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Comparativa Honda PCX y KYMCO Super Dink 125

Prueba comparativa entre los dos scooter más vendidos en España y Portugal. Enfrentamos a los scooter superventas de Portugal y España, el Honda PCX y el KYMCO Super Dink 125, por las calles de la ciudad de Mérida (Badajoz). ¿Cuál es mejor? Sigue leyendo... Tweet

Pablo Bueno. Fotos: Joao Carlos Oliveira

3 minutos

Comparativa Honda PCX y KYMCO Super Dink 125

Ya llevábamos tiempo preparando una comparativa de superventas pero, aunque en España estaba bastante clara la victoria del KYMCO Super Dink 125, teníamos que esperar a recibir los datos oficiales de matriculaciones que mensualmente nos hace llegar Anesdor (la asociación de fabricantes). En Portugal, durante la primera mitad del año fue el SYM GTS 125 Evo el líder indiscutible, pero en los últimos meses del año ha sido el Honda PCX (revelación del año también en España) el que ha terminado a la cabeza de las ventas y por tanto se ha ganado el puesto en esta comparativa.  Así que cuando nuestros compañeros de Motociclismo Portugal nos propusieron hacer algo conjunto, no nos lo pensamos dos veces...

Encrucijada
Qué mejor que afrontar esta comparativa entre las «perlas ibéricas» que a medio camino entre Lisboa y Madrid, en la encrucijada de caminos que supone la ciudad de Mérida. Así que imagínate a mi compañero luso Bruno Gomes haciendo los 320 km que separan Lisboa de Mérida. Y por otro lado, a mí recorriendo 360 km desde Madrid para encontrarme con él en la ciudadela romana. De esta forma, poníamos a prueba a ambos scooter en todos los aspectos: fiabilidad, dotes ruteras, autonomía, posición de conducción, confort de marcha, protección aerodinámica, suspensiones, capacidad de carga, prestaciones, etc. Y todo ello en carretera, autovía y las empedradas y estrechas caches del centro histórico de Mérida.

Las jefas
¿Cómo decirle a la «jefa» que voy a hacer un viaje de más de 700 km (ida y vuelta) a lomos de un 125, por muy GT que sea? Era bronca segura, por lo que decidí decirle que era el 300. Como son idénticos por fuera, pensé que no se daría cuenta. Aun así, nada me libró de una reprimenda. Sin embargo, calculé mal el tiró y se enteró por el chivatazo de un compañero y amigo... Es lo que tiene que tu mujer trabaje para la misma empresa, que al fi nal todo se sabe. Bruno tampoco se libró y tuvo que lidiar como pudo con la orden «no corras» de su respectiva. Todavía no sabemos si era una recomendación o puro recochineo...

Bancos de niebla
Como sabemos que las mujeres tienen algo de brujas, nos enviaron a Bruno y a mí espesos bancos de niebla para el camino y temperaturas «frescas» que oscilaron entre los 3 y los 12 grados. En las cuatro horas y media que tardé en llegar a Mérida, lo cierto es que tuve mucho tiempo para pensar en los pros y los contras del KYMCO Super Dink 125, el más vendido en España en 2010. El motor, con buena velocidad punta (115 km/h de marcador) era más que suficiente para afrontar el atasco de salida de Madrid a primera hora y adelantar camiones en la autovía que iban algo más despacio debido a la niebla. En condiciones climáticas más favorables los adelantamientos no hubieran sido tan sencillos.

Por otro lado, la protección del carenado y su buena pantalla fueron grandes aliados, puesto que en moto la niebla se convierte en una especie de lluvia horizontal y sueles acabar empapado. El aspecto menos positivo del Super Dink es la posición de conducción. Vas sentado como en un sofá, pero con los pies demasiado altos, lo que dificulta echar el cuerpo hacia delante o inclinarte para protegerte detrás de la pantalla. Y aunque parece que tiene dos posiciones para apoyar los pies, las plataformas verticales no son utilizables, al menos para mí (183 cm) pues las rodillas casi me tocan los codos. En cambio, las duras suspensiones y mullido del asiento, que pensé serían un auténtico suplicio, se portaron bien. Los dolores de cuello y espalda llegaron antes de que se me durmieran el trasero y las piernas.

El indicador de nivel de combustible del KYMCO es bastante alarmista, así que para curarme en salud decidí repostar cada 200 km aprox. (a pesar de que a ritmo alegre llega a los 250 km). El consumo medio del viaje fueron 4,9 litros a los 100 km, algo elevado para un 125 (aunque hay que tener en cuenta que fui prácticamente todo el camino gas a fondo). La capacidad de carga es buena, caben dos cascos integrales, pero la forma del hueco limita las posibilidades, porque no le cabe un maletín de portátil, por ejemplo.

PCX por carretera
Bruno Gomes salió de Lisboa por carretera nacional a un ritmo medio de 100-105 km/h de marcador y al llegar a Elvas cogió la autovía hasta Mérida. La media de sus consumos rebajó la del Super Dink hasta los 3 litros por cada 100 km, una cifra magnífica teniendo en cuenta que fue casi todo el trayecto a velocidad máxima. El problema del PCX en vías rápidas es la escasa protección aerodinámica, tanto por su pequeña pantalla como por su estrecho escudo, que hizo que Bruno pasara un frío horroroso y llegara calado por la niebla.

Sin embargo, los defectos del PCX en carretera se convierten en ventajas al llegar a Mérida. La sorprendente aceleración de su motor (con el alternador haciendo de motor de arranque), su ligereza, pequeñas dimensiones, la efi ciencia de su sistema «Idling Stop», su baja distancia del asiento al suelo y sus suspensiones blanditas son una delicia en la ciudad. Espacio en el que le gana, por goleada, al Super Dink 125.