La Eight Mile 500 en sus dos versiones, al igual que ya lo hizo con éxito la Montana XR5, se planta en un segmento de lucha feroz en el que hay que saber combinar con precisión rendimiento, equipamiento, estética y precio, y en el que no sólo juegan las motos creadas para él, sino también otro buen número de modelos con posibilidad de limitar su potencia a los 35 kW que marcan el límite de la categoría.
Macbor ha empleado la misma estrategia que en su trail, y de hecho la base mecánica de ambos modelos es básicamente la mismo. El motor es el bicilíndrico de 471 cc con culatas de cuatro válvulas e inyección electrónica que desarrolla 35 kW (47 CV) a 8.500 rpm que está fabricado en China por Loncín, y que es prácticamente idéntico al que Honda emplea en sus CB500, con una curva de potencia calcada como hemos podido comprobar en pruebas comparativas pasadas.

Sin complicaciones
Obviamente dispone de homologación Euro5 y una electrónica firmada por Bosch que asegura un buen funcionamiento. No es un propulsor que disponga de una electrónica elaborada, el precio manda, y no esperes encontrar ni modos de conducción ni ayudas como el control de tracción, pero también hay que decir que tras probarla tampoco parecen especialmente necesarios.
El chasis, salvo detalles es también el mismo de la trail, formado por una estructura de acero fundido en forma de doble cuna, para la que se emplea una aleación que requiere un 15% menos de material para lograr una resistencia un 40% superior a los materiales convencionales, y que se complementa con un subchasis de tubo redondo.

Basculante monobrazo
Las dimensiones son las mismas con los cambios obligatorios en la posición del subchasis y otros elementos. Un aspecto diferenciador en el segmento es la utilización de un basculante de aluminio monobrazo de estructura similar a los empleados en las motos deportivas desde hace mucho tiempo, y otro el cuidado que se ha puesto en lograr un peso contenido, utilizando ejes huecos y multitud de piezas de aluminio. De esta manera se ha logrado contenerlo por debajo de los 200 kg en ambas versiones.
Hay dos versiones denominadas STR (Street) y SCR (Scrambler), que se diferencian en pocos elementos: ruedas, suspensiones y el tamaño del protector de cárter, además de un precio 300 € superior en la segunda, 6.599 € para la SCR frente a 6-299 € en la STR. En ambas las suspensiones están firmadas por Kayaba, con una horquilla invertida de 41 mm delante y un amortiguador trasero que trabaja sobre bieletas progresivas.

Diferente equipamiento
La STR tiene unos componentes más sencillos, ya que sólo tiene regulación de precarga trasera, mientras que la SCR la tiene en ambos ejes de tres vías. Las suspensiones son también las que marcan la principal diferencia entre ambos modelos, ya que los recorridos de la Scrambler son superiores. La STR dispone de 155 mm y 165 mm, mientras los de la SCR son de 195 mm y 200 mm.
Esta diferencia provoca que la altura del asiento varíe de los 790 mm de la primera a los 820 mm de la segunda. En Macbor se ha trabajado para que la versión más ciudadana fuese muy baja para dirigirla a un público más amplio, y se ha logrado una altura realmente contenida, que además se combina con una zona central muy estrecha y un asiento de bordes redondeados.

Calidad de componentes
Los frenos también están confiados a una firma de prestigio como Nissin, con discos delanteros de 298 mm y pinzas de doble pistón. Otro aspecto diferenciador es que el sistema ABS de Continental puede desconectarse tanto de la rueda trasera como totalmente en ambas versiones por medio de un pulsador en el cuadro de instrumentos digital, que también tiene una toma USB, y que ofrece una información clara pero escasa. Sólo tiene odómetro total y parcial, que hay que cambiar desde un pulsador lateral, pero no otra habitual como temperatura ambiente o un simple reloj.
Las llantas de la STR son de fundición de aluminio 18” y 17”, mientras la SCR emplea de radios preparadas para emplear neumáticos sin cámara con 19” delante. También varían los neumáticos, Pirelli MT60 RS más enfocados al asfalto en la primera y Pirelli Scorpion Rally al off road en la segunda, pero ambos con huella bastante profunda.

Fáciles
En marcha, la principal característica de estas Eight Mile es sin duda su facilidad de conducción. Por una parte el motor tiene una respuesta suave a cualquier régimen, y sube desde unas 3.000 rpm con alegría, aunque en marchas largas necesitas subirlo por encima de la mitad de régimen para encontrar una buena aceleración. La curva de potencia es bastante plana y las vibraciones están bastante contendidas por el diseño del propio motor y sus anclajes, de manera que si circulas con tranquilidad no se hace necesario llevarlo muy arriba. En cambio, si quieres alcanzar una cierta velocidad con presteza, no te queda más remedio que apurar.
El cambio funciona con corrección, pero le vendría estupendamente un embrague con limitador de par, especialmente para las reducciones en las relaciones de cambio más bajas a alto régimen, en las que es fácil que la rueda trasera acabe rebotando. En cualquier caso los mandos y la respuesta de elementos como el embrague es suave, y la potencia disponible dará para alcanzar una velocidad máxima de algo más de unos 170 km/h, más que suficiente en esta categoría.

