La lluvia es uno de los grandes enemigos de la conducción segura; y no solo para las motocicletas, sino para cualquier vehículo que transita por el asfalto. Por esta razón, hay que sopesar los peligros que hay cuando se conduce una moto en estas condiciones.
Afortunadamente, cada vez hay más avances para que la maniobrabilidad y la conducción sean más seguras, minimizando los riesgos que supone rodar en un pavimento mojado. Sin embargo, no son suficientes, y por lo tanto será esencial extremar tanto las precauciones como la atención, ya que un despiste puede ser mucho más catastrófico que en condiciones de seco.
Principales peligros de conducir una moto bajo la lluvia
Aunque muchos de ellos sean evidentes para cualquier usuario habitual, conviene no olvidar los riesgos a los que hay que enfrentarse al rodar en el asfalto mojado.
- Se pierde visibilidad. La lluvia provoca que se vean peor a los demás vehículos y a los diferentes elementos que aparecen en la calzada. Y no importa tener el mejor casco del mercado, ya que aún así, el agua provoca reflejos engañosos. Además, hay que tener muy presente que los demás también ven peor, con lo que los peligros pueden multiplicarse.
- Se reduce la adherencia hasta en un 50%, provocando una falta de agarre. Si esto es peligroso cuando se habla de vehículos de cuatro ruedas, en el caso de las motos se multiplica, ya que son mucho más susceptibles de patinar, con las consecuentes caídas. En este caso, se podría asegurar que suele ser más peligroso el inicio de la lluvia, cuando el agua se mezcla con el polvo o la arenilla presente en el asfalto, creando una auténtica pista de patinaje que habrá que sortear con una conducción lo más cautelosa posible.
- Posibilidad de aquaplaning. Hay que tener en cuenta que cuando se está rodando, es posible ver un charco o una bolsa de agua, pero resulta imposible calcular su profundidad o si debajo hay un bache. Así pues, cuando esto ocurra habrá que tomar precauciones, aminorar la marcha y cruzar la acumulación de agua con la moto vertical y sin acelerones.
- Se aumenta la distancia de frenada. Obviamente, con el pavimento deslizante, los metros que son necesarios para parar la moto en caso de frenar son más, con lo que hay que calcular que eso puede suceder o reducir la velocidad para asegurarse de que los reflejos funcionan y reaccionan a tiempo.
- Los elementos que están pintados en la calzada se convierten en auténticas trampas, ya que resultan sumamente deslizantes. Así pues, cuando se pase por un paso de cebra, lo mejor será hacerlo por las zonas oscuras.
- Finalmente, el último de los peligros a los que se somete el conductor de una moto bajo la lluvia es posterior al viaje. Y es que si llega empapado a su lugar de destino y no tiene ropa para cambiarse, puede acarrearle alguna enfermedad.
Sentido común
En cuanto a los consejos para pilotar una moto bajo estas circunstancias se podrían resumir en dos palabras: sentido común. Es decir, habrá que circular más despacio, dejando una mayor distancia con otros vehículos, en una posición más erguida, con mucha calma, poniendo mucha atención y con los atuendos adecuados.