“Acostumbrado a andar por el filo, me hice a mí mismo, por eso vacilo”. Hace ya muchos años que el dúo Natos y Waor escapó del underground para colarse en lo más alto de las listas de reproducciones. Desde abajo, a base de talento y trabajo, los dos raperos madrileños se hicieron un hueco con un estilo vacilón sin renunciar a quiénes han sido siempre.
“Me dice que soy el mejor y asiento, porque siento que está en lo cierto”. Desde que apareció en los grandes premios, Pedro Acosta destacó por su descaro tanto fuera como dentro de la pista. “No vine a hacer amigos”, parecía decir sin necesidad de mover los labios. Su actitud dejaba claro que solamente le importaba una cosa: ser el más rápido.
“Diamante sin fallo, no me rayo”. Campeón de Moto3 en su año de rookie, tuvo que empezar a pulirse después de un primer curso difícil en Moto2. Lo hizo y, tras conquistar la categoría en su segunda temporada, se plantó en la parrilla de MotoGP el pasado 2024 sin haber cumplido todavía los 20 años y con el cartel del próximo elegido.
“Fuiste la calma que precedió a la tormenta, como el que se santigua sabiendo que va a la guerra”. Llegó a MotoGP como un elefante en una cacharrería, saliendo a por todas en Qatar para dejar la foto del adelantamiento a Marc Márquez aun a costa de dejarse los neumáticos. No tardó en darse cuenta de que MotoGP es la guerra.
“Mantener el barco a flote es ardua tarea”. Tampoco tardó en darse cuenta de que su fidelidad a KTM le había llevado a esa guerra con peores armas que sus rivales. “Te regalé el corazón, ahora en el pecho tengo un agujero”, parecía escucharse debajo de su casco cada vez que su RC16 le descabalgaba por intentar llevarla por encima de sus propios límites.
“Por ahí dicen que perdí el rumbo, que no soy el que era”. Daba igual que terminase al borde ser la mejor KTM como rookie, no faltaron quienes trataron de enterrarle por no haber ganado su primera carrera. Incluso él mismo se frustró cuando, al poco de empezar su segunda temporada, se dio cuenta de que no iba a ser campeón.
“Valoro lo que tengo y pongo amor en lo que hago”. Durante el año, cambió el chip: se centró en tirar hacia delante con lo que tenía y convertirse en el mejor del resto. Erigirse en rey del underground, como en su día lo fueron sus adorados Natos y Waor, a quienes dedicó su casco del GP de Aragón. Y así lo hizo.
“No le puedes poner precio a la calidad, pero esto sale bien caro”. Cuarto en la general, arrasó al resto de KTM para convertirse en una de las piezas más cotizadas del próximo mercado. Y claro, como bien dijeron Fer y Gonzalo: “Esos viejos colegas, que en su día no quisieron cuentas, salen debajo de las piedras, al sol que más calienta”.
Las frases entrecomilladas son del disco 'Cicatrices' de Natos y Waor.