Dos alturas
La diferencia de altura de ambas versiones es la que las separa en mayor medida. La Street combina ese bajo sillín con una altura general a juego, lo que permite que cualquiera, por poca altura que tenga, llegue perfectamente al suelo y la domine sin problema. Es algo a tener en cuenta por parte del público femenino y de aquellos con menos experiencia que llegan al carnet A2 y que no se sienten seguros en las maniobras si no tienen ambos pies perfectamente apoyados en el suelo.
Además el peso bajo facilita los movimientos en marcha, convirtiéndola en una moto muy ágil que inclina sin esfuerzo. La contraprestación es que los estribos están también más cerca del suelo para que las piernas no estén excesivamente flexionadas, y es bastante fácil tocar con ellos si te aplicas en las curvas mínimamente. En cualquier caso, aunque las oigas arrastrar no te vas a encontrar con problemas de estabilidad cuando eso ocurre. Los neumáticos de serie tienen muy buen agarre incluso con el asfalto húmedo.

Posibilidades off road
La Scrambler tiene unas suspensiones que puedes regular, lo que te permite ajustarlas más firmes, de manera que esa mayor altura y recorrido de la horquilla y el amortiguador no afecta a la transferencia de pesos si la comparamos con su hermana. Sin embargo, te permite inclinar con más decisión sin que nada toque. Para personas de mayor altura, aunque tampoco es que esos 820 mm planeen problemas con una altura media e incluso algo baja, y que quieran unas mayores posibilidades entre curvas y obviamente que tengan la intención de compatibilizar la carretera con el campo, es la opción más adecuada.
En off road sus neumáticos funcionan bastante bien con su taco perfectamente definido y al tiempo mantienen un buen agarre en carretera. La posición de conducción y la zona central de la moto están diseñadas para que conducir de pie sea también cómodo y fácil en cualquiera de las dos, aunque la altura de la SCR la hace mucho más apta. Además la posibilidad de desconectar el ABS en ambas ruedas es un punto a favor cuando el terreno no ofrece adherencia.

Estética personal
Las Eight Mile entran en el mercado con una buena referencia como la XR5 Montana, pero también con un planteamiento algo diferente a lo habitual, ya que su estética se encuentra en algún lugar entre diferentes opciones, quizás más tendente al Scrambler, pero con dimensiones más contenidas y combinando con elementos modernos como el basculante monobrazo, la parte trasera recogida, o la placa de matrícula situada en un soporte del basculante.
Las Macbor Eight Mile 500 se plantan en el mercado con un discurso bastante claro, ofrecerse como motos fáciles de llevar, con un equipamiento y un diseño de alto nivel, y un precio más que razonable. Tienen el rendimiento y el comportamiento dinámico que se espera de ellas y la posibilidad de elegir con una diferencia de precio pequeña de dos opciones, la más urbana Street y la polivalente Scrambler.

Ficha técnica
Precio: 6.299 € / 6.499 €; Motor: 4T, 2 cil. en línea, DOHC. 8V; Cilindrada: 471 cc; Diam. X carr.:67,0 x 66,8 mm; Rel. De compresión: 10,7:1; Alimentación: Inyección electrónica Bosch; Encendido: Electrónico CDI; Potencia máx.: 35 kW (47 CV) a 8.500 rpm; Par máximo: 43 Nm a 6.500 rpm. Embrague: Multisdisco en aceite; Cambio: 6 relaciones; Transmisión secundaria: cadena; Chasis: Doble viga de acero; Basculanter: Monobrazo de aluminio; Suspensión del.: Horquilla invertida de 41 mm y 155 mm / 195 mm recorrido: Regulación: No tiene / Tres vías; Suspensión trasera: Monoamortiguador progresivo de 165 mm / 200 mm de rec.; Regulación: Precarga / tres vías; Freno delantero: 2 discos; Pinzas: 2 pistones; Freno trasero: Un disco; Pinza: Un pistón; Rueda delantera: 110/80-18” /110/80-19”; Rueda trasera: 160/60-17” / 150/70-17”; Distancia entre ejes: 1.440 mm; Altura asiento 790 mm / 820 mm; Capacidad del depósito: 18 l; Peso lleno: 194 kg / 195 kg.