La noche del 31 de diciembre, la madrileña Puerta del Sol se convierte en el epicentro de toda la España peninsular, así como las Islas Baleares. Allí, a las doce de la noche, el popular reloj da las campanadas que indican el cambio de año y despedirán un 2024 que ha sido muy especial para uno de los siete millones de habitantes de la provincia.
Por primera vez, la Comunidad de Madrid tiene un campeón del mundo de MotoGP. Se llama Jorge Martín, nació hace 26 años en San Sebastián de los Reyes y lleva ya unos cuantos años dando campanadas en el mundo del motociclismo hasta conquistar la categoría reina en este 2024, poniendo su nombre en la placa del trofeo más ansiado de las dos ruedas.
Hace al menos dos siglos que la expresión ‘dar la campanada’ se utiliza como en el sentido de “hacer algo extraordinario que admire a todos”, tal y como recoge el Diccionario de la Lengua Española de 1879. Se puede viajar incluso un siglo más atrás para encontrarla, en el DRAE de 1780, con el significado de “causar escándalo, o novedad ruidosa”.
Ruidosa fue la novedad de Jorge Martín en MotoGP allá por 2021, cuando se hizo con la pole del Gran Premio de Doha, desde la que consiguió subir al podio al terminar en tercera posición la que era solamente su segunda carrera en la élite del motociclismo. Sin embargo, después de aquel estruendo llegó un larguísimo silencio que duró cuatro meses.
Los que transcurrieron desde su terrible accidente en Portimao a mediados de abril hasta que se sacó de la manga un triunfo increíble en el Gran Premio de Estiria, en su sexta carrera en MotoGP y la cuarta tras la lesión. Desde entonces, ha ido progresando hasta consolidarse entre los grandes nombres de MotoGP, dando el gran salto de calidad en 2023.
Siempre enrolado en las filas del Pramac Racing (aunque con contrato de fábrica de Ducati), el que fuese el primer campeón español de la MotoGP Rookies Cup allá por 2014 consiguió finalizar como subcampeón, llevando al límite al vigente campeón y piloto oficial Ducati, Pecco Bagnaia. Ni siquiera eso le sirvió para vestirse de rojo de cara a este 2024.
Herido en su orgullo, elevó todavía más el listón y redujo al mínimo los fallos en sprint y carrera para ir doblegando la resistencia de Bagnaia. El italiano empezó el año a pie cambiado y, pese a que ganaba más carreras y conseguía acercarse en la general -llegando incluso a ponerse líder-, siempre volvía a darse contra el muro del español.
Tras dar otra campanada al anunciar su marcha a Aprilia al enterarse de que Marc Márquez sería piloto oficial, se mantuvo fiable cual reloj para hacer algo extraordinario que admiró a todos: ser el primer piloto independiente en conquistar MotoGP. Imposible imaginar una vendetta más dulce para Jorge Martín, cuyo contrato con Ducati durará exactamente hasta las campanadas. Las uvas ya se las comerá como piloto Aprilia.