Carretera

Ducati Diavel

Prueba de la naked Ducati Diavel. La Ducati Diavel es una mezcla de musculosa línea con el espíritu italiano que ha hecho grande a Ducati. Además, te sorprende cuando la pruebas. Tweet

Sergio Romero. Fotos: Ducati

4 minutos

Ducati Diavel

Si George Lucas, creador de la épica saga de la Guerra de las Galaxias, viese las fotos de la presentación de la Ducati Diavel se preguntaría ¿Qué hace un soldado imperial sobre una «speeder bike» con ruedas…? Bromas aparte, el esfuerzo que ha hecho Ducati para romper los moldes es muy destacable y con modelos como éste cada día estamos más cerca de aquellas motos voladoras que veíamos en la gran pantalla durante los años 80. El hecho de que algún fabricante en esta época sea capaz de presentar ideas totalmente novedosas es un soplo de aire fresco. La Diavel es el más claro ejemplo de ello y para conocerla hemos viajado al sur de nuestro país.

En color
Los encargados del desarrollo de esta moto se han basado en tres pilares fundamentales: el diseño, la tecnología y las prestaciones. El concepto en sí también es algo novedoso, aunque se puede catalogar como una «muscle bike» que va un poco más allá, gracias a las mencionadas prestaciones. Si la miras, ya te digo que gana en vivo, quizá te cueste encuadrarla y es que viene de la combinación de una superbike, una custom y una Monster. Ducati quería dejar patentes sus señas de identidad y lo ha conseguido. Su línea es impactante y su volumen tiene un efecto curioso, ya que al verla por primera vez piensas que es una moto grande y pesada.

Nada que ver con la realidad, pero ya lo veremos más adelante. También sorprende cuando se enciende, por un lado porque no hace falta introducir la llave, basta con que la tengas en el bolsillo, y por otro porque una de las dos pantallas de la instrumentación es un TFT en color. Es la primera vez que una moto de calle utiliza gráficos en color. En ellas puedes elegir entre uno de los tres modos, «urban» (100 CV y control de tracción en posición 5), «touring» (162 CV con entrega suave y el DTC en posición 3), y «sport» con (162 CV «full» y el DTC en el 1). Además, puedes configurar cada modo, desconectar el ABS, ver consumos, velocidades, tiempo y temperatura entre otras cosas.

La posición que adoptas sobre ella es similar a la de una custom, pero más cómoda. El asiento está bajo y tiene un excelente mullido, así que llegas bien al suelo y después de medio día sobre ella tienes las posaderas intactas. El ancho manillar hace que los brazos queden estirados, pero en una posición natural, como también lo es la de los estribos.

Sorpresa
Una moto de casi 1.600 mm de distancia entre ejes y de este tipo parece todo menos ágil, pero cuando se empieza a mover, ¡sorpresa! Se maneja como una naked de gran cilindrada. En Bolonia se han devanado los sesos para que el comportamiento de la Diavel sea deportivo, como en el resto de sus modelos. La estructura es la habitual, con un chasis multitubular, basculante monobrazo, horquilla invertida Marzocchi y amortiguador Sachs. Pero lo mejor es que el peso está muy contenido y 210 kg declarados son muy pocos si tenemos en cuenta sus características.

Es curiosa la sensación de tener una gran moto entre tus piernas pero que se mueve con mucha facilidad. Siguiendo con la idea de que las apariencias engañan está el gran giro de la dirección, que permite dar la vuelta sin problemas en carreteras estrechas. Durante la subida a Ronda pudimos ver lo bien que va en una tramo exigente, pero no basta con que te lo cuente, hay que probarla para creérselo. Destaca en este aspecto el comportamiento del Pirelli Diablo Rosso II de 240 mm trasero. Al verlo también parece que hará inconducible a la Diavel en tramos virados, pero no es así. Se monta en llanta de 17”, con la friolera de 8 pulgadas de garganta, y tiene un perfil más triangular que otras gomas similares, así que en marcha no notas que tengas un «super donut» detrás. Bueno, no es del todo cierto porque tiene mucho agarre, gracias a la gran superficie de contacto.

Las suspensiones mantienen el equilibrio, tanto en frenadas como en aceleraciones, y aunque por la posición del cuerpo el tren trasero puede ser un poco seco en baches, está a años luz de cualquiera de sus rivales. Si eres demasiado brusco con los frenos, tienes la ayuda de un moderno ABS (Bosch 9M CPU), que evita bloqueos con rapidez y ausencia de pulsos notables. Además, como ya hemos dicho, es desconectable, otro punto a su favor. Y como es de esperar el equipo Brembo, con todo radial, tiene un funcionamiento ideal: es potente, dosificable, no desfallece, etc..

«Desmo»
El motor derivado de la 1198 que se utilizó en la Multistrada, Testastretta 11, ha sido elegido también para dar vida y hacer poderosa a la Diavel. Es un poco más potente y con las actualizaciones de software se ha vuelto más dulce en su entrega. Si ruedas en el modo «urban» la moto es agradable y te deja llevar la tranquilidad que buscan muchos usuarios custom. Sobre la marcha, aunque con el acelerador cerrado, puedes cambiar de modo de gestión de motor. En «touring» la moto ya cambia completamente y llega a los 162 CV declarados.

El cambio lo percibes en cuanto abres mínimamente el gas y es que se vuelve mucho más potente y directa. El motor por encima de 2.500 rpm y hasta el corte entrega siempre la potencia de una manera progresiva y contundente, tanto que en segunda se puede levantar. Impresiona más con una moto tan larga. El DTC (Ducati Traction Control) se ajusta en el punto 3 de 8 posibles en este modo y con ello puedes disfrutar a la vez que sentirte seguro. Si la utilizas en «sport» tienes una respuesta todavía más directa y unas sensaciones al acelerar propias de una dragster.  En este modo además con el DTC ya en el 1, puedes llegar al límite de la adherencia del neumático y controlarlo.  Además, el control es más intrusivo que en la Streetfighter o la 1198 SP y no deja que la moto se descomponga.

El embrague antibloqueo, algo reciente en los motores de gran cilindrada de Ducati, también es una ayuda interesante a la hora de entrar en curva después de una reducción fuerte. La marca italiana también ha trabajado para espaciar las revisiones, de modo que hasta los 24.000 km no es necesario hacer un reglaje de válvulas. Con la Diavel puedes, gracias a sus posibilidades de gestión de motor y a su parte ciclo, rodar tranquilamente como en una custom o disfrutar de un puerto de montaña como lo harías con una naked efectiva. Y nunca volverás a pasar desapercibido en esta «muscle bike» de carácter latino.