Pruebas

Macbor Rockster 410, nueva custom accesible para carnet A2

Llega la hermana mayor de la saga Rockster de Macbor, la 410, un modelo ideal para usuarios con carnet A2 que quieran acceder al segmento custom.

Marcos Abelenda

7 minutos

https://youtu.be/e2AHKteL-hA

El Grupo Bordoy sigue cuidando con cariño su marca propia, Macbor, y configurando una gama variada para todo tipo de usuarios que quieran acceder al mundo de las dos ruedas de “forma inteligente”.

En 2020 fue cuando se adentraron en el mercado de las motos de media cilindrada destinadas principalmente a usuarios noveles con carnet A2. Primero, con propuestas trail, como la XR5, y luego, con modelos de estilo clásico como la Eight Mile 500.

Ahora Macbor busca reforzar su gama custom, que nació hace poco más de un par de años con modelos de 125. Era la saga Rockster, que ahora crece con llegada de la hermana mayor, la 410.

Macbor Rockster 410

Ésta llega a un segmento, el de las custom de media cilindrada, que si bien no es tan voluminoso como otros en el global del mercado, sí que está mostrando en los últimos años un crecimiento sólido e interesante.

Resulta que atrae a un público relativamente joven pero que ya tiene claro que le gustan las motos y, también importante, de qué tipo las prefiere. Así que se trata de un cliente que, después de fajarse con su primera custom media, es probable que vuelva más tarde a por el siguiente nivel, por lo que merece la pena intentar fidelizarlo antes.

Por todo ello, la oferta de este tipo de motos ha crecido últimamente y comprende propuestas bastante variopintas; en cilindradas desde los 300 hasta los pasados los 500 cc, y con diferentes apuestas de estilo y concepto.

Macbor Rockster 410

Término medio

Macbor ha querido jugar aquí la baza del término medio, para colarse entre el hueco que dejan las 300, a las que supera en prestaciones pero se equipara en precio; y las 500 o superiores, ante las que esgrime una mayor accesibilidad, no solo por presupuesto sino también por peso y facilidad de conducción.

Es por eso que la firma española ha apostado por la cilindrada de cuatrocientos, bajo la denominación 410 simplemente para seguir con la tradición de la marca, como ocurre con la nueva Montana XR5 510 -práctica que se remonta a los orígenes de Macbor en 1999, cuando hacían modelos off road infantiles como la XC 510-.

Eso sí, para la gestación de la Rockster 410, cuya ficha técnica completa podéis consultar en este enlace, se ha recurrido a una estructura diferente a otros modelos de la casa como la mencionada Montana y la Eight Mile, no solo en cuanto al apartado ciclo sino también en lo que respecta a la planta motriz. Una estructura que está realizada por el fabricante chino Zongshen, pero tras un desarrollo colaborativo con Macbor que, según los responsables de la marca, se sitúa entorno al 50 % entre ambas partes y ha durado unos dos años.

Macbor Rockster 410

El trabajo colaborativo comenzaba con la selección del propulsor, y durante las fases iniciales del proceso se llegó a considerar un motor en V o el bicilíndrico en línea de la 510, pero el primero no convencía por su respuesta y el segundo resultaba demasiado alto, con lo que condicionaba el diseño de otros elementos como el chasis y la carrocería -se priorizó poder adoptar un generoso depósito de 17 litros como el que lleva esta Rockster-.

Finalmente, se ha optado por un bicilíndrico en línea que ya venían fabricando en China pero que ha sido evolucionado recientemente. Ofrece unas prestaciones de 42 CV a 9.000 rpm, y un par motor de 32,8 Nm a 7.000 rpm. Cuenta con culata de 8 válvulas, distribución DOHC, refrigeración líquida, inyección electrónica y sistema de control de tracción.

El diseño de la carrocería ha sido uno de los apartados en los que Macbor ha tenido más peso en el desarrollo de la Rockster, aplicando aquí el Grupo Bordoy su dilatada experiencia y su conocimiento de los gustos occidentales. Algo, que no solo se refleja en las formas del depósito, el asiento y el guardabarros trasero, los elementos que marcan el carácter “bobber” de esta custom, sino también en las estilizadas formas del faro frontal y otros embellecedores que añaden un toque más moderno y elaborado.

Macbor Rockster 410

Bajo la vestimenta de la Rockster 410 encontramos un apartado ciclo más convencional, con un bastidor en acero de simple cuna desdoblada, horquilla invertida de 41 mm, doble amortiguador trasero de tipo “piggy back” -regulable en precarga-, freno delantero de doble disco y sistema ABS con opción de desconexión en el eje trasero. Las ruedas de aleación vienen calzadas con neumáticos CST en medidas 120/80-17”, el delantero, y 150/70-17”, el trasero.

El cuadro de instrumentos recurre a una pantalla circular TFT a color, con cuatro modos de presentación y sistema de conectividad, bien sea para aprovechar la función gratuita “mirroring” u optar por la aplicación de pago de Carbit. No faltan unas piñas retroiluminadas, iluminación LED y toma de carga USB.

