El 27 de agosto de 2016, el Suzuki Endurance Racing Team conquistaba su 15º título mundial de resistencia, aumentando el palmarés más impresionante de la historia de la modalidad haciendo honor al nombre de la misma: lo conquistaron sin ganar una sola carrera, batiendo por un solo punto al GMT94 Yamaha al terminar segundos en las 8 horas de Oscherlseben que cerraron esa temporada.
Hace poco más de un año, el 28 de julio de 2019, estuvieron a punto de repetir la hazaña de llevarse el título sin ganar ni una sola carrera, pero a seis minutos del final de las 8 horas de Suzuka el motor de la GSX R-1000 dijo basta y el título fue a parar a manos del SRC Kawasaki de David Checa.
Ya eran tres años seguidos sin título, que para colmo habían ido a parar a tres marcas distintas: en 2017 se lo había llevado el GMT94 Yamaha, en 2018 el F.C.C. TSR Honda y en 2019 el mencionado SRC Kawasaki. Desde 1997, cuando Peter Goddard y Doug Polen acabaron con la sequía de Suzuki, la marca de Hamamatsu jamás había estado dos años seguidos sin título.
Un año y dos meses después, la sequía terminó. En la temporada más extraña, recortada por el Covid-19 (sin Suzuka ni Oschersleben pero con Portimao), la victoria lograda en el Bol d’Or en octubre del pasado 2019 –cuando todavía nadie imaginaba la que se avecinaba- ha acabado siendo decisiva. Desde entonces, han administrado la ventaja como en sus mejores años, cerrando la profunda herida abierta estas pasadas temporadas para dar inicio a una nueva era.
TRES AÑOS PARA OLVIDAR
Tres semanas después del título de 2016, comenzaban la defensa de la mejor forma posible para el curso 2016-2017 (fue el año en el que se cambió el calendario, pasando de año natural a un calendario más escolar para terminar en Suzuka). Lo hicieron ganando el Bol d’Or.
Después de años cambiando el tercer elemento del equipo cada dos por tres, el francés Etienne Masson se había ganado el puesto fijo al lado de sus compatriotas Vincent Philippe y Anthony Delhalle, conformando un terceto que amenazaba con tiranizar la resistencia durante el segundo lustro de la década.
Sin embargo, el cruel destino quiso que aquel Bol d’Or fuese el último día de fiesta en mucho tiempo en el SERT. El 9 de marzo de 2017 fueron a hacer test a Nogaro para preparar la segunda cita de la temporada, las 24 horas de Le Mans. Allí, Anthony Delhalle sufrió un grave accidente y falleció poco después, a los 35 años y con cinco títulos mundiales en su haber.
Una tragedia que sacudió a toda la familia de la resistencia, y de la que el SERT tardaría mucho tiempo en reponerse. La misión de sustituir a Delhalle era imposible en el box y casi imposible en pista. Alex Cudlin lo hizo en las tres carreras siguientes, y Sodo Hamahara en Suzuka. Terminaron subcampeones por la inercia del triunfo en el Bol d’Or y gracias a un segundo puesto en Slovakiaring.
La temporada 2017-2018 fue la peor de todas: sextos en la general con dos séptimos puestos como mejores resultados. En cambio, estaban sentando las bases para volver a lo alto, ese año habían fichado a Gregg Black como tercer piloto y pese a los malos resultados, siguieron apostando por él.
Una confianza que dio sus frutos la temporada pasada, cuando tras ser quintos en el Bol d’Or volvieron al podio con el tercer puesto en Le Mans, al que siguió el segundo puesto en Slovakiaring. Después vendría un décimo en Oschersleben y el drama de Suzuka que les dejó sin título en una agridulce despedida para Dominique Meliand, seguramente el hombre más importante de la historia de la resistencia.
EL PRIMERO DE LA NUEVA ERA
Superada la decepción de haberlo tenido tan cerca, la lectura era que habían vuelto. Con esa convicción, tres años después de su último triunfo volvieron a lo alto del podio en el Bol d’Or. En el estreno de Damien Saulnier y en la penúltima carrera de Vincent Philippe, a quien ni la victoria convenció para renovar un año más. Su contrato expiraba a finales de 2019, así que se despidió en las 8 horas de Sepang con un quinto puesto.
En su lugar entraría Xavier Simeon, que se estrenó con podio: terceros en Le Mans. Semanas después, con el cuarto puesto en Estoril, el Suzuki Endurance Racing Team conquistaba el título mundial, el 16º de su historia. El 15+1.
Es el primero de una nueva era por muchos motivos: el primero de Saulnier, el primero sin Meliand. El primero sin Delhalle, el primero con Black. El primero sin Philippe, el primero con Simeon: aunque los dos hayan corrido la mitad de temporada, ninguno de los dos se lleva el galardón individual, que requiere haber participado en el 60% de las carreras. Un título para rendir homenaje a Delhalle, Philippe y Meliand, para demostrar que su SERT sigue muy vivo.
Y, como hilo conductor, Etienne Masson, el piloto que puede decir que en un lustro ha vivido los últimos años gloriosos del SERT de Meliand, la depresión del adiós a Delhalle, la reconstrucción y, por fin, la vuelta a lo alto con Saulnier. Y esto no para: ya hay que ir preparando el asalto al 15+2.