Cuando una persona se sube a una moto, lo primero que desea es dominarla para poder conducirla con facilidad y disfrutando de todo lo que aporta. Por ello, muchos motoristas sienten auténtico pavor cuando la máquina que van a pilotar es de grandes dimensiones o simplemente muy aparatosa en comparación con su estatura y su peso.
De hecho, es un aspecto que echa para atrás cuando se va a elegir la moto ideal, aunque esta siempre haya sido una grande. Sí es cierto que circular con motos grandes es más complicado a priori que hacerlo con un pequeño scooter, pero eso no quiere decir que no se pueda hacer si se sabe cómo hacerlo.
Conduciendo motos grandes
El elemento más importante para poder conducir una moto grande con garantías es el equilibrio, ya que si carecemos de él, no solo no se controla la montura, sino que lo más probable es que acabemos en el suelo nosotros, la motocicleta o ambos. Por lo tanto, la primera misión pasa por “ensayar” cuál es la mejor posición que adoptar cuando la moto está parada.
En este caso, es mucho más conveniente poder posar una de las piernas (la más habitual es la derecha) que tocar el suelo con ambos pies de puntillas, ya que de este modo no se va a poder manejar el peso de la moto correctamente.
Una vez que se descubre qué lateral es más cómodo, habrá que parar siempre hacia ese lado, para que la acción se convierta en habitual y se haga casi por inercia. Esto servirá para que cuando se vaya a parar en un semáforo o en cualquier otro lado, el piloto no deba pensar si ha de hacerlo para un lado u otro. Eso sí, cuando la moto es grande y difícil de manejar, lo mejor será ir muy atentos y adelantarse a lo que va a ocurrir, de manera que antes de detenerse ya se sepa el lugar exacto donde se va a hacer la parada.
En marcha
Una vez que comienza a rodar con una moto grande en la que es complicado “hacer pie”, las dificultades son las mismas que con otras motocicletas. Eso sí, será recomendable entrenar el movimiento de péndulo de un lado para otro, especialmente en las curvas, ya que solo así se podrá circular lo suficientemente rápido y sin peligro de caerse por tratarse de una máquina muy potente o muy pesada.
Cambiando las medidas
Además de lo apuntado, otra posibilidad es cambiar las medidas de la moto con pequeños ajustes que ayuden a que el conductor pueda posar mejor sus pies. Por un lado es posible bajar las suspensiones e incluso colocar muelles que sean más blandos. Asimismo, se pueden subir las barras de la horquilla en las tijas (tratando en todo momento de no modificar la geometría de la moto).
Finalmente, otras recomendaciones cuando se conduce una moto grande es vestir ropa cómoda que permita una mayor libertad de movimientos, hacer más finos los asientos gruesos. Cualquier opción es buena para conseguir una mayor seguridad y confianza al manillar.