Apenas han pasado seis meses desde que QJ Motor desembarcara en nuestro país a finales del año pasado, de la mano del Grupo Motos Bordoy. La empresa catalana sigue trabajando con intensidad para la integración de la marca asiática en nuestro mercado, seleccionando entre el extenso portfolio global de QJ, que abarca cerca de cuarenta motos diferentes, para incorporar al escenario español -y al portugués- los modelos más apropiados.
En su oferta inicial de siete modelos en las tres gamas propuestas (adventure, street y custom), dos de ellos estaban destinados al segmento trail: las SRT 550 y la SRT 800, desdoblándose esta última en una segunda variante X de orientación más campera. Ahora QJ Motor añade dos nuevas integrantes, la SRT 550X y la novedosa SRT 700X que protagoniza este artículo –la gama llegará a los 12 modelos en 2023 con la próxima incorporación de dos naked a su gama de 125-.
QJ Motor SRT 700X: Características
El lanzamiento de esta moto nos generó a nosotros el mismo interrogante que seguramente muchos os habréis hecho: ¿para qué una SRT 700X si ya existe una SRT 800X, sobre todo cuando ambas están muy parejas en cuanto a prestaciones, pesos, diseño e incluso precios? Los motivos son, por un lado, diversificar la oferta en un segmento en auge como las trail de media cilindrada, así como reforzar la imagen de marca solvente al disponer de una gama amplia y dinámica.
Un tercer motivo, que tampoco ocultan los responsables de QJ Motor España, ir experimentando y descubriendo cuáles son los modelos que mejor acogida tienen en nuestro mercado por parte de los usuarios. De hecho, como parte de ese proceso de ensayo y error, resulta que la SRT 700X fue sometida a una silenciosa campaña de preventa desde el mes abril que tuvo una respuesta positiva incluso con reservas de clientes en los concesionarios sin si quiera haber publicado detalles ni mostrado fotos de la moto.
El motor de la SRT 700X deriva del de la naked SRK 700, aunque modificado en el mapa del motor y el desarrollo del cambio
Pasando a conocer los detalles técnicos de la SRT 700X, lo primero es aclarar que el motor no parte del de la 550 ni del de la 800, sino que realmente deriva del de la naked SRK 700, aunque adaptado a sus aspiraciones adventure con un mapa de motor y un desarrollo de cambio diferentes. Se trata de un bicilíndrico el línea DOHC con 698 cc, refrigerado por agua, con inyección electrónica Bosch MSE 6.0 (sin mapas de motor ni control de tracción), embrague sin sistema anti-rebote y cambio de 6 marchas con transmisión final por cadena. La marca declara unas prestaciones de 54 kW (73,5 CV) y 67 Nm de par en el caso de la versión “full power”, pues la 700X también está disponible en versión A2 con potencia limitada a 35 kW.
La ficha técnica al completo de la QJ Motor SRT 700X la podéis consultar en este enlace.
Más personal es el apartado ciclo, pues si bien el chasis multitubular en acero y el basculante de doble brazo curvado son similares a los de otras QJ, como el de la SRT 800 sin ir más lejos, en verdad se ha diseñado de forma específica para la “setecientos” en lo que respecta a rigidez y geometrías. Las suspensiones recurren a material Marzocchi, con horquilla invertida con barras de 43 mm y monoamortiguador, ambos regulables tanto en precarga como en los hidráulicos de compresión y extensión.
Los frenos por su parte, combinan bombas QJ (radial, la delantera) con pinzas Brembo, sobre un doble disco delantero de 320 mm y uno trasero de 260 mm. No falta el sistema de ABS Bosch 9.1M de doble canal aunque sin posibilidad de desconexión para uso campero.
Algo que resulta un tanto paradójico, a tenor del apellido X y también a la vista de las llantas de radios con neumáticos Metzeler Tourance, aunque en el fondo en QJ Motor explican que esta SRT 700X está planea para un uso en carretera del 95 % y en campo del 5 %.
La ausencia de reglajes electrónicos en el motor y los frenos se contrarresta en la QJ con un equipamiento estándar de campanillas. No solo por la iluminación “full” LED y la instrumentación con pantalla TFT de 5” -que incluye Bluetooth para notificar llamadas entrantes al móvil y, opcional, control de presión de los neumáticos-, sino por incluir de serie cubremanetas de aluminio, manetas regulables, caballete central, barras de protección y, también, ¡puños y asiento calefactables!
