Salvo en contadas excepciones el eje que hace rotar la bomba de agua del circuito refrigeración del motor atraviesa de lado a lado el cárter del embrague, tanto en los motores de dos tiempos como en los de cuatro. Esto quiere decir que por una cara queda el aceite del motor y por la otra, en la «caracola» en donde se encuentra el aspa de la bomba, el fluido refrigerante. Un retén, o más de uno, dependiendo del motor, como los de la horquilla pero en miniatura, impiden que tan antagónicos fluidos pasen de un lado a otro y lleguen a mezclarse. Dicho retén puede deteriorarse y dejar de hacer su función, bien porque un calentón del motor lo ha fundido, por desgaste del eje en donde rota, o por envejecer ambos prematuramente.
Cuando esto pasa se manifiesta con varios síntomas. El motor se calienta a la mínima, el embrague patina y, el más evidente, el color del aceite. Cuando el lubricante del motor ha alcanzado el circuito de refrigeración, mezclándose con el fluido refrigerante, nos encontraremos, tanto en el cárter como en los radiadores, con una «mayonesa» espesa. Una mezcla que resulta muy perjudicial para el propulsor, causando graves problemas de llegar a hacerlo. Tanto es que, si no se repara a tiempo (exige además de la reparación un profuso y meticuloso limpiado tanto del cárter como del circuito externo de refrigeración, puede dañarlo de forma irreversible.
Una silenciosa avería que no avisa y que puede salir tan cara que no compense reparar el motor. ¿Vemos cómo evitarlo?
Una vez que hemos descubierto que el aceite y el fluido del circuito de refrigeración están contaminado - aceite y agua se han mezclado- debemos purgar ambos fluidos. Soltad los tornillos y manguitos de la tapa de cárter y retirad ésta. Es posible que haga falta quitar primero el pedal de freno.
Su conexión a la punta del cigüeñal, de donde toma el movimiento, puede diferir un poco de este caso que mostramos. Aquí se aprecia en la foto que el eje de la bomba muestra un resalte con forma rectangular que debe encajar en la muesca que hay labrada en la punta del cuello del cigüeñal.
Para poder retirar el eje del cárter del embrague hemos de soltar, en este caso, el «circlip» que lo sujeta en su cara interna. Es un sistema de fijación similar al de los piñones de ataque de algunas motos. Recurriremos a unos los alicates de punta específicos procurando no deteriorarlo.
En este caso el aspa va solidaria al el eje que la mueve. Una vez retirado el «circlip» mencionado que la fija por el otro lado del cárter, saldrá simplemente con tirar de ella. Desmontado el eje, analizadlo con detalle. No ha de mostrar ni picaduras ni arañazos. Si los tiene tendréis que cambiarlo.
Para llegar a los retenes en la mayoría de los casos hay que sacar antes los rodamientos del eje de la bomba. Hacedlo empujando con un botador desde fuera de cárter hacia adentro. Es posible que éstos tengan también un «circlip» que los fije. ¡Ah! y dilatad con pistola de calor el cárter para que salgan mejor.
Como se aprecia en la foto ya tenemos fuera los rodamientos del eje de la bomba. Con el hueco que han dejado nos resultará más fácil acceder a la cara interna de los retenes para poder empujarlos hacia afuera. Aún no lo habíamos apuntado: importante, siempre que se desmonta un cárter lo suyo es poner las juntas nuevas.
Ya lo hemos comentado otras veces en estos artículos. Si tenemos comprado el recambio nos resultará mucho más sencillo hacer del tirón la reparación. De esta forma tendremos más reciente los pasos a seguir. Recomendamos, sobre todo en reparaciones como ésta, recurrir al recambio original.
Para extraer el retén, o los retenes, de su alojamiento seguid el mismo método que con los rodamientos: empujad desde detrás con un «botador». Hay que fijarse bien no solo en el orden si hay más de un retén, también en la posición de sus labios. En este caso la cara en la que se ven éstos va hacía la cavidad de la bomba.
Primero dilatad un poco la cavidad donde se alojan los retenes con una pistola de calor (o un secador de pelo) y, luego untad un poco de grasa en esa zona para facilitar su deslizamiento hasta asentar en su lugar exacto. Los retenes son delicados, así que no uséis herramientas punzantes con ellos.
Colocad sobre su alojamiento los retenes en la caracola de la bomba de agua respetando el orden y la posición en que sacamos los viejos -muy importante-. Empujadlos suavemente con las yemas de los dedos hasta que notéis que han llegado a su tope.
Dad la vuelta a la tapa del cárter y poned los rodamientos del eje de la bomba de agua. Para que asienten en su alojamiento nos ayudad con un vaso del juego de carraca, ligeramente menor que el diámetro de su pista exterior. Unos toques con el martillo de cabezal plástico y… ¡listo!
Colocad el eje de la bomba, su «circlip» para que no se salga, haciendo coincidir el resalte del eje con la muesca de la punta del cigüeñal (como habéis visto en el paso nº 2). Ajustad la tapa, apretad sus tornillos, poned los manguitos y sus abrazaderas, aceite y fluido refrigerante nuevo... ¡Ah! Cuando trabajéis con derivados del petróleo usad guantes de goma.