Había sido un fin de semana de ensueño para Aleix Espargaró, que había dominado los entrenamientos libres del viernes, había hecho la pole el sábado y era el principal favorito a la victoria en un circuito que prácticamente era el patio trasero de su casa en Granollers.
Sin embargo, la carrera no fue como esperaba. Sobre todo porque Fabio Quartararo estuvo inalcanzable y no dio opción, en una victoria de semáforo a bandera. Aun así, su primer podio en el Circuit era un mayúsculo regalo el día que sus dos niños (Max y Mia) cumplían 4 años.
Justo cuando cruzaba la línea de meta por penúltima vez y mantenía a raya a las Ducati del Pramac Racing, llegó el desastre. En plena recta Aleix dejó de dar gas. Por momentos parecía que la Aprilia RS-GP se había roto, pero nada más lejos de la realidad. Y es que, él piloto de Granollers empezó a saludar al público dando por hecho que la carrera había terminado.
Mientras eso sucedía, Jorge Martín, Johann Zarco y Joan Mir rebasaban a Aleix, que cuando se dio cuenta ya estaba en la curva 3 y le acababa de adelantar Luca Marini. Al final minimizó daños, recuperando la quinta posición, pero perdía 9 puntos que pueden ser vitales en la lucha por el título con Fabio Quartararo.
Aleix Espargaró llegaba completamente abatido al box, donde era recibido con una ovación. El piloto rompía a llorar en su silla y tenía que ser consolado por el CEO de MotoGP, Carmelo Ezpeleta.