La nueva Rockster 410 está disponible en los concesionarios desde el pasado mes de agosto, en cuatro colores disponibles (verde, rojo, gris brillo y negro mate) a un precio de 4.999 € -tarifa de lanzamiento que por ahora está vigente hasta el 31 de septiembre pero que es casi seguro que se prolongará un tiempo más-.

Macbor Rockster 410

Empaque

La cooperación entre Macbor y su “partner” asiático ha tenido un resultado encomiable, pues ambas partes aportan lo suyo en los apartados que mejor dominan. La Rockster 410 es desde luego una moto que capta la atención por su imagen, transmitiendo buen “empaque” y emulando con acierto a las “bobber” americanas; quizá con el único pero de unos neumáticos cuyo dibujo parece más apropiado para una scrambler.

La percepción de moto de mayor cilindrada que transmite desde lejos no defrauda en las distancias cortas, por detalles de buen acabado como el encaje de los plásticos, los embellecedores metálicos y las manetas mecanizadas. Tampoco es que llegue al nivel de una moto “premium” pero se alejan ciertamente del prejuicio del “low cost” asiático.

Una vez a sus mandos, lo cierto es que al usuario de la Rockster se podría olvidar momentáneamente que está sobre una custom, algo que en el fondo no tiene por qué ser algo muy malo para según qué usuarios. Porque resulta que las custom suelen ser tradicionalmente motos pesadas, con una posición de conducción poco natural, motores con notables vibraciones, mandos y pedales de accionamiento “rudo”, cuadros de instrumentos más bien espartanos…

Macbor Rockster 410

Estas “virtudes” no están desde luego muy presentes en la Rockster 410, que resulta un modelo más natural y confortable, algo que agradecerán sus potenciales usuarios noveles. El puesto de mandos, por ejemplo, no es para nada radical, pues las estriberas están algo adelantadas pero no mucho, el manillar queda perfectamente situado y el asiento propone un mullido de lo más cómodo.

También hay suficiente suavidad en el accionamiento de las manetas y los pedales, sin encontrar tampoco un motor que sea excesivamente ancho en el lateral derecho. El cuadro de instrumentos puede presumir de una presentación bien organizada, con mucha información y buena visualización, aunque en situaciones de sol directo no puede evitar algún que otro reflejo.

Macbor Rockster 410

Solvencia

El comportamiento ciclo también cede distancia a la filosofía custom y tiende hacia una configuración más versátil. La distancia entre ejes se queda en unos moderados 1.490 mm y el peso en 168 kilos en vacío (185 kg en orden de marcha), lo que hace de esta Macbor un conjunto suficientemente manejable.

Está claro que tampoco es una naked, ni mucho menos, pero en curva se comporta con bastante nobleza y no exige maniobrar con la anticipación de otras custom con la horquilla más lanzada y en las que el usuario queda ciertamente alejado del centro de gravedad. De cualquier manera, cumple con el objetivo de ofrecer un manejo sencillo y un aplomo en recta confiable para que los usuarios con carnet A2 se desenvuelvan con plena confianza.

Macbor Rockster 410

También superan el escrutinio mínimo las suspensiones, que incluso están un punto por encima de lo esperado en este material sin “marca”, pues la horquilla ofrece una admirable solidez a ritmos alegres y los amortiguadores nos han parecido menos secos de lo habitual en este tipo de motos “twinshock”.

Más justito se nos antoja el rendimiento de los frenos, en los que echamos en falta un poco más de retención, especialmente delante donde ese doble disco podría ser más eficaz -parece más por calidad de discos y pastillas que por falta de mordiente en el circuito hidráulico-. En el freno trasero se nota menos porque el pedal es largo y permite hacer buena fuerza.

La solvencia de la Rockster 410 queda más que garantizada por la respuesta del motor, que es seguramente el gran punto de fuerte de este modelo. Macbor ha acertado con su selección pues es verdad que, pese a su cilindrada, las buenas prestaciones de esta moto hacen que se aproxime más a una quinientos que a una trescientos.

Macbor Rockster 410

Así lo percibimos en marcha, al encontrar una curva de potencia bastante completa y equilibrada; con un bajo régimen que no es excesivamente perezoso, unos medios llenos y muy aprovechables, y unos altos que tampoco asombran por su derroche de potencia pero que sí gozan de una divertida elasticidad. Además, las vibraciones están bastante disimuladas y la caja de cambios nos ha parecido, por escalonamiento y tacto, de lo mejor entre las motos procedentes del Sudeste Asiático.

Eso sí, como ocurre con muchas de sus rivales de segmento que también apuestan por los eficientes motores bicilíndricos en línea, también aquí falta esa fuerte energía en bajos que han caracterizado tradicionalmente a las motos custom.

Está claro que no se puede tener todo, y el carácter singular de los “V-Twin” también se traduce en una complejidad técnica que no puede competir con la eficiencia, la fiabilidad y la versatilidad de un “B-Twin”, sobre todo cuando se trata de aplicarlo a una moto de corte accesible como lo es la Rockster 410.

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