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7) Harley-Davidson V-R 1000, 63.000 euros
Esta fue la apuesta de Harley-Davidson por la competición sobre asfalto a finales de los años 80 para tenerla lista en los 90. Por desgracia, pocos o nadie recordará este modelo al pensar en la marca de Milwaukee. La VR 1000 era la primera moto que salía de la fábrica yankee con la competición como único objetivo y, en cierto modo, podría haber sido todo un éxito. El proyecto, comandado por Steve Scheibe, echó a andar en el 88 y contó con la ayuda de profesionales de NASCAR y la IndyCar. Para cuando llegaron los años 90, Harley-Davidson tenía lista una dos cilindros en V de 60 grados con cerca de 150 cv y poco más de 170 kg de peso en seco, unos números capaz de complicar la vida de las Ducati 888. Sin embargo, la VR 1000 no vio la luz hasta 1994 y la competencia había avanzado con paso firme, dejando atrás a una máquina que, si bien parecía muy ágil, carecía de suficiente velocidad punta. Cuando no rompía motor, era capaz, en manos de pilotos como Miguel Duhamel o Scott Russell, de luchar por los puestos delanteros del AMA. En cualquier caso, Harley-Davidson homologó las 50 unidades que pedía AMA para correr… pero sólo un país en el mundo permitía ese nivel de emisiones de gases: Polonia.