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Yamaha MT-125 2020, prueba de la puerta de entrada al mundo MT

Yamaha pone en escena la segunda generación de su MT-125, la puerta de entrada al mundo de las “master of torque". Una naked de estética agresiva, con motor de distribución variable y basada en la YZF-R

Roberto Ruíz

4 minutos

Yamaha MT-125 2020, prueba

De cara a este 2020 a la Yamaha MT-125 le ha llegado el momento de ponerse al día, y parece que la firma japonesa no se ha guardado nada para poner en escena una de las naked 125 más avanzadas del mercado. Aquí no hablamos de un pequeño lavado de cara o un rediseño con el que actualizar sus líneas. En absoluto. Esta nueva MT poco tiene que ver con su predecesora, ni por dentro ni por fuera, y podemos estar hablando de una moto prácticamente nueva. Para darle forma Yamaha se ha basado en su YZF-R125, su pequeña gran deportiva, y eso es garantía de buenos resultados.

Desde que apareció en 2014, la MT-125 ha sido una de las referencias del mercado, sus ventas en Europa han superado las 36.000 unidades y eso le permite poseer el 25% del segmento de las naked 125 del mercado europeo. Es una categoría reñida, donde la lucha está tanto en los modelos más básicos y económicos como en los más tecnológicos y avanzados, que pueden tener un precio que doble el de las primeros.

Es el segmento más accesible de todos, tanto a través del carnet A1 como con el de coche con tres años de experiencia, y eso lo hace especialmente atractivo. Como verás, en esta 125 Yamaha ha sido fiel a las señas de identidad de toda buena MT, entre las que agresividad y prestaciones van siempre de la mano.

Yamaha MT-125 2020, con la base de la YZF-R125

La MT-125 es la puerta de entrada al mundo MT, las “master of torque" en las que el par es el protagonista, y que empieza aquí y termina en la MT-10 de 160 CV. De hecho, esta 125 representa el 16% en ventas de su familia MT, y eso no es moco de pavo.

Para dar vida a esta nueva MT-125, Yamaha ha tomado como base la YZF-R125 que puso en escena a comienzos de 2019. Ya en aquel momento revolucionó su pequeña deportiva, y ahora lo ha hecho con la menor de las MT. Más allá del rediseño estético, tan radical como espectacular y que afecta a todo el conjunto, esta 125 cuenta con nuevo motor, nuevo chasis y componentes de aspiraciones deportivas.

El nuevo frontal es toda una declaración de intenciones y parece tener vida. La instrumentación es completamente digital, bastante completa, y la parte ciclo es compartida con su hermana YZF-R125, donde destaca su pinza de freno delantera de anclaje radial.

Ahora esta MT es más compacta que su predecesora, monta un subchasis específico más corto y un basculante que reduce su distancia entre ejes en 30 mm. Un nuevo bastidor Deltabox de acero se encarga de mejorar su rigidez y precisión. El motor, además de incorporar distribución variable, cuenta con unas toberas de admisión más amplias, un airbox mucho más grande (pasa de 2,9 l a 5,5 l) y válvulas de mayor tamaño, a lo que se suma además un efectivo embrague antirrebote y un sistema de refrigeración optimizado. También se ha actualizado el silenciador del escape para conseguir un sonido que transmita, dentro de lo posible, una mayor emoción.

Aspiraciones deportivas en la Yamaha MT-125 2020

Con todo esto, y la imagen que dibujan sus nuevas ópticas LED, está claro que esta 125 es toda una MT. Para esta primera toma de contacto recorrimos una buena variedad de carreteras en Málaga, donde comprobamos tanto su agilidad en el centro de la ciudad como su precisión en reviradas carreteras de curvas. Se siente cómo el par empuja desde muy pronto y el motor estira con ganas hasta el corte, aunque a partir de las 9.000 vueltas las vibraciones se dejan notar.

Yamaha ha introducido en su motor un sistema de distribución variable VVA que adapta la posición de las válvulas según las revoluciones del motor, cambiando los tiempos de apertura de admisión a partir de 7.400 vueltas.

Delante contamos con una horquilla KYB con barras de 41, con un reglaje aceptable para todo uso, y un disco de 292 mm mordido por una pinza radial de 2 pistones, más que suficiente para detener un conjunto de únicamente 140 kg en lleno. Podemos decir que esta MT-125 está hecha para pasárselo bien, tanto en ciudad como fuera de ella.

Ahora la posición de conducción está más adelantada, con el manillar más cerca y más alto, lo que nos deja en una posición más erguida. La MT-125 es fácil de mover, pero quizá los principiantes de menor estatura agradecerían un asiento más bajo que aumentase su confianza.

A pesar de su ligereza hemos notado un muy buen aplomo, tanto a velocidad máxima en autovía como enlazando curvas, donde también se deja notar un nuevo neumático trasero más ancho, antes de 130 y ahora de 140. Tampoco se queda atrás su calidad de acabados, donde se cuida cada detalle, y que junto a su precio convierten a esta MT-125 en un producto premium, por encima en precio de rivales como la Honda CB125R o la KTM 125 Duke.

Yamaha MT-125 2020, conclusiones

Solo cuando pones la nueva MT-125 junto a su antecesora te das cuenta del fantástico trabajo de diseño que ha hecho Yamaha en esta nueva versión. Es imposible que a los más jóvenes no le entre por los ojos con esa mirada de “Ironman" que intimida nada más dar el contacto. Si a su estética la sumas un motor de última generación y una parte ciclo como la de la YZF-R125, es difícil que las cosas no salgan bien.

Todo esto hace que su comportamiento sea preciso y alegre, pero también que su precio se sitúe por encima de el de sus rivales más directas. Y eso, en una categoría donde cada euro cuenta, y que tiene que despertar el interés de una generación en la que tener el último móvil prevalece sobre todo lo demás, también hay que tenerlo presente.

Lo mejor:
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    Prestaciones y diseño atractivo

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    Comportamiento dinámico

Mejorable:
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    Tacto del cambio

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    Asiento poco confortable y algo alto para principiantes

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