Carretera

Derbi Senda DRD Evo 50 SM

Presentación del «Hyperciclomotor» de Derbi. Derbi da un giro de tuerca más a su ya amplia gama Senda con la presentación de la supermotard más avanzada de su categoría. Con esta nueva DRD Evo, Derbi crea la clase «hypermoto» dentro del segmento de los 50 cc.

Joan Carles Orengo / Fotos: JCO/Derbi / Acción: Roger Pie / Aleix Aulestia

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Derbi Senda DRD Evo 50 SM

Si hay un fabricante que, desde hace tiempo, marca las tendencias en el ámbito internacional dentro de la categoría del ciclomotor de marchas, ésta es Derbi, con sus sofisticadas familias de modelos Senda y GPR. Encuadrada dentro de la primera nos llega su última novedad, la DRD Evo 50 SM, perfecto ejemplo de un concienzudo estudio de cómo aplicar a las cilindradas pequeñas los gustos más en boga del más avanzado motociclismo. Con modelos como la KTM Duke o la Ducati Hypermotard en el punto de mira, el Departamento de Diseño de Derbi ha vuelto a dar muestras de su capacidad al saber trasladar este agresivo estilo a una motocicleta de 50 cc sin caer en la trampa de la «horterada». Además, y al contrario de lo que sucede en más de una ocasión, este trabajo de diseño no se ha limitado al apartado estético.

La primera impresión visual es excelente, muy diferente al resto de sus hermanas de gama pese a compartir un elemento tan importante como es el chasis doble viga en acero, por sus armoniosas y equilibradas líneas, que casi podríamos definir de minimalistas y en las que destaca la ausencia de placas laterales y el guardabarros delantero pegado a la rueda. En el aspecto técnico, podemos empezar por el equipo de frenos, impresionante, con unos sobredimensionados discos tipo «wave» en ambas ruedas (el delantero con pinza de anclaje radial), siguiendo por la horquilla, una Paioli invertida de 41 mm y rematando la faena con unas bonitas llantas de 17”, claves para el comportamiento dinámico de la moto.

La ergonomía se ha trabajado tanto desde el punto de vista de mejorar la comodidad y versatilidad de la trail-enduro de la cual deriva, como de potenciar las prestaciones de la moto, centrando más las masas. Todo esto se ha conseguido bajando el asiento, subiendo el manillar y recolocando las estriberas, con lo que se logra una posición de conducción más natural y mucho más cómoda en un uso urbano, al poder llegar con ambos pies al suelo sin problemas.

Todas estas premisas se confirman una vez en marcha, aderezadas con un motor «marca de la casa», es decir, sorprendentemente lleno a bajo y medio régimen, pese a tratarse de un 50 cc y con una buena estirada. La presentación de este modelo se llevó a cabo exclusivamente en circuito y allí la horquilla delantera quedaba un poco blanda apurando el enorme disco delantero, pero en un uso más normal, agradeceremos su comodidad. Como único detalle negativo, podríamos citar lo escondido que está el pedal de freno o, y esto es ya más relativo, la ausencia de arranque eléctrico. ¿El precio? 2.999 €, en línea con su competencia más directa.