Kawasaki se convierte de esta manera en la primera gran marca japonesa en introducirse en el segmento eléctrico, y no lo hace en el sector del scooter, para el que por cierto nunca ha fabricado, sino en el de la motocicleta convencional, gracias a estos dos modelos que comparten su base, pero se distinguen por su orientación.
Tanto la Kawasaki Ninja e-1 como la Z e1 están dirigidas al segmento A1 dominado por los modelos tradicionales de 125 cc, y que tiene una limitación de potencia en 11 kW. Además, las motos pertenecientes a esta categoría pueden conducirse con el carnet B de coche con tres años de antigüedad.
Prácticas
Kawasaki ha diseñado estos dos modelos con la intención de convertirlas en unas motos sencillas de utilizar en todos los sentidos. Por una parte cuentan con la ventaja de su propulsión eléctrica, que más allá de la ausencia de emisiones de CO2 y otras sustancias contaminantes, también carece de vibraciones y reduce el ruido al generado por la transmisión y la rodadura.
Abundando en este sentido han sido dotadas de una amplia variedad de sistemas de carga para sus dos baterías que trabajan en paralelo y están situadas en el fondo del hueco del falso depósito de gasolina, que ocupa su lugar habitual. Cada una de ellas pesa 11,5 kg, y pueden cargarse instaladas en la moto mediante un enchufe situado en la propia moto, las dos al mismo tiempo una vez extraídas sobre una base especial, o individualmente en un enchufe con un cargador externo. Cada batería tiene una capacidad de 1,5 kWh y un tiempo de carga de 3,7 h desde su descarga total.
Mecánica simple
El motor de las Kawasaki Ninja e-1 y Z e1 es de tipo síncrono con imán permanente y est´ña refrigerado por aire. Está situado en el centro de la moto para lograr un reparto de peso adecuado y tiene el alojamiento de las baterías situado delante de él. La potencia máxima es de 9 kW (12 CV) entre las 2.600 rpm y las 4.000 rpm, con una potencia nominal de 5 kW (7 CV) a 2.800 rpm. El par máximo es de 41 Nm entre 0 y 1.600 rpm. Carece de cambio y la transmisión secundaria se efectúa por medio de una cadena.
Para soportar el conjunto se ha diseñado un chasis tubular de acero que se complementa con un basculante de doble brazo del mismo material. Las dimensiones están muy contenidas, ya que la altura del asiento es de sólo 785 mm, con una distancia de ejes de 1.370 mm. Además el peso es de 140 kg.
Diferentes modos
Dependiendo del uso en cada momento se puede optar por uno de los cuatro modos de conducción con los que cuenta: ECO, ECO+ e-boost, ROAD y ROAD + e-boost, que permiten velocidades entre los 64 y los 99 km/h. La opción del e-boots se activa en un botón situado en el manillar derecho. La autonomía media en el ensayo WMTC es de 72 km. También tiene un modo “walk” para maniobrar a paso humano que se complementa con marcha atrás.
Toda la información sobre los modos de conducción, la autonomía, consumo, el estado de la moto, etc, se muestra en una pantalla TFT de 4,3” en color, que además dispone de conectividad Bluetooth para conectarse con el teléfono móvil y gestionar llamadas y mensajes.
Bastidor común
Además de su chasis tubular, ambas versiones comparten el resto de los componentes de la parte ciclo,. La suspensión está encomendada a una horquilla convencional de 41 mm y un amortiguador anclado sobre bieletas progresivas. Los frenos cuentan con un disco de 290 mm en la rueda delantera y otro de 220 mm en las trasera, con pinzas de dos y un pistón respectivamente, y los neumáticos tienen medidas 100/80-17” y 130/70-17”.
También comparten parte de la carrocería, el falso depósito, el conjunto de asientos y otros componentes como guardabarros o mandos. La diferencia entre la Kawasaki Ninja e-1 y la Z e1 viene dada por la presencia de un carenado en la primera, que tiene una estética similar a la de sus hermanas mayores, mientras la segunda es una naked también con el mismo estilo de familia. El manillar es diferente, con una pieza tubular en la Z y semimanillares en la Ninja.