunas trail, aunque con el asiento claramente más bajo para permitir que los pies lleguen al suelo con más facilidad. Por otro lado, la zona del asiento destinada al pasajero es más plana y espaciosa, aunque también es cierto que no existen asas a las que agarrarse.

Además de carrocería y depósito nuevos, la Katana incorpora novedades en manillar, alumbrado, instrumentación y soporte de matrícula

También la instrumentación es de nueva factura. Sigue contando con un panel digital, pero incluye detalles de color y su diseño es claramente más vistoso. Otra novedad importante se encuentra en el alumbrado y ahora todos los elementos, incluyendo intermitentes, son LED. Igualmente es innovador el soporte de la matrícula anclado al brazo izquierdo del basculante, dejando así la zona del colín totalmente libre de cargas. En el motor, salvo retoques en el sistema de gestión, no se han introducido cambios, anunciando 150 CV a 10.000 rpm, por lo que la velocidad máxima según los datos que tenemos de sus hermanas, deberá superar los 240 km/h. Al respecto, conviene recordar que Suzuki decidió en su momento adelantar el corte de encendido en sexta para no superar los 245 km/h, una cifra elevada para una moto prácticamente desnuda. También son dignas de mención las modificaciones realizadas en el puño del acelerador con la idea de dulcificar su respuesta y hacerla algo menos directa.

Con 999 cc, la nueva Katana anuncia 150 CV y es capaz de superar los 240 km/h.

Suzuki nos ha invitado a Japón para conocer de cerca su nueva Katana “mil". Allí, además de visitar la nueva planta de Hamamtsu en la que se fabrica nuestra protagonista y de probarla a las afueras de Kioto en una carretera cortada al tráfico, también hemos visitado una forja en la que se producen las espadas katana de acuerdo al método tradicional. La verdad es que ha sido una presentación muy completa en la que, en poco tiempo, hemos conocido muchas cosas del País del Sol Naciente

Las espadas katana se elaboran siguiendo un proceso milenario.

Emociones

Como en las GSX-S1000, el tetracilíndrico en línea de la Katana deriva del que utilizaron las GSX-R1000 entre 2005 y 2009. Lógicamente, en su momento fue adaptado a su nuevo cometido, limitándose a altas revoluciones, mejorándose su respuesta a bajo régimen y eliminándose los modos de motor. A pesar del renovado acelerador por cable, la respuesta sigue siendo muy directa, especialmente al circular despacio en marchas cortas, por lo que viene bien aprovechar el buen funcionamiento del control de tracción, regulable en tres posiciones, y no desconectarlo. En esta presentación, con asfalto con buen agarre, pero frio, hemos optado por mantenerlo en la posición 2, pues en la posición 3, la más intrusiva, si hemos notado que actúa con mayor frecuencia y en ocasiones antes de lo deseado. Es un control de tracción muy avanzado que toma información de hasta cinco sensores que controlan los posibles deslizamientos de ambas ruedas.

Incorpora un control de tracción y regulable en tres posiciones. También puede ser desconectado.

A ritmos tranquilos la Katana es muy civilizada y agradable. Quizá algo rumorosa, pero su tacto «japonés» está presente en todas las operaciones, con una caja de cambios de funcionamiento muy correcto y un embrague que se dosifica bien al practicar salidas enérgicas. El motor, además de responder con contundencias a bajas vueltas, demuestra carácter en todo momento, e incluso en torno a 6.000 rpm nos obsequia con una “patada", subiendo con rapidez hasta superar las 11.000 rpm, recordándonos sus orígenes deportivos. Ergonómicamente es muy confortable, con un manillar con los puños situados más altos que en otros modelos similares, un asiento cómodo y unos reposapiés, que aunque carecen de gomas, están ubicados de forma que nuestras piernas no van excesivamente flexionadas. Para ser una «mil» su tamaño es muy compacto y su asiento se sitúa bajo. Su peso de 215 kg con los 12 litros de gasolina que caben en su depósito es contenido, por lo que no es difícil maniobrar con ella a baja velocidad, con una dirección con un buen ángulo de giro que permite cambiar de sentido en poco espacio.

El peso anunciado para la Katana es de 215 kg con los 12 litros que caben en su depósito

El nuevo semicarenado brinda cierta protección a la parte media de nuestro cuerpo, pero si es cierto que la zona del casco queda bastante desprotegida. Por características y ergonomía, la Katana puede llegar a ser una buena rutera, aunque habrá que instalarle la pantalla sobreelevada que se ofrece en opción y habrá que buscarse la vida para montarle alforjas o maletas, porque este aspecto Suzuki no lo tiene contemplado.

Robusta

La parte ciclo gira en torno a un chasis de doble viga de aluminio creado especialmente para las GSX-S1000 y con el objetivo de que la conducción esté exenta de complicaciones, y para que sean motos ágiles a baja velocidad y que mantengan el tipo al practicar una conducción agresiva. Sin embargo, el robusto basculante de dos brazos asimétricos procede de la GSX-R1000 2016, y el bien dotado tren delantero también posee unas características muy similares. Así incorpora una horquilla invertida KYB multirregulable (extensión en la pata izquierda, compresión en la derecha y precarga en ambas) y un equipo de frenos formado por pinzas Brembo de anclaje radial y discos de 310 mm, junto con ABS Bosch 9M. En la parte trasera monta un monoamortiguador con sistema progresivo, pero en su caso solo permite ser regulado en precarga de muelle e hidráulico en extensión. Para el de la Katana se ha optado por un muelle más blando, pensando en aumentar el confort de marcha en todo momento. También en los neumáticos hay cambios y Suzuki ha escogido los nuevos Dunlop RoadSport 2, algo más turísticos que los que montan sus hermanas, pero también más duraderos. Como han demostrado en esta presentación, cumplen perfectamente con su cometido, y en condiciones ciertamente frías e incluso húmedas, permiten disfrutar en carreteras de curvas con mucha seguridad.

El chasis de dos vigas de aluminio se combina con un robusto basculante procedente de la GSX-R1000 2016.

Al igual que las GSX-S1000, el comportamiento deportivo de la Katana es encomiable. Es más que suficientemente ágil para tratarse de una supernaked y su tren delantero inspira confianza en todo momento, consintiendo realizar apoyos muy fuertes a la entrada de las curvas sin problemas y retrasar su potente frenada hasta muy adentro de los virajes. También permite pasos por curva elevados, aunque quizás en curvones rápidos se echa de menos una ergonomía algo más deportiva. Pero todo no puede ser y Suzuki ha preferido darle a la Katana un toque más turístico y ciudadano que el de las GSX-S1000. Está claro que había que diferenciarla en algo más que en la estética.

Conclusión

En poco tiempo y sin grandes cambios, Suzuki ha logrado hacer una moto de indudable atractivo, tanto por estética, como por rendimiento y efectividad. Su base es muy buena y se ha mejorado en aspectos en los que las GSX-S1000 pecan por ser muy simples, como la instrumentación o el alumbrado. También es más llamativa desde el punto de vista estético y la denominación Katana es un claro reclamo para los más nostálgicos. A pesar de ser una “mil" su peso no es elevado y su conducción es sencilla en todo momento, con un punto menos radical que sus hermanas, tanto en la respuesta, como en la posición de conducción, lo que beneficia al uso diario y al conducirla de forma relajada. Por criticar algún apartado, quizá los 12 litros de capacidad de su depósito pueden ser pocos para una moto de sus características.

Ficha técnica Suzuki Katana