Custom

Kawasaki VN 1700 Classic Tourer

Viajar con glamour. La Classic Tourer va un poco más allá del custom tradicional y te ofrece un conjunto equipado para ir tan lejos como quieras, pero eso sí, lo harás con más glamour de lo que imaginas. Su estilo y el buen hacer del propulsor de 1700 cc son algunas de sus armas.

Sergio Romero. Fotos: Juan Sanz

3 minutos

Kawasaki VN 1700 Classic Tourer

Kawasaki ha dispuesto una gama de tres VN 1700, que son la Classic, la Voyager y esta Classic Tourer que nos ocupa. La primera, como ya sabrás, es la que responde a un diseño custom más convencional. La Voyager, por su parte, está muy bien equipada y se puede tratar como una verdadera moto de turismo. Mientras que nuestra protagonista se encuentra en un punto intermedio entre las otras dos. Todas ellas tienen una base muy similar, con un propulsor de 1.700 cc derivado del 1.600 pero con tecnología procedente de la VN 2000. El caso es que ha llegado a nuestras manos esta colosal custom, que tiene, además de los encantos propios de este tipo de motos, ciertas dotes de viajera como veremos a continuación.

Mar de cromados
El cuidado de la imagen es una de las características definitivas del mundo custom y cualquier pequeña modificación puede decantar hacia un lado la balanza que rige el gusto de los usuarios. Así se explica el trabajo que han hecho para que la carrocería brille con luz propia, producida por la profusión de cromados en multitud de piezas. Están presentes en los soportes de las luces, en los protectores, en las alforjas, etc. y su reflejo te acompaña cuando vas sobre ella. En este caso no llegan a ser molestos ni a deslumbrar, algo que sí puede suceder en algunos casos. Tan sólo te recuerdan el tipo de moto que llevas bajo tus posaderas, si bien teniendo en cuenta sus características no es fácil de olvidar. Lo que la diferencia de su hermana Classic a secas son las maletas, la cúpula, el respaldo y las plataformas del pasajero, el protector de caídas y el control de crucero.

Las primeras tienen una capacidad de 38 litros y cuentan con llave, aunque no se puede meter un casco integral y no son desmontables. El parabrisas tiene una gran superficie y permite regulación en altura. Además, se han instalado dos deflectores en las barras de la horquilla para desviar el aire que llega a las piernas. Su efecto es útil hasta unos 120 km/h, ya que a partir de esa velocidad se nota cierta presión de rodillas para abajo.

Lo primero que te llama la atención al ver una moto tan grande es que su llave sea tan pequeña... aunque luego es cómoda para llevarla en el bolsillo. Esta Kawasaki impresiona, parece que no vas a ser capaz de levantarla de la pata de cabra, pero luego es más noble de lo que te imaginas, a pesar de ser un peso pesado. Sobre ella quedas a medio camino entre una turismo y una custom, con las piernas algo adelantadas pero en una posición muy confortable.

El asiento tiene un respaldo para la zona lumbar, también el del pasajero, y su tacto es excelente. Destacan también las gomas de las plataformas, que sin duda ayudan a reducir las vibraciones que puedan llegar a los pies de los dos ocupantes. El manillar tiene unas dimensiones desorbitadas, pero lo cierto es que en marcha colabora a la sensación de confort general. A cambio hay que hacer bastante fuerza para girar la dirección en parado, pero esto no va a ser ninguna novedad para el que la compre. Los puños son de gran diámetro, el tacto de la manetas correcto y la ubicación de los mandos muy buena. Y eso es importante si lo que tienes que manipular es el control crucero, como sucede con nuestra protagonista.

Velocidad controlada
En los coches el «cruise control» (control de crucero) es un «gadget» de lo más normal en estos tiempos, pero en las motos todavía es minoritario. Así BMW y Honda son prácticamente los únicos en utilizarlos. La marca verde ha introducido este sistema en su saga VN 1700 (a excepción de la Classic) y la verdad es que funciona a la perfección.

El sistema se maneja desde la piña derecha, hay botón para activarlo y otro para fijar la velocidad, aumentarla y reducirla. Se puede utilizar desde 47 km/h y a partir de tercera velocidad, y su utilización es tan sencilla como en un coche, de modo puedes dejar descansar tu muñeca derecha en autopista. No es la única solución novedosa de la que se benefica el bicilíndrico de 1.700 cc y refrigeración líquida, dado que también cuenta con el ETV, un acelerador electrónico. Como sucede en estos casos el piloto gira el puño y la centralita, mediante un potenciómetro, regula la cantidad de mezcla inyectada. La respuesta del gas es bastante buena y como hay mucho par sale muy bien desde muy abajo. El desarrollo de cambio es bastante largo y junto a la suave entrega hace que sea una moto muy agradable de llevar.

Las operaciones de cambio van acompañadas de un «clonk», pero se realizan con facilidad al contar con un pedal de doble leva. Sus 72 CV son capaces de llevar a la Kawasaki por encima de los 160 km/h con relativa facilidad. Con esas prestaciones la moto tiene más que suficiente y además hace gala de un comportamiento noble. Es estable a cualquier velocidad y una vez en marcha se maneja mejor de lo que parece. Como sucede con las motos de elevado peso hay que anticipar las maniobras y llegar a las curvas con el trabajo hecho, algo no tan complicado ya que los frenos hacen bien su trabajo. Aunque un ABS se agradecería.

Esta moto tiene un público bastante específico, pero ha demostrado ser tan atractiva como polivalente, así que quizá sea el momento de viajar con glamour.