Igual de destacable es el precio de la SRT 700X, que se sitúa en los 8.832 € las versión estándar y en los 8.499 € la de carnet A2. Ahora bien, como campaña de lanzamiento –vigente en principio durante todo el verano-, no solo se rebaja el precio a los 8.313 € y los 7.999 € en cada versión, sino que además se incluye un kit de maletas en aluminio –baúl más dos laterales-, seguro gratis y garantía de 6 años transferible. Unos precios que son los mismos para los tres colores disponibles: rojo, blanco y gris.
QJ Moto SRT 700X: Prueba
El primer contacto con la SRT 700X nos permite volver a confirmar que las motos de QJ Motor superan con holgura cualquier prejuicio que se pueda tener hacia las motos de procedencia asiática, con una calidad de acabados y de comportamiento claramente superior a las motos chinas que habíamos conocido antes en el mercado europeo.
Sobre la 700X encontramos un puesto de mandos bien resuelto aunque un tanto particular, con unas estriberas un tanto adelantadas y un manillar bastante bajo y cerrado de puntas, que si bien resultan cómodos en términos generales también es cierto que se aleja un poco de la configuración tradicional de una trail. Las ergonómicas formas del asiento y su mullido de dureza intermedia facilitan el llegar bien con los pies al suelo, incluso mejor de lo que se podría pensar a tenor de los 825 mm declarados.
En movimiento, el buen dinamismo de la SRT 700X disimula en gran medida su peso de 240 kilos en orden de marcha
Si bien en parado no pasan desapercibidos los 240 kilos de nuestra protagonista (con depósito lleno), lo cierto es que en acción la cifra parece menguar bastante gracias al sorprendente dinamismo de la SRT 700X Se trata de un conjunto realmente equilibrado, pues la rueda delantera de 19 pulgadas posibilita un manejo más que entretenido y eficaz en carreteras de curvas, pero en vías rápidas también encontramos un aplomo intachable. Esto último también se debe al buen hacer de las suspensiones, con una horquilla con firmeza suficiente en contraste con un amortiguador más suelto, quizá menos apropiado para conducción alegre aunque absolutamente válido para transmitir confort en carreteras de cualquier condición, incluso las que carecen de asfalto.
También son precisos los responsables de la marca al señalar que la tierra será lo que menos pise esta QJ “adventure”. Y eso que, como pudimos experimentar en esta presentación, por motor, chasis y tarado de suspensiones este conjunto podría desenvolverse más que bien en “off road”, aunque está claramente limitado por el escaso recorrido de las suspensiones (140 mm la horquilla y “no declarado” el amortiguador), la justa altura libre al suelo, los neumáticos con poco taco y la posición del manillar, que fatiga notablemente los brazos al estar tan bajo. En cualquier caso, son detalles que se podrían corregir sin mayores problemas con una par de modificaciones.
Menos críticas se merece el equipo de frenos pues las pinzas Brembo aportan su conocida precisión, pero además la bomba radial QJ delantera también presume de un tacto preciso a la par de poderoso. Además, el ABS ofrece una calibración poco intrusiva por lo que incluso en campo consigue paliar la imposibilidad de desconectarlo.
La valoración de comportamiento motriz también puntúa por encima de lo que muchos podrían esperar de un motor asiático. El propulsor de la SRT 700X ofrece una curva de potencia solvente y elástica, ante un nivel de vibraciones dentro de lo estándar entre las bicilíndrica actuales. El embrague resulta especialmente preciso y con tacto muy suave en la maneta, algo que también se puede aplicar a la caja de cambios, si bien en esta encontramos algún momento de lentitud e imprecisión en conducción más animada.
En nuestra protagonista, quizá hayamos echado en falta un par motor más vigoroso en bajos y medios, para ese porte contundente que se supone a una trail de cilindrada media, pues ya sea por el mapa del motor o los largos desarrollos del cambio, para ir a ritmo la SRT 700X nos exige jugar bastante con el cambio y estirar las marchas hasta cerca de la línea roja. Eso, si es que somos capaces de visualizarla en un cuadro de instrumentos completo pero con ciertos datos algo pequeños, con un velocímetro demasiado “optimista” y el desconcertante cambio de fondo negro a blanco en modo de presentación automática.
Detalles menores frente a otros puntos fuertes de la esta nueva QJ, como el destacado equilibrio dinámico y, también, la completa dotación de serie ante unas condiciones de compra de lo más ventajosas.