Una de las averías habituales de cualquier vehículo que tenga tubo de escape es que alguna parte de este se estropee. A fin de cuentas, es una pieza que consta de varias partes, que sufre la corrosión producida por los gases y por el óxido, y que está expuesta a cualquier golpe, especialmente en las motocicletas.
Como parte del tubo de escape se encuentra el silenciador, el cual tiene una labor que se expone en su propia denominación. Pues bien, esta es una de las partes que pueden estropearse, lo que desembocará en una serie de síntomas que serán muy sencillos detectar: en primer lugar se escucharán ruidos poco habituales y paulatinamente, estos crecerán hasta que suene completamente la acción del motor, llegando a crear un importante estruendo.
¿Qué hacer si se estropea el silenciador del escape?
La respuesta a esta pregunta es sencilla: sustituirlo por uno nuevo, ya que de ese modo se hará menos ruido y se controlarán mejor los gases que se expulsan a la atmósfera. Así pues, lo más recomendable es comprar la pieza de recambio y ponerla, o uno mismo si tiene la suficiente maña, o un mecánico profesional en un taller especializado.
¿Y si quiero otro tipo de escape? Cuando se rompe el silenciador puede ser un buen momento para cambiar el escape por otro que le guste más al dueño de la motocicleta. Esto es posible, aunque el recomendado por la marca probablemente sea el que mejor le venga. No obstante, si se quiere cambiar el tubo de escape, silenciador incluido, hay que tener un punto muy en cuenta: la nueva pieza debe estar homologada. Asimismo, una vez que se haya colocado, lo más correcto sería ir a pasar la Inspección Técnica de Vehículos para que den el visto bueno y la moto no sea susceptible de sanción en caso de que un agente solicite los documentos que aprueban el nuevo tubo de escape.
¿Y si se quita el silenciador?
Son muchos los moteros que disfrutan escuchando rugir el motor cada vez que dan gas a la moto. Ese sonido (en ocasiones atronador) les hace sentirse bien, libres, incluso poderosos… Y es que no hay nada como acelerar mientras se escucha la potencia del motor bramar.
Obviamente esto no está permitido, ya que existe una normativa que marca límites en cuanto al ruido que se puede hacer. Es más, un agente puede multar a una moto que los esté sobrepasando. A esto se une el hecho de que el vehículo no superará la ITV, con lo que habría que montar el silencioso cada vez que se acudiera a este examen.
Por otra parte, más allá del disgusto que pueda crear en los demás viandantes (que no suelen mirar con buenos ojos a quienes se pasan de decibelios), conducir sin silenciador no es del todo recomendable, ya que solo aporta un mayor ruido y algo menos de peso. Por lo demás, se produce un pequeño cambio en la distribución del calor que puede acarrear otros problemas, llegando a perjudicar incluso a las válvulas de escape.
Eso sí, en el mercado existen algunos tubos de escape con silenciador que se pueden regular desde el propio manillar, de manera que se haga más o menos ruido según lo desee el conductor.