Superbike

Jonathan Rea, Assen y los tulipanes verdes

La cuarta rondad el Mundial de Superbike 2017 ha tenido un claro color.

Nacho González

4 minutos

Jonathan Rea, Assen y los tulipanes verdes

Más allá de coffee shops y escaparates cuya índole no viene al caso, los Países Bajos –Holanda, para entendernos- son mundialmente reconocidos por el peculiar paisaje de sus vastas llanuras. Lejos del verde al que irremediablemente se asocia el bosque, los campos de tulipanes convierten la orografía del país en una suerte de arco iris de una belleza inimitable.

Evidentemente, debajo de todos esos colores, de la flor del tulipán, se encuentra un manto verde, porque verde es su tallo. Pero en la composición cromática, es un color que pasa totalmente al segundo plano, como si del blanco de un lienzo se tratase. El ojo no lo aprecia.

WSBK: VERDE REA

Algo similar sucede con Kawasaki en las diferentes categorías del Campeonato del Mundo de Superbike. Están en todas, es el segmento en el que se sienten cómodos y, desde hace años, rara es la temporada en la que no pelean victorias y títulos en cada una de ellas. Pero, cuando se da la salida de la carrera, el verde no es más que el fondo del lienzo, donde se engalanan coloridos tulipanes: los rojos de Ducati, Aprilia y MV Agusta; los blancos de BMW; los azules de Yamaha y los multicolores de Honda.

Sin embargo, desde que Jonathan Rea llegase por primera vez a su Catedral vestido de verde, no ha brillado otro color en Assen. Y mira que lo han intentado: sobre todo ese tulipán galés rojo brillante que recibe el nombre de Chaz Davies, erigido en una némesis que le lleva a protagonizar –y con gran frecuencia perder- brillantes duelos con su contrario norirlandés. Esta vez rompió su Panigale, abriendo a su compañero Marco Melandri la puerta del podio.

Y es que Assen es, sin discusión alguna, el patio de la casa de Jonathan Rea. Y por tanto, lo siembra como quiere. Cuatro dobletes y once victorias allí le contemplan. En sus tiempos de Honda, sufrió lo indecible para adornar la Catedral con un manto de tulipanes blancos, pero desde 2015 no deja que otro jardinero cuele una flor que no sea suya. Seis carreras en Assen con Kawasaki, seis victorias. Ha tenido que inventar los tulipanes verdes.

Y en el jardín central, el suyo, el del Mundial de Superbike, no es que no deje a Davies salpicar de rojo su manto verde, es que ni siquiera admite un verde que no sea el suyo. En la segunda carrera, Tom Sykes le llevó al límite hasta la misma línea de meta, pero 25 milésimas bastaron para que Rea mantenga inmaculada su hoja de resultados. Chaz Davies rascó un podio.

En los españoles, tanto Xavi Forés (4-13) como Jordi Torres (RET-7) dieron una de cal y una de arena, con el cántabro Román Ramos (7-11) erigiéndose, una vez más, en el paradigma de la regularidad en el certamen.

WSS: VERDE SOFUOGLU

También vistió de verde el jardín adyacente, el del Mundial de Supersport. Que ya tocaba. Habían ganado los rojos de MV Agusta con Roberto Rolfo y, por dos veces, la división azul Yamaha –con Federico Caricasulo en Tailandia y con Lucas Mahias en Aragón-; así que quedaba el verde intacto en la paleta. Lo cual, estando Kenan Sofuoglu, era casi un pecado.

En Assen no dio opción. Con cero puntos en su casillero, pensar en el sexto título parece –al menos por ahora- algo lejano. Así que sólo queda pensar en acumular victorias, en demostrar que Supersport sigue siendo suyo, coronando con más tulipanes verdes el vasto jardín de Rea, dejando a los dos ídolos franceses luchando a sus espaldas, con Lucas Mahias mostrando su solidez como líder ante la ofensiva de Jules Cluzel, que se estrenó en el podio con Honda, la única de las cuatro marcas de la categoría que aún no ha ganado.

Con Kawasaki, Yamaha, Honda y MV Agusta (la de PJ Jacobsen) en el top 4, queda clara la igualdad de la categoría, que se ve reforzada con la octava posición de la Triumph de Luke Stapleford. En cuanto a la representación española, Nacho Calero sólo pudo ser 19º.

SSP300: VERDE DEROUE                                             

Si en Aragón se pudo insinuar, ahora se puede decir a voz en grito y sin temor a equivocarse: la creación del Mundial de Supersport 300 es un acierto. La igualdad entre marcas es un hecho, ya que por segunda carrera consecutiva, en el podio se vieron todas representadas. Pero, como en Motorland, dominó el verde Kawasaki, y de nuevo fue gracias a Scott Deroue.

El piloto local fue el más listo en el numeroso grupo que se jugó la victoria hasta el final, decorando de verde el pequeño jardín de las 300 por delante de su compatriota Glenn van Straalen y el italiano Alfonso Coppola, en un día donde los españoles volvieron a brillar pero se quedaron sin rematar: Borja Sánchez repitió el cuarto puesto de Aragón, Marc García fue sexto, Ana Carrasco séptima tras llegar a ir líder en la penúltima vuelta; mientras que se fueron al suelo Mika Pérez –que aun así acabó 24º- y Dani Valle.

STK1000: VERDE RAZGATLIOGLU

Desde 2015, cuando tiñó de verde el ya extinto Campeonato de Europa de Superstock 600, acompañado a Jonathan Rea y Kenan Sofuoglu en la mágica temporada de Kawasaki, no ganaba una carrera el joven Toprak Razgatlioglu. Después del enorme susto del accidente múltiple que hizo temer por la vida de Marvin Fritz –finalmente en condición estable tras horas de tensión-, el joven piloto fue el mejor en la acortada carrera, con Michael Ruben Rinaldi segundo, Florian Marino tercero y Xavier Pinsach 21º.

Y lo fue pese a la oposición de Rinaldi, el joven de Ducati, en una reinterpretación con menos electrónica del Rea vs Davies. Como el norirlandés, Razgatlioglu cuajó una pantagruélica actuación para firmar su primer triunfo en el Europeo de Superstock 1000, impidiendo así que un pequeño tulipán rojo rompiese la armonía cromática; rubricando el pleno de Kawasaki en Assen (cinco carreras, cinco victorias) y dejando el jardín de tulipanes de un verde inmaculado.