Después del segundo puesto en el P1 de esta mañana, que auguraba otro fin de semana exitoso en el circuito de Sachsenring, en el entrenamiento de la tarde Marc Márquez no logró mejorar su tiempo de la mañana y se verá condenado a pasar la repesca de la Q1 del sábado, después de acabar el viernes con el 14º tiempo de la clasificación combinada.
Pero lo peor fueron las sensaciones que dejó el piloto de Cervera, que por momento se le vio desquiciado en su Honda. No es para menos, después de hacer hasta tres milagrosas salvadas, que podían haberle sacado por orejas, con el consiguiente riesgo de lesión. La última de ellas, en la temible curva 11 de Sachsenring, fue la gota que colmó el vaso.
En el mismo punto donde Takaaki Nakagami había destrozado su Honda en el inicio del P2, Márquez sufrió una trallazo en su rueda de atrás, que a punto estuvo de descabalgarle y, a pesar de todo, tuvo un fuerte impacto al volver sobre su asiento. La reacción del español no se hizo esperar, y dedicó una peineta a la cámara onboard de su moto, que no sabemos a quién va dirigida, pero que muchos interpretábamos que iba dedicada a Honda, tan crítica e impredecible como casi siempre.
Lo peor de todo es que no acabó ahí un viernes para olvidar de Marc Márquez, que cuando buscaba mejorar su tiempo, se iba al suelo nada más empezar su time attack, en la frenada de la curva 1. Con tan mala suerte que su moto impactó contra Johann Zarco, que salía del pit lane en ese momento.
La imagen fue aterradora, por cómo el piloto francés voló por los aires; y provocó la segunda bandera roja de la sesión. Por suerte para ambos, todo quedó en un susto, y tanto Marc como Johann pudieron reincorporarse en los últimos instantes a la sesión. Aunque en el caso del español, era solo para hacer un ensayo de salida, porque no tuvo tiempo de realizar otro time attack, y por tanto, le esperaba un sitio en la Q1 en su pista favorita… hasta hoy.