Opinión

Jorge Lorenzo y la quinta enmienda

El silencio impuesto por Honda al piloto balear tras los últimos rumores de MotoGP no ha sentado bien.

Swinxy

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Jorge Lorenzo en la rueda de prense de Silverstone (Foto: Gold & Goose).

Seguro que habéis oído, quizás en alguna película mala de sobremesa dominguera, a un acusado acogerse a la quinta enmienda. Se refiere, más concretamente, a la Quinta Enmienda a la Constitución de los Estados Unidos. Sin entrar en más detalles, porque dice más cosas, es la garantía constitucional que hace que no se pueda forzar a un acusado a declarar contra sí mismo en un juicio.

En Silverstone, el acusado era Jorge Lorenzo. Los cargos, poco menos que alta traición a Honda. Durante su lesión, su nombre ha aparecido en multitud de rumores, que revelaban llamadas a otras marcas y equipos en busca de una salida de futuro a medio plazo (2021) o incluso a corto plazo: 2020. Finalmente, él mismo –tras confesar sus dudas- ha confirmado que seguirá en Honda y que incluso llamó a Alberto Puig para reafirmar su compromiso con la marca.

Todo eso sucedió en la rueda de prensa oficial, porque después no hubo ‘scrum’ (corralito con la prensa española). Todo hace indicar que por orden de Honda, que acogió a su piloto a la quinta enmienda ante la estupefacción de los periodistas españoles presentes en Silverstone. Tal corralito es una cortesía de la marca para con la prensa, pero se ha convertido en algo tan rutinario que la negación de la misma resulta sorprendente.

Especialmente, por las formas. Lorenzo solamente contestó en inglés y eso pilló a contrapié a los periodistas españoles, que esperaban el cambio de idioma para conocer la versión del balear sobre los acontecimientos recientes. Sin duda, una interpretación particular de la quinta enmienda que ha granjeado críticas hacia la marca del ala dorada.

La suerte para Jorge Lorenzo y, sobre todo, para Honda, es que por fin es viernes y eso significa que los entrenamientos libres del Gran Premio de Gran Bretaña ya están en marcha. Por otro lado, hoy no habrá nadie que no tenga un ojo en la tabla de tiempos para ver cómo ha vuelto Jorge Lorenzo, todavía dolorido, a una moto que le ha llevado por el camino de la amargura durante meses.

Y en la ley de MotoGP, no hay quien presente una enmienda al cronómetro, el juez supremo que dictamina inocencias y culpabilidades en pista.

Honda ha querido proteger a su piloto, que a su vez se ha mantenido firme en su compromiso de cumplir el contrato que les une hasta 2020. Cuando la goma delantera de la RC213V de Lorenzo toque el asfalto, su silencio será cosa del pasado. De lo que ha pasado exactamente en estos meses, quizás nos enteremos algún día. De qué hará Lorenzo en 2021 nos enteraremos en menos de un año.

Ahora lo importante es ver qué es capaz de hacer este fin de semana. Cómo está su espalda y cómo está su motivación. El público tiene ganas de saberlo, Honda tiene ganas de saberlo y, evidentemente, Jorge Lorenzo tiene más ganas que nadie de saberlo. Al fin y al cabo, si está ahí es por haber ganado cinco mundiales, no por contestar preguntas.

Después, si las cosas salen bien, volverán las sonrisas y la locuacidad ante los micrófonos. Y si no, bueno, la quinta enmienda siempre seguirá ahí. Aunque no sea bien vista mediáticamente ni políticamente correcta.