Durante unos cuantos años, la hasta entonces inagotable fuente de talento del motociclismo italiano pareció haberse secado. Llegarían después los pupilos de Valentino Rossi para devolver el esplendor, pero después de unos años gloriosos -cristalizados con el título de Pecco Bagnaia en MotoGP- el panorama volvía a tornarse incierto a medio y largo plazo.
En los dos últimos años, Italia ha logrado once victorias en Moto3 y nueve de ellas han llevado la firma de Dennis Foggia, que el próximo curso estará en Moto2. Las otras han sido de Romano Fenati y Andrea Migno, ambos ya con 26 años cumplidos. Así pues, después de Foggia (21 años) no parecía haber un relevo inmediato de garantías.
Hasta ahora. En este 2022, han surgido varios jóvenes interesantes: Filippo Farioli ha terminado tercero en el Mundial de JuniorGP -devolviendo a Italia a lo más alto del podio tras cuatro años-, que ha compaginado con la Rookies Cup, al igual que Luca Lunetta, quinto en la copa monomarca. Farioli estará en los grandes premios en 2023, mientras Lunetta tendrá al menos otro año de crecimiento en los certámenes de acceso.
No están solos. Por primera vez después de también cuatro años, ha vuelto a sonar el himno italiano en la European Talent Cup. Y lo ha hecho en varias ocasiones con dos pilotos distintos: primero fue Dodó Boggio -en las filas del Aspar Team al igual que Farioli- el que se destapó con un gran doblete en Jerez para postularse como candidato al título.
Tal éxito coincidió con el fin de semana más discreto de Guido Pini, que había empezado el año sin salir del top 5 en las cinco primeras carreras, en las que se hizo con dos podios. Sin embargo, la ausencia de Joel Esteban ponía a los dos pilotos transalpinos en la lucha por el título, con Boggio líder y Pini a tan solo 9 puntos con cuatro carreras por delante.
A partir de ahí, Boggio entró en barrena y no sumó un solo punto más, desplazando todas las miradas a un Esteban que recuperaba el liderato en Algarve. Sin embargo, Pini cambió las tornas en Motorland al lograr su primera victoria y aderezarla con un segundo puesto por delante de Esteban, al que arrebataba el liderato.
Con solo tres puntos entre ambos, Valencia dictaría sentencia. Todo el mundo daba como favorito a Esteban, al que una extraña descalificación y una apendicitis habían impedido llegar como campeón sobrado a la cita final. Guido Pini tenía otros planes, y sabía que en una carrera en grupo tendría opciones de hacer saltar la banca.
En el Ricardo Tormo, Pini controló la carrera para terminar segundo justo delante de Esteban y convertirse en el primer campeón de la European Talent Cup no nacido en España. A sus 14 años y con el número 93 en su carenado, Pini culminaba una temporada en la que, junto a Farioli, Lunetta y Boggio, han demostrado que la fuente de ilusión del motociclismo italiano vuelve a estar rebosante.