Motos clásicas

Rieju 175 1953-1964

En la actualidad Rieju es la única fábrica de motos que sobrevive de entre las decenas y decenas que se fundaron después de la Guerra Civil en Cataluña. Quizás su capital familiar y su fidelidad al segmento de motos al que se querían dedicar, han sido las claves de su supervivencia durante todos estos años.

Pepe Burgaleta. Fotos: J.C. Orengo

4 minutos

Rieju 175 1953-1964

En la postguerra española la moto era un medio de transporte sencillo y barato que provocó la proliferación de empresas dedicadas a su fabricación, pero con los años la inmensa mayoría acabó sucumbiendo. Al igual que la motocicleta tuvo su época dorada, el automóvil la desplazó, y las ventas se derrumbaron en un sector repleto de empresas que eran poco más que talleres. Sin embargo, no sucedió eso con Rieju, una factoría situada en Figueras, en el Alto Ampurdán, que había nacido antes de la guerra, en 1934, con la asociación de Luis Riera y Jaime Juanola, cuyos apellidos dieron nombre a la empresa en 1942. Al principio se dedicaron al sector de la bicicleta, pero en 1945 se creó la primera con motor auxiliar, un Serwa francés en un vehículo denominado Nº1.

Las motos

Tras este primer paso, en 1949 nace el primer ciclomotor, también propulsado por un motor francés, que concentró la actividad de la empresa durante varios años junto a sus sucesores, Este vehículo, conocido como Nº2, tuvo sus réplicas en el Nº3 y el Nº4, hasta que en 1953, nace la primera moto de la marca, esta 175 cc de la que hoy hablamos. En esos tiempos era muy complicado para un fabricante español afrontar el diseño completo de una moto, y más sin tener la experiencia necesaria. Por ese motivo, la práctica totalidad de las motos que se fabricaban eran copias de modelos extranjeros ya existentes, y este fue también el caso de la 175, que procedía de la Gima francesa. Pero mientras la fabricación de la parte ciclo, aunque complicada, podía afrontarse con los cambios de componentes necesarios, en los motores no era tan sencillo. Para acabar de rematar los problemas, España era en esos momentos un país cerrado a cal y canto, en el que las importaciones eran casi inexistentes en este sector. La fórmula más sencilla y que adoptaron muchos, fue licenciar los productos extranjeros que iban a servir para equipar productos nacionales, y así se hizo con el motor, el mismo que equipaba la Gima, que era el también francés AMC. Para ello se encargó a una empresa subsidiaria de la propia Rieju, Motores FITA, su fabricación.

La 175 era evidentemente una moto destinada a ser utilizada como medio de transporte, sin aspiraciones deportivas, y, de hecho, contaba con un chasis tan sobredimensionado que no era raro verla acompañada de un sidecar para aumentar su capacidad de carga. El motor producía algo más de 8 CV, suficientes para lanzarla a unos 90 km/h, y contaba con suspensiones en ambas ruedas, delante una horquilla telescópica, y detrás un sistema de émbolo, con el eje de la rueda sujeto directamente al amortiguador. La producción de las 175 cc se prolongó durante bastante tiempo, y hasta 1961 se vendieron unas 5.000 unidades. Sin embargo, en 1960 se produjo un importante descenso de las ventas de motos, y la caída del mercado provocó que la fabricación de los motores AMC bajo licencia dejase de ser económicamente rentable, así que se cambió la motorización del chasis, pasando a equipar propulsores Hispano Villiers de 2T y dos cilindros. Estos motores también fabricados bajo licencia de la Villiers británica, se fabricaban en Barcelona, y equipaban a diversas marcas españolas. Con estos nuevos propulsores, la «175» se mantuvo en el mercado otros cuatro años, y sumó otras 1.000 unidades vendidas, más o menos las mismas que en 1957, el año récord, en el que se habían matriculado 1.047 unidades.

Fiascos

Pero mientras la producción de la 175 no planteaba problemas, y sus ventas se mantenían durante la década de los 50, no ocurrió lo mismo con el resto de las novedades que Rieju lanzó en esos años. Hay que tener en cuenta que la firma había decidido dejar el sector del ciclomotor, en el que había una competencia feroz, en 1955, y buscó alternativas en modelos diferentes a lo que el resto ofrecía. El problema es que todos sus intentos se contaron por fracasos. Inicialmente lanzó un triciclo de reparto de caja delantera, luego presentó un microcoche, pero el año «negro» fue 1958, en el que presentó la 125 Sport y el scooter Ysard. La primera era una moto con una carrocería que se prolongaba desde el faro a la rueda trasera, una copia de la Taon Derny, y el segundo lo era del Sulky, ambos franceses, como era costumbre en la firma. Afortunadamente, un año más tarde Rieju cambió su política, y lanzó la Jaca con motor 2T de 125 cc, una versión más económica de su versión previa, que tampoco había tenido mucha aceptación por su orientación deportiva, pero que sí la tuvo en la versión turística.

Hay que destacar también, que aunque solo compartían el motor, Rieju lanzó una versión deportiva de la 175, la Sport, con un chasis mucho más ligero, horquilla Earles delantera y sistema de basculante y doble amortiguador traseros. Su motor estaba potenciado hasta los 10 CV, con una posición deportiva, una moto que fue proyectada por Arcadio Dunjó, y que se fabricaba en pequeñas series fuera de las instalaciones de la marca.

Modelos

1953-1964: 175
Tras la realización de motores auxiliares y ciclomotores, Rieju decide fabricar su primera moto, una 175 cc 4T que supuso el eje de su producción. Desde 1960 con motores de 2T Hispano Villiers de 250 cc y 325 cc.

1955: Sport 175
Rieju realizó una corta serie de unidades fuera de sus talleres de un modelo deportivo basado en la 175 cc, denominado Sport, con un chasis de simple cuna desdoblada y horquilla Earles, que ofrecía 10 CV.

1958: Sport 125
Modelo dotado de un motor similar al 175 cc, pero de 125 cc. Copia de la francesa Taon Derny, que se caracterizaba por una carrocería bastante extraña y con horquilla Earles. La moto no tuvo ningún éxito.

1959-1963: Jaca 125
Tras el fiasco de la Sport 125, Rieju decidió lanzar un modelo mucho más convencional, con el mismo motor licenciado por AMC de 125 cc. Logró el éxito que se le negaba a Rieju en sus modelos más agresivos.