Cuando hablé con Óscar, uno de los propietarios de O2 Engines acerca de la posibilidad de probar una moto turbocomprimida, me dijo que no había ningún problema, salvo si tenía algún reparo en que fuese una Suzuki Hayabusa la elegida. Por supuesto le dije que no lo había, pero una voz en mi interior gritaba ¡Por favor, otra vez no!