La Rider 1000 se ha convertido en todo un fenómeno en sus ya seis años de existencia. El reto de afrontar un millar de kilómetros por carreteras secundarias en un día ha calado, y edición tras edición no ha dejado de aumentar su éxito. Las inscripciones se cierran prácticamente al mismo tiempo en que se abre el plazo, y la organización ha tenido que habilitar sistemas para premiar a los veteranos y permitirles lograr participar de nuevo. Este año 2.500 motos se prestaban para iniciar la prueba el Manresa, y entre ellas se encontraban dos flamantes Triumph Tiger 1200 que formaban el equipo Triumph Motociclismo para completar la Rider 500 junto a un lector elegido por sorteo. Al final fueron más de 600 km de curvas en los que Pepe Burgaleta y el ganador del concurso, Ramón Riesco, tuvieron que lidiar con todo tipo carreteras y adversidades que convirtieron su jornada en toda una aventura. En este vídeo puedes ver el resumen de un día único narrado por sus protagonistas, que después de pasar todos los puntos de control llegaban a Manresa a la meta de la sexta edición de la Rider 500.
Así nos cuenta Ramón cómo ha sido su experiencia: Antes de nada agradecer a MOTOCICLISMO, a Triumph y especialmente a Pepe Burgaleta el exquisito trato recibido y la oportunidad de realizar la Rider 500 (que para nosotros fueron 700 km), una prueba realmente espectacular, muy bien organizada y con ¡muy buen rollo motero! Para ser sincero, admito que cuando resulté agraciado, la alegría dio paso al temor, sí, sí, temor a que un pedazo de moto como la nueva Triumph Tiger 1200 XRT de 242 kg y 141 CV, fuese demasiado para un piloto de mi “talla". Mido 1,71 m y aunque tengo una trail, la Tiger la veía muy grande para mí. En qué momento me apuntaría me decía. Pero nada más lejos de la realidad, fue subirme en la moto en Italo Moto, el concesionario Triumph de Barcelona y sentirme comodísimo en la posición baja de asiento. Pero aun así le pusieron un asiento bajo, que Triumph tiene como accesorio, que me hizo sentirme aún más seguro. Hay incluso una versión Tiger Low, para más baj@s o miedos@s que yo, pero os aseguro que en asiento posición baja o con asiento bajo, es perfecta para nosotros los bajitos. En marcha, si quedaba algún temor, la Tiger se encargó de disiparlo, suave, fina, ágil en curvas, y fueron muuuuuchas curvas, potente y cómoda. ¡Que fueron más de 10 horas de carreteras, puertos, asfalto roto… Y eso cansa! Pues con la Tiger como nuevo oye, y es que la electrónica que lleva te hace muy fácil la conducción, puedes consultar y configurar con un joystick muy curioso en la piña izquierda casi cualquier aspecto de la moto, los modos de conducción, duración y distancia del viaje, presión de las ruedas…También resaltar la pantalla regulable en altura electrónicamente, comodísimo para hacerlo en marcha sin soltar las manos de los puños, no como en otras. También destacar el Shifter de la Tiger, el cambio de marchas sin embrague para los como yo, poco duchos en la materia. Uno no se atreve a cambiar sin embrague, acostumbrado a hacerlo así durante toda la vida, pero tras 200 km sin parar de usar embrague y con la mano izquierda en carne viva, lo pruebas y ¡se te hace la luz! Muy logrado y nada brusco, pero como me recordaba Pepe. "Para salir en primera sí hay que usar embrague ¿eh?" Y nada más, solo insistir moter@s baji@s, no dudéis ¡Probar la TIGER 1200 y os sorprenderá!