La temporada 2007 supuso un cambio radical en el Mundial de Trial, donde todos los títulos fueron ganados por alguien que no lo había hecho nunca. Toni Bou se destapó arrebatando a Adam Raga los títulos mundiales Outdoor e Indoor; se estrenó la categoría Junior y, por primera vez, Laia Sanz no fue campeona en Women: fue batida por Iris Kramer.
Desde 2008, tres nombres se repartieron los títulos absolutos en categorías masculina y femenina: Bou tiranizó sin piedad TrialGP y X-Trial, mientras que en Women fue Sanz la que dominó de 2008 a 2013, añadiendo seis títulos más a los siete que había acumulado entre 2000 y 2007. Después, Emma Bristow logró diez títulos en once años. Solo perdió en 2021 ante Sanz.
Sin Sanz ni Bristow en parrilla, la temporada 2025 empezaba con el trono vacante y una clara heredera al mismo: la española Berta Abellan. ¿Por qué? Muy sencillo: desde 2018 había coleccionado seis subcampeonatos en siete temporadas, con un tercer puesto como mejor resultado en ese 2021 en el que Sanz volvió para batir a Bristow en un último baile trialero.
La ocasión era de oro, pero traía aparejado un nivel de presión muy particular: normalmente, cuando alguien parte casi con la obligación de llevarse el título, es porque lo ha hecho antes. En el caso de la catalana, no era así: estaba casi obligada a hacer algo que nunca antes había hecho. Y los miedos cristalizaron en la primera carrera, donde solo pudo ser segunda.
La piloto de Scorpa reaccionó venciendo de forma contundente al día siguiente en el TrialGP de España, y se llevó también las dos citas de Portugal... pero con los mismos puntos que la italiana Andrea Sofia Rabino, ya consolidada como su gran rival. Eso sí, pescó tres puntos de la Power Section que ayudaban a aumentar ligeramente su ventaja en la general.
Tras aquello llegó el desenlace del primer Trofeo Mundial de X-Trial Femenino de la historia, que se llevó magistralmente con un tercer puesto en la cita final de Tallín -ganada por Rabino- después de haberse llevado las victorias en las citas de Barcelona y Stavanger. Sin duda, aquello fue un chute enorme de moral para encarar el tramo final de temporada.
Aumentó su ventaja con un doble triunfo en Japón y dejó el título prácticamente apuntalado con un doblete perfecto en Estados Unidos. Ya solamente faltaba rematarlo en Gran Bretaña y ahí tampoco titubeó: si en Tallin tuvo que sudar para cerrar el título bajo techo, en Geddington exhibió su superioridad ganando las dos jornadas para proclamarse campeona del mundo a lo grande.
Empezó la temporada como candidata máxima al trono y las obligaciones de vencer y convencer; y la cerró ganando los dos títulos a los que optaba con una autoridad increíble, ganando nueve de las diez carreras del Mundial de TrialGP Women para demostrar que es una más que digna heredera de Laia Sanz y Emma Bristow. Ahora viene lo más difícil: marcar su propia época.
